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10 Martes 5 de febrero de 2019 Edición Especial 149 años
CoihueCo
Nombre de la comuna más grande de la región de Ñuble. Su
nombre proviene de koiwe-ko (agua del coihue), savia del árbol
cordillerano. Antes, y en plena plaza, había un gigantesco coihue
de donde brotaba una vertiente.
El terreno de esta comuna (y el de sus vecindades) situada al
oriente de Chillán, formó la encomienda de Pedro de León (1552),
pero después se la traspasó a Hernando de Huelva, uno de los
compañeros de Pedro de Valdivia.
En 1599, la prisión del cacique pehuenche Mi-
llachingue, de la encomienda de Coihueco, y las
crueldades del español Diego Serrano inten-
sificaron el disgusto de los indígenas. El
13 de septiembre de ese año, 2.000
indígenas asaltaron e intentaron
destruir todo Chillán.
En 1628 se produce una
alianza entre pehuenches
y tropas mapuches del
cacique Lientur, al paso
de éste por la comarca de
Coihueco, organizando un
devastador ataque a Chillán.
La montaña coihuecana le
sirve como plataforma de
ataque y huida.
En 1768, el cacique pehuenche
Ancan, conocido igualmente como
Ancalcan, dominador de amplísimos
espacios transcordilleranos que llegaron
hasta el Río Salado, cede lavaderos de oro
ubicados en lo que más adelante se conocería
como Minas del Prado.
Recientes estudios japoneses detectaron una larga veta de oro
que comenzaría al pie de estos cerros y culminaría en Lonquimay.
Existe al respecto una leyenda mapuche que afirma que “el padre
de las criaturas aladas escondió de la codicia del padre de las criaturas con
cuernos, un rayo de oro sagrado en lo profundo de la montaña andina”.
Entre 1819-20, Vicente Benavides y su eterno aliado Antonio
Pincheira, son reprimidos en un áspero combate en Coihueco, como
represalia a un ataque perpetrado en Chillán. A mediados de febrero
del 1820, el capitán Riquelme de Chillán alcanza en las márgenes
del río Coihueco a un sacerdote y lego franciscano que mantenía
en esa región la insurrección contra el gobierno chileno. El
ejército criollo sorprendió a los
montoneros, varios de los
cuales cayeron prisioneros
y fueron fusilados.
En el 1820 se producen
incursiones diversas de la
banda de los “Neirinos”
en Coihueco, seguidores
del bandido José Miguel
Neira. Esta guerrilla
de vagabundos tenía
muchos adictos entre
los campesinos de la
precordillera.
El “maucho” Neira, nacido ha-
cia 1775 y fusilado en 1817, es conocido
por su vinculación con los patriotas, a través
del guerrillero Manuel Rodríguez.
En 1822 se produce la Batalla de Niblinto. El joven
capitán Manuel Bulnes vence allí, de un modo brillan-
te y con fuerzas numéricamente inferiores, al peligroso
comandante en jefe realista, Juan Manuel del Picó. En 1832
son ajusticiados Julián Hermosilla y el último de los Pincheira,
Pablo, culminando así la “Guerra a Muerte” y pacificándose por
fin esta volcánica y sangrienta montaña. Ese mismo año nace en
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