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LA PANDEMIA ACENTÚA
LA SENSIBILIDAD AMBIENTAL
La Región de Ñuble es un territorio rico en biodiversidad, cuyo patrimonio natural es reconocido a
nivel mundial por su flora y fauna. Susana Núñez / snuñ[email protected]
El Santuario de La Naturaleza en Cobquecura, Reserva de la Biósfera Nevados de Chillán-Laguna del Laja, la desembocadura
del Río Itata, el Cerro Cayumanqui, las lagunas Santa Elena y Avendaño, entre otros lugares, son bellezas naturales y posta-
les de muchos visitantes, que requieren de un equilibrio que permita la subsistencia de diferentes ecosistemas ante posibles
intervenciones que pueden poner en peligro no solo su conservación, sino también la vida de los seres humanos, dado que el
origen de muchas pandemias en el mundo está dado por la transmisión de enfermedades desde los animales a las personas
que se han acercado a los terrenos naturales.
Según la directora técnica del Laboratorio de Vida Silvestre y del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Facultad de
Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción, Paula Aravena, los ecosistemas están expuestos a diversas amenazas
que es necesario controlar.
Una de ellas es la sustitución que se ha hecho del bosque nativo por plantaciones como el pino y el eucaliptus, lo que está
generado pérdida de beneficios naturales.
“Del Maule a Bíobío más del 80% del bosque nativo se ha perdido por sustitución de pino y eucaliptus. Los bosques son regu-
ladores del agua y de la temperatura y las especies son diseminadores de semillas de vegetación nativa, además prestan un
rol en la transferencia de energía solar hacia las demás especies. Hay un montón de bienes y servicios ecosistémicos, desde
los ambientes naturales al ser humano”, explica la médico veterinaria.
Los incendios forestales también son enemigos de los ecosistemas nativos, ya que dividen a las poblaciones de animales y
atentan contra su subsistencia. Al igual que la tala indiscriminada para fabricación de muebles y la actividad ganadera que
introduce enfermedades a otras especies como fue el caso de tuberculosis en huemules en el sur.
“Si yo le quito el hábitat a una especie estoy fomentando que entre ellos se comiencen a reproducir, que haya un menor núme-
ro de individuos, que haya endogamia y cada vez nazcan menos. (…) Se genera un problema genético, son menos resistentes
a los cambios y a los pocos años esa población pueden desaparecer”, aclara la académica.
La intervención de las personas en los entornos naturales y la extracción de especies para consumo explica la aparición de
nuevas enfermedades en el mundo transmitidas desde los animales a las personas como la pandemia Covid-19, que tuvo su
origen en China a partir de un murciélago como probable fuente de contagio.
“La mayoría de las enfermedades han partido en África y China, pero sí hemos tenido algunas que han partido en América, que
están asociadas a los sistemas productivos, pero una de las principales causas es la deforestación. Es decir, que las personas
se van acercando a los ecosistemas de los animales. Y estas enfermedades pueden tener su distribución natural en estas es-
pecies, emergente; es decir que aparecen en terrenos que no estaban, o reemergentes, cuando la población estaba controlada
en el ambiente natural y de repente empieza a crecer de nuevo con más fuerza”, expresa.
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