Page 94 - ÑUBLENSE 100 AÑOS
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            la historia de edgardo “KuKy” Medina, el héroe anóniMo
            El gol quE salvó a
            Ñublense del infierno




            En el último partido, anotó el 3-1 final                      Tras ganarse un lugar en el club de
            que le permitió al Rojo mantener la                           Tercera División en una prueba en El

            categoría y no bajar a Cuarta División, lo  Carmen, pasó de reserva a titular a pura

            que hubiese significado su desaparición. constancia y humildad.















                            36 hinchas llegaron arrastrando  EL HÉROE
                            la esperanza hasta el estadio   Edgardo “Kuki” Medina se había ganado con
                            Nelson Oyarzún, la tarde del  perseverancia un lugar en el primer equipo tras
                            7 de octubre del 2001.   ser seleccionado en una prueba. El nativo de
                              Ñublense estaba obligado  El Carmen no tenía cadetes, pero un corazón
                            a ganar por dos goles de dife-  gigante para abrirse paso en un plantel plagado
                            rencia a General Velásquez  de carencias.
                            para evitar el descenso a la   Y con esa misma garra protagonizó el gol que
                            Cuarta División, lo que sig-  esos 536 sufridos hinchas no olvidan. Minuto 94,
            5nificaba su desaparición, pues  Pablo Venegas saca un centro desde la derecha que
            en esta zona del país, en ese entonces, no estaba  cruza el área visitante y desde la izquierda, el volante
            activada dicha categoría.                Jorge Padilla, quien falleciera posteriormente en un
              El plantel que a comienzos de temporada era  trágico accidente en moto, la devolvió al corazón
            dirigido por Héctor Pineda, ex jugador del Rojo,  del área, donde apareció Medina estirándose hacia
            ahora era adiestrado por Manfredo González, el  adelante para desviar el balón con su pie derecho
            otrora lateral del Ñublense campeón de Segun-  y desatar el festejo, en el último suspiro.
            da División en 1976, quien asumió restando seis   “Sé que ese gol aún se recuerda. Estaba de
            fechas para el cierre del torneo con la misión de  volante por la derecha, hubo un centro de Padi-
            salvar del descenso al cuadro de Chillán.  lla al segundo palo y me lancé por si acaso y le
              Soportando una crisis económica que impidió  pegué con el borde interno, no fue con el tobillo
            pagar sueldos y una campaña nefasta, los diablos  y para la gente fue un desahogo. Ahí se acabó el
            rojos llegaban al choque con el cuadro de la Sexta  partido, corrí como loco a celebrar y me saqué
            Región con una presión insostenible.     la camiseta. Aparecieron las mañas del profesor
              La jornada comenzó favorable para Ñublense  Manfredo, se perdieron las pelotas. Fue el 3-1
            cuando Pablo Venegas abrió la cuenta con un  definitivo. Con ese gol sabíamos que se acaba-
            certero lanzamiento penal, pero el empate de  ba el partido”, evoca Medina, a quince años de
            los forasteros encendió las alarmas e instaló un  su inesperada hazaña con la que pasó de ser un
            sentimiento fúnebre en las tribunas.     jugador desconocido a un salvador en la historia
              Pero la ilusión renació cuando Miguel Erazo, un  centenaria.
            atacante antofagastino que no se fue en medio de   “En la charla el profesor nos dijo que debíamos
            la crisis económica porque simplemente no tenía  ganar. Que tuviéramos paciencia. Y apareció la
            dinero para volver al norte, puso el 2-1.  garra de Chillán, era un grupo unido porque pasa-
              Faltaba un gol de diferencia para la salvación.  mos muchas penurias. Después de ese gol me
            La tensión era absoluta.                 dijeron que pasé a la historia, en el camarín me
              El técnico Manfredo González era blanco de  querían mucho, me eligieron el mejor compañe-
            insultos sobre el final y la hinchada, impotente,  ro”, recuerda Edgardo Medina, quien revela los
            presenciaba como el equipo se iba a Cuarta Divi-  sacrificios que hizo para jugar por Ñublense.”
            sión. Hasta que llegó el gol del milagro en los pies   “Me probé ese verano cuando estaba Héctor
            de un atacante anónimo.                  Pineda y creo que la perseverancia fue la cla-
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