Page 109 - ÑUBLENSE 100 AÑOS
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                                                                                                                         G

                                                                                                                                 6
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                                                                                                                              2
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                                                                                                                       31.aGosTo.2016  l   l
                                                                                                                      3

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           EL PRIMER TRIUNFO INTERNACIONAL                                                                                               100 s
                                                                                                                                           0
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                                                                                                                                         ñ
                                                                                                                                          o
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           Y EL INFIERNO DE HUANCAYO                                                                                                    107
             El 4 de septiembre del 2008 quedará grabado
           para siempre en la memoria de los hinchas de
           Ñublense que presenciaron el primer triunfo
           internacional oficial de los diablos rojos.
             Fue por 1-0 ante Sport Ancash de Perú, por el
           duelo de ida de la primera fase de la Copa Sudame-
           ricana, en el estadio regional de Concepción.
             El héroe de la jornada fue Alejandro Osorio,
           quien tras un penal servido por Luis Flores que
           atajó Johny Veg convirtió de cabeza y selló la
           agónica y dramática victoria.
             “Ese día salté de la banca en los últimos minutos
           y el utilero me dice, ‘Janino, vas a hacer un gol’.
           Yo venía saliendo de una lesión plantar. Cuando
           Lucho lanza el penal, el arquero ataja y la pelota
           se devuelve, yo le metí la cabeza, pero de arriba
           hacia abajo y le hice como un sombrero y entró”,
           relata Alejandro Osorio desde Rancagua.
             A los 93 minutos Ñublense alcanzaba una
           victoria con sudor y lágrimas, asumiendo que
           en la altura sería otra historia.
             “Merecíamos el triunfo. La gente debe disfru-
           tarlo porque es el primer triunfo internacional
           de Ñublense”, comenta Fernando Díaz, quien ese
           día lució un impecable terno negro, alterando la
           cábala que utilizó siempre en Linares: la misma
           camisa camisa corta y pantalón.
             “Esa era una de las tantas cábalas que tenía
           el profe. También tenía la de las empanadas   que salir él al último”, detalla el utilero del 2008,   Los jugadores, tras bajar del chárter, demora-
           antes de los partidos, el penal que le tiraba a   Juan Zapata.                    ron casi una hora en bus desde el aeropuerto al
           Jaime Bravo el sábado cuando terminaba el   La revancha en tierras incaicas fue un infierno.   vetusto estadio. Los hinchas peruanos los escu-
           entrenamiento. La misma ropa. Siempre tenía   El 16 de septiembre los diablos rojos, tras entre-  pieron al llegar. Los camarines eran un asco y el
                                                    nar en el Complejo de Universitario de Lima, se   rival ya calentaba en la cancha.
                                                    embarcaron en un chárter hasta Huancayo, donde   “Nos tuvimos que vestir rápido y hacer un
                                                    se disputaría el encuentro de revancha, a más de     calentamiento apurado porque llegamos atra-
                                                    3 mil metros de altura. La logística no fue la más   sados. Y bueno, perdimos 4-0. La altura nos liqui-
                                                    acertada. El cuerpo técnico envió 7 horas antes   dó. Sabes, uno andaba adentro como si tuviera
                                                    del partido al utilero en un taxi con sus ayudan-  resaca”, contó Luis Flores.
                                                    tes para organizar la utilería en el camarín, pero   “En ese estadio no se podía jugar. Una parte
                                                    el trayecto infernal por la cordillera peruana no   de los camarines se compartía con los hinchas
                                                    fue fácil. De hecho, Juan Zapata llegó apenas   y había que atravesar la barra para llegar. Del
                                                    media hora antes del partido.            estadio al aeropuerto no había 14 minutos, sino
                                                                                             que una hora y 15 minutos. Nos faltó experien-
                                                                                             cia”, sentencia Abdala.
                                                                                               “Después el equipo de Palmeiras fue a jugar
                                                                                             a Lima, no aceptó jugar en Huancayo, ahí faltó
                                                                 93                          do Díaz.
                                                                                             experiencia y planificación”, reflexiona Fernan-
                                                                                                La pesadilla no terminó ahí porque en el
                                                                                                aeropuerto de Huancayo, el avión no quiso
                                                                Minutos.                         despegar por orden del jefe del recinto, ya
                                                                                                  que caía la tarde y la pista no era ilumina-
                                                     Alejandro Osorio marca                       da. Además se anunciaba una tormenta
                                                                                                   eléctrica. El plantel, que ni se duchó en
                                                       el agónico gol sobre                        los camarines del estadio, debió realizar
                                                      Sport Ancash de Perú                          el trayecto de Huancayo a Lima en un
                                                                                                    bus de dos pisos que tardó cerca de cin-
                                                     en el estadio Collao, el                       co horas para llegar a la capital, atrave-
                                                                                                    sando la cordillera peruana. Estábamos
                                                     4 de septiembre. En la                        destrozados. Ese viaje fue un infierno.
                                                       revancha, los diablos                      y el viaje en la altura. Cagados de hambre.
                                                                                                   Todos cansados, molidos por el partido
                                                    rojos cayeron por 4-0 en                     Casi todos bajamos a vomitar cuando paró
                                                                                                el bus y el chofer era un loco que iba a más
                                                              Huancayo.                        de 120 por hora y casi nos volcamos”, cuenta
                                                                                             Francisco Viveros.
                                                                                               El retorno a casa fue traumático e inolvida-
                                                                                             ble. Así se escribía la primera participación de
                                                                                             Ñublense en la arena internacional.
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