Page 9 - Edición Abril Revista Agro
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LA DISCUSIÓN Opinión
ABRIL 2022
Agricultura familiar campesina y
transformación digital
uestro país, con su geografía extensa y variedad climática,
nos pone constantemente a prueba en la búsqueda de
soluciones inteligentes a condiciones cada vez más
adversas, en ese sentido, la agricultura familiar campesina
N(AFC) no está exenta de estos nuevos desafíos. No es
desconocida la prolongada escasez hídrica, sumando a ello en el
último tiempo la falta de trabajadores para actividades agrícolas
después de la pandemia, y que, junto a los acelerados avances
tecnológicos, llevan al sector a buscar de manera eficiente la mejor
forma de hacer frente a las condiciones actuales cada vez más
inciertas y volátiles.
Pero la importancia de este grupo para la economía mundial recién fue
reconocida en 2014, cuando Naciones Unidas redefinió la agricultura
familiar, como un sector existente y preponderante en la alimentación
mundial, dándole fortaleza a este concepto, y vinculándolo a las políticas
públicas de muchos países de Latinoamérica.
En Chile, la AFC no ha quedado al margen de estas grandes definiciones,
y los esfuerzos se han orientado principalmente a la promoción de la
actividad productiva a través de programas, proyectos e instrumentos Robinson Sáez Lazo
públicos, donde las instituciones públicas han proporcionado cuantiosos Director de Formación
recursos para su desarrollo y sostenibilidad. Pero, a pesar de los avances
en el reconocimiento de esta importante actividad, los eventos de los Continua y Servicios
últimos años no han hecho más que relevar y visibilizar una realidad dura Universidad Católica de la
y dramática: la precariedad que vive la AFC en zonas rurales, aisladas y de
baja conectividad. Santísima Concepción
En ese sentido, la pandemia nos deja como aprendizaje grandes brechas,
entre ellas, la digital, que hoy por hoy es gigantesca en sectores tan
relevantes como el agroalimentario; y que, a diferencia de otros sectores,
no ha podido incorporar la transformación digital como una herramienta
de competitividad y desarrollo, quedando muy atrás en su adopción e
implementación. Romper con esta realidad es una preocupación para
todos los actores, donde estos agricultores no son indiferentes a sus
consecuencias, por ello, iniciativas impulsadas por el Indap, de capacitar
al mayor número de productores en herramientas tecnológicas para la
digitalización de su actividad, puede ser un paso importante para reducir
las brechas. Sin embargo, estos esfuerzos no tendrán impacto alguno
si no existe coordinación con entidades de capacitación y formación
continua, las cuales hoy entienden que las barreras de la presencialidad
ya no son una excusa para llegar a todos los lugares del país, y convertirse
de esta manera en una solución real a la formación de competencias y
capacidades para la actividad productiva agrícola.
Por ello, las universidades regionales están llamadas a ser aquellas
entidades que permitan alcanzar el éxito de las políticas públicas dirigidas a
la AFC, buscando reducir brechas digitales y dando mejores herramientas
de productividad y competitividad a estas pequeñas empresas agrícolas;
lo que permitirá a la larga proporcionar mayor equidad a los habitantes de
tantos sectores rurales del país.
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