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        Etimología de los nombres propios de la Región





        Voces y Raíces de Ñuble







          ¿Por qué ésta territorialmente pequeña región de Ñuble es la cuna de tanta identidad y  talento? Es la pregunta que
        salta, cuando apreciamos la enorme riqueza cultural y humana de tantos lugares y personajes y que el etnógrafo y escritor,
        Ziley Mora Penrose intenta responder con tres hipótesis que no se descartan entre sí, sino más bien se complementan.




          La hipótesis socio-histórica plantea que la pequeña propiedad           para el logro, un aguijón para ver terminada la obra. Tal como Virginio
        agrícola, la de las primeras regalías que otorgó Valdivia a sus capitanes,   Arias, ese campesino de Ránquil autor del monumento al Roto Chileno,
        empujó el desarrollo de una cultura y una tecnología criolla. Marco       que en la miseria, desamparado y ciego, seguía esculpiendo a tientas,
        Aurelio Reyes, historiador de la UBB, sintetiza bien lo que fuimos: “zona   al puro tacto de sus añosas manos.
        fronteriza, de intercambio, zona de alerta amarilla, pues en el Biobío comenzaba
        la roja de la sangre”.                                                      La epigenética de los nombres, esa mutante gramática de la realidad,
          En efecto, las primeras mercedes de hijuelas estarían inducidas por     nos plantea que lo que somos y, sobre todo, lo que seremos, no está del
        cierto aislamiento y una homogeneidad mestiza, propias del pequeño        todo definido por el ADN heredado. Entonces, la expresión de nues-
        minifundio agrícola, el que obligaba a innovar hacia dentro, lejos de     tros genes puede ser modificada por el entorno en el que crecemos, los
        la urbe, supliendo con ingenio la escasez del recurso tecnológico. Se     alimentos que consumimos, nuestra conducta, la conducta de nuestros
        trataría, entonces, de la acumulación virtuosa de saberes de una comu-    padres, el pensamiento, nuestras creencias, entre otros factores.
        nidad local que haría su eclosión en determinados tipos humanos; una        El conquistador español, al cambiar aquí dramáticamente su entorno,
        síntesis creativa de dichos factores aislados.                            al recibir estímulos tan diferentes a los europeos, sin duda que le signi-
          “Sin el Rey, yo soy rey. Aislado de la metrópoli, de mi dependerá       ficó modificar sus genes, amén de luego alterarlos profundamente en
        hacerlo todo”, sería más o menos la implícita premisa que guiaba el       sus hijos, ya que por el aporte mapuche de su sangre pronto nació una
        inconsciente de los ribereños de los ríos Ñuble, Cato e Itata. Lejos de   vasta generación de mestizos, perpetuándose hasta nosotros.
        la ayuda de los barcos –los puertos de Tomé y Penco quedaban a varios       Todo ese conjunto de influjos sería entonces un “traductor del medio
        días de carreta-, aislados por una cordillera tan alta y trabajosa, desde   ambiente”, capaz de modificar la expresión de los genes, al funcionar
        un principio se percibió que cada hombre, cada mujer, cada familia        como un registro de ese entorno. Por tanto, asumimos que el factor
        debía forjar sus propias herramientas, desarrollar su propia inventiva    principal de modificación biológica en una persona sería su correlato
        para suplir todas sus necesidades materiales e inmateriales, incluyendo   interno, es decir el tipo de percepción del mundo que adscribe, impuesto
        las espirituales de la memoria, las de las artes, las del pensamiento, del   y condicionado por el vehículo de esa percepción: el lenguaje.
        intelecto y de la cultura, en general.                                      Qué duda cabe que las experiencias de nuestros padres y abuelos fueron
                                                                                  moldeadas por el tipo particular de lenguaje al que fueron expuestos. La
          La hipótesis telúrico-espiritual sugiere que el desarrollo de un terri-  palabra hizo mutar sus genes.  Y ésta fue en Ñuble el zungun (palabras
