Page 10 - Edición Especial Aniversario 151 Diario La Discusión
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  10                 Autogestión de recursos en los barrios                                                                                                                                         Por Antonieta Henríquez
                     El valor de la organización comunitaria que reveló




                     la pandemia.







                     Casi a un año del primer caso de coronavirus en Chile y con el inicio de la pandemia quedó al descubierto las fra-

                     gilidades de la comunidad y la manera de salir adelante en momentos difíciles.




                     Diez meses pasaron desde la primera cuarentena en Chillán, para estar de nuevo en la misma fase con las normas restrictivas, ya conocidas,

                     que incluyen el uso de mascarillas, distanciamiento social, toque de queda, el Plan Paso a Paso, permisos de traslado, entre muchas otras.

                     En este sentido, aunque el presente está condicionado por los protocolos sanitarios impuestos por el Gobierno y adoptados por toda la po-

                     blación. Es el futuro sin cuarentenas y coronavirus el que preocupa, pues como lo señala la socióloga Cristina Martín Sáez “las instituciones

                     tendrán el gran desafío de escuchar realmente las necesidades de las comunidades, levantar diagnósticos participativos en donde la comu-
                     nidad tenga el poder de colaborar y decidir en conjunto con las diversas instituciones cómo se va a salir adelante post pandemia”.

                     Debido a que el encierro y las medidas sanitarias, que llaman a desconfiar de la cercanía y quedarse en casa, provocaron incertidumbre sino

                     que también despidos, cesantía desocupación, y, en pocas palabras, no tener ingresos. La tasa de desocupación nacional llegó a 13,1%, se-

                     gún cifras del Instituto Nacional de Estadísticas.

                     Bajo este contexto entre vecinos se organizaron, donde la iniciativa recurrente eran las ollas comunes que se replican en varias ciudades de

                     norte a sur. Del mismo modo, en la capital regional, Chillán, alcanzaron a concretarse una veintena de estas instancias.

                     Ejemplo de esto es la olla común que se realiza en la población Luis Cruz Martínez de Chillán, que alberga a vecinos de alrededores que si-
                     guen entregando un plato de comida de lunes a viernes según comenta Juan Matamala, dirigente y presidente de la Junta de Vecinos.

                     Mientras que fuera de Chillán, Cecilia Torres, gestora y organizadora de la olla común de la población La Esmeralda de San Carlos, recalcó

                     que durante la fase de Transición entregaron los alimentos a domicilio a más de 500 personas con la ayuda del grupo San Carlos Somos

                     Todos. Y con la cuarentena ya no tiene los permisos, pero gestionó canastas para algunas familias.















































































































                                                                      Las fuerzas comunitarias en pandemia



                                                                      Bárbara Sepúlveda Bustamante
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