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34 Domingo 25 de agosto de 2019
Cultura
Cultura&Espectáculos
NUESTRO IDIOMA
CARLOS RENÉ IBACACHE I.
MIEMBRO DE LA ACADEMIA
CHILENA DE LA LENGUA
El género gramatical
en la nominación
profesional
Curiosamente el hecho de que
la mujer se haya constituido pro-
fesional, después de muchos años
en que era solo el hombre el que
podía exhibir títulos universitarios,
atrasó también el acuerdo de su
tratamiento.
Costó mucho tiempo que las
mujeres fueran abogadas, por-
que esa califi cación no existía, la
abogado y si fuera un cargo, la
ministro o la presidente. Absurdo,
si pensamos que los femeninos
existen y su empleo es absoluta-
mente correcto.
Se superó esta etapa. En algunos
casos, aparecían por parte de los
varones en algunas ocasiones,
como el caso de la médica o la
médico. El Diccionario ofi cial de
la RAE, planteó lo siguiente en el
registro de la palabra médica. Dice
lo siguiente: “mujer que se halla le- mutua defensa de la libertad como fundamento.
galmente autorizada para ejercer la
medicina”. Por lo tanto, deberíamos
“Hay frases que no
necesitan explicación,
cuando decimos por
ejemplo, “hecho por
mano de monja, dando
a entender cuando
halagamos a una mujer
por sus dotes culinarias”.
decir: la médica Pérez, tal como
decimos la doctora Pérez.
En este caso se produjo un
hecho curioso; como algunos
usuarios se resisten a mantener a
las médicas, pues le reservaron este
tratamiento a las campesinas que
recetan yerbas medicinales. Son las
yerbateras. ¡Vaya, lo importante
que son en los medios rurales o
en las poblaciones urbanas, donde
los remedios son caros.!
Volvamos a los inevitables chile-
nismos: “Quedao en las hilachas” es
un chilenismo completo, primero
por la generosa costumbre de
muchos chilenos de no pronunciar
la última sílaba de una palabra.
Cabreado, mejor, cabriao es lo
mismo que estar hasta la tusa,
antiguo chilenismo, que ha sido
en parte reemplazado por otro,
que alguien puso de moda: “estar
hasta más arriba del paracaídas”.
Otras locuciones típicas tan claras
como las anteriores son, “quedarse
para vestir santos en la corte”,
señalando que hay conocidos en
la corte, que bien pudieran darle
una manito en su defensa.
No se puede negar que los
chilenismos enriquecen la lengua
chilena, sin negar que a veces hay
que explicar por qué decimos que
“llueve a chuzo”, dando a entender
que llueve tan fuerte, que el chuzo,
una herramienta muy pesada
rompe el pavimento con la misma
fuerza que la intensa lluvia.
O´Higgins y El Sótano
Mapuche de la patria
Ziley Mora Penrose. Escritor, etnógrafo y fi lósofo
La patria se nos torció desde el día mismo en
que a O´Higgins lo obligaron a renunciar. De lo
contrario, nadie hubiese pensado desconocer
el ancestro, pues todos los chilenos, la peonada
victoriosa en Maipú, éramos “huachos” como
él. El otro gran Libertador, San Martín, tam-
bién era mestizo como nosotros, pues tenía
sangre guaraní. Todos nos sabíamos “hijos
naturales” del Chillimapu con padre español.
Menos la fronda aristocrática capitalina, que
se sintió herida porque el huacho Riquelme
les quitó sus títulos nobiliarios, las corridas de
toros y antes, los esclavos. Pero hoy es difícil
el regreso a casa, máxime si el Estado en 1881,
al invadir La Araucanía decía: “ellos, los indios
bárbaros, y nosotros, los occidentales hijos de
Rousseau y Montesquieu”. Rápido olvidaron
que los longkos Coñoepan, Colipi y Nahuel-
hal sirvieron lealmente a la causa criolla. Más
rápido aún, esa elite desconoció la invitación
de O´Higgins a reconocer la independencia
de la nación mapuche contenida en el Tratado
de Tapihue, y crear con los pueblos al sur del
Bío Bío, una poderosa alianza sostenida por la
Su infancia ya estaba marcada por el augurio
de que iba a ser el Gran Longko de la Patria:
Aquí, en Chillán, aprendió la
lengua ancestral. Nunca más dejó
de practicarla ni en el Palacio
de la Moneda. Fue el primero, y tristemente
el último gobernante chileno, el único, en
manejar el mapuzungun.
RetroDiario
Nace en San Carlos el
escritor Manuel Ortiz
26/08/1870
www.ladiscusion.cl
de Nobles Araucanos, junto a los hijos de los
estudiar en el Colegio de Naturales o Colegio
ancestral. Nunca más dejó de practicarla ni
longkos. Aquí, en Chillán, aprendió la lengua
en el Palacio de la Moneda. Fue el primero, y
tristemente el último gobernante chileno, el
único, en manejar el mapuzungun.
