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LA DISCUSIÓN DOMINGO 05.02.2017 ‹ centenario violeta parra ‹ ESPECIAL ‹ 7
ahí unas tierras muy fértiles. Los familiares de
los abuelos maternos son de ahí. Son campe-
sinos semi acomodados, con tierras propias, y
sobre todo, con viñedos. Y al mismo tiempo, el
abuelo Ricardo era administrador de un fundo.
Entonces, vida cultural de esta comunidad: la
canción, las tonadas y las cuecas. Claro, y las
guitarras en todas las cantoras campesinas
“La pequeña Violeta chilenas. No populares: cantoras campesinas.
Que tenían sus repertorios propios. La vitrola
desde sus 10 años todavía no llegaba allá, o una que otra familia
comparte el vínculo podía tener una vitrola. Esta era una música que
se transmitía oralmente”, contó Nicanor, quien
con lo rural, recibe agregó: “Estas familias de esa comunidad estaban
el legado campesino muy relacionadas y muy emparentadas entre
sí. Y cuando no había gota de sangre común, de
de Ñuble, el cual fue todas maneras existía la tradición de llamarse
exquisito en la creación cariñosamente, por ejemplo, “la prima fulana”,
“primo fulano”, aunque no lo fueran. Después
de su imaginario”. hemos descubierto que no, que no había tal
diana de la fuente cosa. Por ejemplo, “las primas Aguilera”, decía
la mamá. No decía “las niñas Aguilera”. No: “las
GRUPO LITERARIO ÑUBLE primas Aguilera”. Era una manera, cómo te dije-
ra yo, de apearse que tenían las gentes de esa
zona. Y además las relaciones que había entre
esas familias, eran relaciones de parentesco en
alma mater realidad. Por ejemplo, la Viola iba a la casa de
“Es en este terruño que Violeta conoce el las Aguilera a pasar el verano. Y las Aguilera la
arte, vivió la cultura popular, aferrada acogían especialmente bien a ella por sus con-
a la tierra, la religión, y la festividad, es diciones musicales, de carácter. Porque la Viola
en esta zona que desarrolla el arte de la fue desde chica una lechuguilla, como decía la
improvisación y asimila de manera natural mamá. Y ella aprendió de las hermanas Aguilera
la creatividad y la poesía”, sostiene la sus primeras canciones, a los ocho, diez años.
académica de la PUC, Paula Miranda, autora Ella y la Hilda también. Porque ellas formaban
de “La poesía de Violeta Parra”. una pareja. La Hilda era un par de años mayor”,
recordó el vate. El campo, la guitarra , una pala y la trilla: el escenario en que se forjó la gran Violeta Parra.
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