Page 31 - ÑUBLENSE 100 AÑOS
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Luis Pérez, cuenta que se dio maña para “Se llenaban los trenes. Al partido con Iberia un salón de pool y cuando regresó instaló un
jugar hasta de atacante. Ante Green Cross en viajó un tren completo de hinchas”. restaurante en el mercado. Le fue bien. Llegó
Santiago, anotó un gol tras un desborde de Curiosamente, en los primeros años, hizo una a tener tres locales y una casa en 5 de Abril
Juan Puig. En el arco de Ñublense estaba el gran amistad con quien luchó por el puesto que vendió a muy buen precio. Hoy vive en
delantero Segundo “Chaplin” Castro. Empata- de titularidad, Luis Venzano. Chillán Viejo. “Alcancé a juntar platita y me
ron a uno. En Santiago los diarios comentaban “Era buena persona. No era envidioso. Éramos jubilé. No era vicioso”, enfatiza no sin antes
que el arquero de Ñublense le había marcado muy amigos. Teníamos una cualidad, porque si hacer mención a los que en su opinión son
al portero que había jugado en la Selección uno fallaba, el otro le decía algo para mejorar los mejores presidentes que tuvo Ñublense en
Argentina, Julio César Musimesi. y le aconsejaba, no había envidia”. los 60: Renato Solar y Abel Jarpa.
Fue protagonista de innumerables anécdo- En los 60’ el apoyo incondicional de la barra Hoy reconoce que le faltó personalidad para
tas. Dos recuerda con cariño. del Mercado fue vital. También el musical alien- aceptar ofertas de clubes más grandes por-
“Una vez estábamos jugando en San Ber- to de la Bandita del Regimiento. que “siempre me acomplejé por el tema de
nardo. Me tiro una volada contra los pies de “Varios jugadores éramos queridos. En el mis dedos”.
un rival y me pasa a llevar un párpado; no mercado nos daban alimentos y nos regalaban Cuando terminó de jugar en Ñublense, en
podía abrir el ojo. “Romerito” se me acerca y lechugas, papas... íbamos tres jugadores y nos 1970, emigró a un equipo de Tercera División,
me pregunta qué le pasó Luchito. Yo le dije se llenaban las bolsas; nos decían, los cabros están Unión Veterana de Peumo, donde jugó por seis
me cayó el ojo Romerito, para expresar que flacos. Había pensiones en las que se comía años y ganó más plata que todos los años que
no podía ver y él empezó a despejar la zona, papa con cochayuyo durante tres días y nada atajó en Ñublense.
y decía no pisen ahí, no pisen ahí, que puede más. No sé cómo entrenábamos. Eran puras Luis Pérez se fue dolido del Rojo.
estar el ojo, el ojito lo tiene verde el Lucho.” ganas. Se jugaba por amor a la camiseta y los “Fue una pena grande, porque nadie me dijo
En otra ocasión, salió por fuera del travesaño. aplausos. A la mayoría le debían cuatro meses, ni gracias y estuve diez años. No fui valorado.
Frente a O’Higgins. En un córner, quiso descol- pero los argentinos siempre al día. Nos dimos Me quedó ese dolor. Solo un amigo del diario
gar una pelota de emboquillada, como córner cuenta una vez al ver la planilla. Los únicos fir- La Discusión, Apolinario Órdenes, puso una
olímpico, y era de noche. “Me largo, a volar, mados eran ellos. El resto en blanco.” nota que decía ‘Se va Luchito Pérez’”, sentencia
va pasando la pelota, la agarro y caigo afuera Eran tiempos económicos duros y el arquero nostálgico, sentado en un sillón de su hogar
de la cancha con ella. Puta la atajada buena”. volador echó mano a su olfato de comercian- donde vive con su esposa Silvia Cifuentes,
Los clásicos de esa época se jugaban a te, vendiendo perfumes y cremas para muje- comparte con sus herederos Ricardo, Ana y
muerte y a estadio lleno con Lister Rosell de res. Ganaba el 300 a 500 por ciento. Incluso Felipe y extraña a Leonardo, su hijo reciente-
Linares. les vendía a los dirigentes. En Peumo trabajó mente fallecido.