Noche del 20 de agosto del 2019. Me veo
dirigiendo una solemne ceremonia sacra en una
imponente catedral. En mi sueño soy el maestro
de ceremonias. Lo central del rito es un concierto
que ejecuta el Orfeón de Carabineros, junto a un
trabajado Coro de uniformados de su Escuela.
Hacia el fi nal de la ceremonia, yo me adelanto
en bajar por un estrecho túnel donde también
pronto descienden los guardianes del orden.
Anuncio a todos que los carabineros de despiden
con un himno fi nal marchando marcialmente
hacia las profundidades del templo. Y mientras
ellos avanzan cantando una mítica canción,
veo que luego del pasillo, en el amplio sótano,
los espera un gran y rudo grupo de unos muy
exaltados comuneros mapuches. Airados, y en
total pie de guerra, levantan sus wiños de palin
y sus armas, gritando dispuestos a enfrentarse a
esa columna de cantantes de uniforme. Entonces,
el ritmo del canto se intensifi ca y se une como
un río en la mar de gritos esparcidos al aire en
lengua mapuche antigua. Hay confusión al inicio,
pero pronto veo que ambas lenguas se suman en
un solo nuevo himno, igualmente sublime, pero
ahora con redoblada fuerza, conmoviéndome
hasta mis fi bras más íntimas. Luego se escucha
una solo poderoso Coro donde las diferencias
ya no cuentan.
Despierto y comprendo: es perverso extre-
mar una supuesta guerra como si fuésemos
dos sangres extrañas: ¡el 15% de la policía es
mapuche! Cada día más ausentes los puentes
para el diálogo con este pueblo, el confl icto
del Estado con nuestra raíz originaria, no se
soluciona con medidas y actitudes comunes,
con política mediocre. La solución es bajar
con lo mejor al sótano de la patria y allí recon-
ciliarnos de verdad con nuestro ancestro. Pero
para ello se requiere poner lo extraordinario
en juego. Solo se soluciona si el Estado entero
apela a una “armonía coral” superior, si activa
un tipo de compromiso sagrado, capaz de vi-
brar y sintonizar con el corazón humillado de
la tierra, con el alma mapuche resonando aún
viva en nuestro ADN: “un problema no puede
ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en
el que fue creado” (Einstein). Ese día el huacho
Riquelme de seguro entraría de nuevo a caballo
y cantando a La Moneda.
Manuel Jesús Ortiz Espinoza costumbristas bajo el nombre
nació en San Carlos el 26 de de Relatos y Comentarios. Su
agosto de 1870. Fue profesor, obra Patriotismo fue premiada
escritor y periodista chileno por el Ministerio de Educación,
que colaboró con Diario La Dis- pero no fue publicada.
cusión y que dejó varios libros El sitio Memoria Chile rescata
vinculados a la literatura. sus cualidades como escritor.
Egresó como docente de la “Destacó su alta calidad de
Escuela Normal “José Abelardo escritor en la descripción cos-
Núñez” ejerciendo en colegios tumbrista. Describió prácticas
básicos y medios en San Ignacio, provincianas con notable ame-
Bulnes y Chillán, siendo profe- nidad, la realidad pueblerina
sor en esta última del Liceo de de los vendedores, la pobreza
Hombres y subdirector de la de los maestros, la modestia
Escuela Normal. campesina víctima de una explo-
Como articulista destacó en tación silenciosa. De preferencia
el Diario La Discusión, de Chi- narraba asuntos populares con
llán. Por esta época comienza a agudeza, por lo que su obra
enviar colaboraciones a manera fi gura entre los clásicos chilenos
de cartas al diario El Mercurio en su género”.
de Santiago, con el seudónimo Posteriormente se radica en
de M.J. Ortega. Santiago donde fue director de
Estas misivas se convierten Las Últimas Noticias en 1918,
posteriormente en el libro escribiendo entonces con el
“Cartas de la Aldea”, una de sus seudónimo de Bergerac.
más importantes obras. Más tarde guía la Escuela
Publicó también la novela El Normal donde había realizado
Maestro, en 1914 y, dos años sus estudios convirtiéndose en
más tarde, en 1916, Caricatu- visitador de Escuelas Normales.
ras, donde reunió artículos de En el año 1920 fue elegido
costumbres y escenas de la vida diputado por Bulnes y Yungay,
cotidiana. Ortiz fue funcionario período 1921-1924; integró
del Ministerio de Educación la Comisión Permanente de
y corresponsal en Europa del Instrucción Pública y la de
diario La Nación. En 1935 pu- Corrección de Estilo. Falleció en
blicó otro conjunto de relatos Santiago, en el año 1945.