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       LA DISCUSIÓN                                                                        DOMINGO 05.02.2017 ‹ centenario violeta parra ‹ ESPECIAL ‹ 9

                            Un centenario que une a                                          que él la motivó con lecturas y  de los respectivos centenarios
                                                                                             ella musicalizó algunas de sus  que se celebran en todo el país
                                                                                             piezas literarias.    para recordar el nacimiento
                            Violeta con Gonzalo Rojas                                        go de Gonzalo Rojas, entre otros  huella en la cultura nacional e
                                                                                               La publicación tiene un prólo- de figuras que dejaron una

                                                                                             destacados poetas como Pablo  internacional.
                                                                                             de Rokha, José María Arguedas,
                                                                                             Pablo Neruda y el mismo Nicanor
                                                                                             Parra, el hermano mayor que
                                                                                             la sacó de Chillán para llevarla
                            POR carolina marcos   convirtió en evidencia para corro- mismo” (el año 2000). Nunca  a Santiago a completar estu-
                            GRÁFICA: jaime castro  borar que la integrante del clan  más se reconciliaron.  dios y seguir trabajando en la
                                                  Parra también se sumó a la veta            música.
                                   ño 1958.  Violeta  discursiva de su famoso herma- estrecha relación  Ambos compartieron en
                                   Parra se prepara para  no, algo que hoy es palpable a   El folclorista Osvaldo Alveal  la década de los cincuenta las
                                   lanzar una nueva can- través de varias publicaciones,  fue testigo de la amistad que  Escuelas de Verano de la Uni-
       El fatídico                 ción. A diferencia de  incluyendo “Poesía”, libro de  forjó Rojas con Violeta. Varias  versidad de Concepción, cuando
                                   la línea folclórica que  su autoría.  veces se vieron en Chillán junto  Rojas era director de Extensión
       5 de febrero         Ala había empujado a    Lo que Violeta no cantó fue  a otros personajes de la poesía  y Violeta era contratada por la
                            la fama, la sancarlina exponía  la dedicatoria del poema, escri- como Pablo Neruda. “Todos lle- casa de estudios para materia-
       de 1967              ahora un texto panfletario lla- ta al final de las estrofas por el  gábamos a la casa de Mercedes  lizar la creación de un Museo del
                            mado “Los burgueses”. La letra  Premio Cervantes: “A Violeta  Fernández de Benavente, quien  Folclor con el fin de rescatar la
                            había sido escrita por Gonzalo  Parra que hizo estallar este furor  era una secretaria del Liceo de  cultura tradicional de la zona.
              n junio de 1965,   Rojas, el poeta de Lebu  a quien  monorrimo ese invierno de su  Hombres y una amante de la  Durante tres años, Violeta Parra
              Violeta regresó a   Violeta conoció por intermedio  Chillán de Chile el 59”.   cultura junto a su marido. En  recopiló y compuso canciones,
              Chile. A fines de ese   de su hermano más cercano,   El vate chillanejo por adop- esa casa pudimos compartir  dejando en la UdeC un legado
              año, en la comuna   Nicanor.        ción había conocido a Nicanor  con Neruda, Sergio Hernández,  incalculable.
              de La Reina, insta-  “He comido con los burgue- en el Liceo Barros Arana, donde  la misma Violeta y Gonzalo Rojas.   Este trabajo permitió que
       Eló una gran carpa,   ses/he bailado con los burgue- Rojas llegó como inspector. Parra  Era una especie de casa de la  Rojas comenzara una promoción
       junto con sus hijos Ángel e   ses/con los más feroces burgue- hacía clases de matemática y  cultura”, recuerda.   desinteresada no solo por la poe-
       Isabel y los folcloristas Rolando   ses/en una casa de burgueses.  desde ahí se forjó una amistad   La investigadora Paula Miran- sía y la música de la sancarlina,
       Alarcón, Víctor Jara y Patricio   Les he palpado sus mujeres/y  que se extendió por varios años.  da (experta en la vida de la san- sino también, de su artesanía,
       Manns, entre otros. Pese a su   me he embriagado con su vino/y  Sin embargo, Rojas le dedicó  carlina) escribe en “La poesía de  cuatro años antes que llegara
       sueño de convertir la carpa en   he desnudado, bajo el vino/sus  un ataque poético en 1968,  Violeta Parra” la relación que  exponer al Louvre.
       un referente para la cultura   semidesnudas mujeres”, rezan  cuando el hermano de Violeta  ambos tenían. Cuenta que tra-  Ambos artistas cruzarán
       de Chile, la respuesta no fue   las dos primeras estrofas del tex- tomaba té con Pat Nixon en la  bajaron un vasto tiempo juntos,  de nuevo sus figuras a través
       muy motivadora y el público   to que Violeta llevó a la guitarra,  Casa Blanca, que luego reeditó
       no la apoyó.         y que con el paso de los años se  en su libro “Metamorfosis de lo
         No eran tiempos fáciles
       para la creadora, quien intentó
       acabar su vida por primera vez
       en 1966, poco antes de grabar
       su mejor disco, “Las últimas
       composiciones”.
         Ese mismo año, el final de
       su relación con Gilbert Favre
       (ver página 8) la dejó en un   A Violeta Parra que hizo
       estado de ánimo muy vulne-  estallar este furor monorrimo
       rable. Lo fue a ver a Bolivia y lo
       encontró casado.     ese invierno de su Chillán de
         Sus últimas composiciones   Chile el 59”
       fueron una suerte de epitafio
       adelantado, un disco de can-  gonzalo rojas
       ciones tan intensas y contradic-  DEDICATORIA A VIOLETA DEL POEMA
       torias como su vida, y que iba
       desde la más desolada amar-  “LOS BURGUESES”
       gura de “Maldigo del alto cielo”
       hasta el himno humanista en
       que se ha terminado convir-
       tiendo “Gracias a la vida”.
         El siguiente es el testimo-
       nio de su hija Carmen Luisa
       sobre el fatal 5 de febrero de
       1967: “Serían como las seis
       de la tarde, cuando de repente
       sentí un balazo. Entré corrien-
       do a la pieza y encontré a mi
       mamá ahí tirada, encima de
       la guitarra, con el revólver en
       la mano. Me acerqué a ella y
       la moví, le hablé… y no me
       contestó. Ahí me di cuenta que
       por la boca le corría un hilillo
       de sangre…”
         Poco antes, Violeta le había
       dicho al periodista Tito Mundt:
       “Me falta algo, no sé qué es. Lo
       busco y no lo encuentro. Segu-
       ramente no lo hallaré jamás”.

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