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www.ladiscusion.cl Domingo 18 de septiembre de 2022 19
La Semana
Entrevista.
Juan Márquez
En la década de los sesenta, tras la muerte de su madre, tomó la
administración de la ramada del “Guatón Rana”, nombre que con
el tiempo terminó adoptando como su apodo.
Sin embargo, durante más de 35 años también se desempeñó
como aguatero, masajista, pedicurista y componedor de huesos
de Ñublense, siendo reconocido este 2022 por su labor.
En paralelo a su oficio en el mundo del deporte, Márquez trabajó
vendiendo frutas y verduras en el mercado de Chillán y, desde
entonces, también se ha dedicado ha mantener viva a su reco-
nocida ramada en cada celebración de Fiestas Patrias, con la que
ha recibido premios y reconocimientos tanto locales como de
otras comunas del país.
Hoy, a sus ochenta años, comenta los esfuerzos de rescatar las
tradiciones chilenas en un negocio familiar que trata de sobrevivir
en estos tiempos.
Cómo eran las ramadas en Chillán en la época que nació la
del Guatón Rana?
Mi madre era ramadera, ella era la “Guatona Rana”. En esos años, ella sacó
una ramada en la avenida Collin, pero en esos tiempos eran cosas bonitas.
Las ramadas empezaban en 18 de septiembre con esquina Collin, después
llegaban a avenida Argentina y terminaban en Arturo Prat, por ahí cerca
del puente. Se instalaban cincuenta o sesenta ramadas y venía gente de
todas partes. Una vez que falleció mi mamá seguí yo por ella para que no
se acabara el Guatón Rana. Ahora la ramada tiene más de 85 años.
Por qué cree que han podido seguir funcionando tantos
años?
Por la sencilla razón de que las manejamos muy bonitas. Hemos ido a
Talcahuano, Concepción, Los Ángeles y Temuco y nos reconocen con los
primeros lugares. Es porque nosotros tratamos de rescatar las raíces chi-
lenas para que no se acabe esta cosa tan bonita que es el 18 de septiembre.
En mis ramadas no hay peleas, no entran curados, nadie le roba a nadie
porque busco que la gente se respete. Esa es la cosa. Hay que tener todo
limpiecito, bien encachadito y con buenas personas. Nadie se aniña con
nadie. No vamos a estar peleando por unos pesos.
Con qué elementos cree usted que se conforma una buena
ramada?
Creo que uno nace para estas cosas pero igual hay que tener buena
voluntad. Por ejemplo, si viene un hombre aquí y me pide una copita de
vino yo conforme se la doy, pero si viene otro aniñado y me dice “oye, dame
un trago”, ahí claro que no. Así no se hacen las cosas. Si ustedes no tienen
voluntad se echa todo a perder. Además, hay que tener a la gente apropiada
por eso yo les enseño primero, porque a mí también me enseñaron, por
ejemplo cómo se trata a la gente o saber cómo ofrecer. Siempre con respeto
y sin tratar mal a nadie, así me educaron a mí.
Cómo les ha afectado a ustedes la falta de un parque
ramadero en la comuna?
Hace tantos años que deberíamos haber tenido un parque ramadero.
Han pasado alcaldes y alcaldes, imagínese que yo empecé a trabajar con
el alcalde Jarpa. Entonces han pasado varias generaciones. Dios quiera
que el alcalde de ahora haga un buen parque, él tiene buena voluntad.
Yo tengo hijas y nietas que quieren trabajar y hacer lo mismo que yo y
no pueden porque hay que salir a otros lados, a otras comunas. Es triste.
Antiguamente se hacían tantas ramadas, pero se perdió esa tradición
porque nunca hicimos un parque.
Esperan recuperarse en estas Fiestas Patrias tras los dos
años de pandemia?
Esos dos años fueron terribles. Ahí quedamos todos patos, “se nos secó
Nosotros tratamos de rescatar las raíces chilenas para que no se acabe la laguna”, como se dice. Ahora estamos esperando que este 18 Dios nos
esta cosa tan bonita que es el 18 de septiembre” acompañe con el tiempo y que vendamos todo lo que trajimos. Este año,
estoy en la cancha frente al tranque de Coihueco, la número 4. La única que
tiene un letrero dónde está Elías Figueroa y otros jugadores. Espero que
andemos bien, que venga a verme aquí la gente chillaneja porque ahora
uno tiene que salir afuera para poder trabajar, pero creo que nuestro rol es
importante, sobretodo cuando se han perdido muchas costumbres.