        torio como Ñuble estaría directamente inducido, o inconscientemente       que brotan de la tierra) que troqueló nuestro inconsciente colectivo
        motivado, por ciertas influencias de fuerzas energéticas y/o por inspira-  y quedó asociada en la nomenclatura del paisaje, en el modo como la
        ciones que nos sugieren o provocan el paisaje telúrico, el entorno y su   gente nombra las cosas.
        historia. Mas bien de una protohistoria, que iría muchísimo más atrás       Así, se consolida la noción de que nuestras propias experiencias pueden
        de la etapa criolla-mestiza, proviniendo acaso desde el remoto pasado     marcar nuestro material genético de una forma hasta ahora desconocida,
        de su tronco indígena o de los primeros clanes o lofque que hicieron      y que estas marcas pueden ser transmitidas a generaciones futuras.
        de este territorio el escenario de sus acciones. Y estas, bien podrían      Es lo que también persigue esta edición especial con motivo de los
        haber sido actividades rituales o sacramentales, que habrían dejado       149 años del Diario LA DISCUSIÓN. Porque esas experiencias apare-
        en el paisaje, en el aire, en el agua, en las rocas un impronta de llamado   cen radicalmente condicionadas por la toponimia, por el significado
        a una misión elevadora de lo humano, recogida después por algunos         colectivo que impone la etimología de los nombres de los lugares, el
        individuos preclaros, auditores de dicha impronta.                        glosario cotidiano en uso.
          Entonces, aparte del estímulo emprendedor del pujante y a la vez          Nos persuade que el ADN no es destino: son las voces del lenguaje,
        difícil entorno inicial, fue a causa del ejercicio constante de la volun-  los vocablos, lo que a la larga configuran nuestro mundo, interno y ex-
        tad, el que pronto fue factor hereditario, o al menos un modelo de        terno. El destino es entonces la dinámica social del lenguaje, asociada
        conducta a imitar por las generaciones siguientes. Caso paradigmático     al significado de los lugares concretos definidos por los topónimos, que
        de esta fuerza interna la podemos apreciar en el joven O’Higgins en       a larga nos determinan.
        Talca, Santiago, Lima o Londres, cuando todavía era simplemente             En definitiva, se trata de conservar y reavivar una determinada concien-
        el “huacho Riquelme”, superando con temple notable el estigma de          cia epigenética de lo que fuera -y de alguna manera todavía es- nuestro
        ser un bastardo. Aparece en el joven Claudio Arrau, en las soledades      entorno; ese bosque de vegetales y de palabras nativas propias.
        de su práctica frente al piano en la fría Alemania. Se repite en Violeta    Por eso escribimos este libro, justo al momento de renacer como Re-
        Parra, cuando en Paris y sin recursos, lejos de sus hijos que se morían   gión de Ñuble. Vale decir, junto con seguir siendo nosotros en la danza
        en Chile, le mueve el recuerdo de su padre guitarrero y cantautor que     del mundo y en la polifonía de voces, es preciso encontrar la propia y
        contra viento y marea fue fiel a su vocación de artista en San Fabián de   muy personal manera de encajar con el cuadro total. Y ello, sin que
        Alico y San Carlos. No en vano Chillán es la ciudad chilena que en tres   sea a costa de nuestra renuncia a ser, sin que signifique un desgaste o
        siglos, en cinco ocasiones, debió ser refundada, y por tanto, es la que más   deterioro personal de los significados.
        destrucciones, ataques indígenas y reconstrucciones tuvo que superar        En el fondo, y en un sentido práctico, debemos desarrollar la habilidad
        en toda la historia de Chile.                                             para ser bilingües de la vida; vale decir cultivar el lenguaje del mundo
          La crisis, el derrumbe, el desamor, la falta de financiamiento, no son   y el lenguaje del ser, uno como instrumento para el convivir y el otro
        excusas para claudicar. Al contrario, se vuelve acicate y casi levadura   para alimentar el existir, para ser, de verdad, más y mejor.







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