Page 23 - ÑUBLENSE 100 AÑOS
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31.aGosTo.2016  l
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                                                                                             La barra del Mercado se transformó en una   años
                                                                                             de las más bravas del  sur del país. alentaba a
                                                                                             ñublense y presionaba al rival y al juez    21

                                                                                             que el ‘Huaso’ Fuenzalida se mete al área y Clau-
                                                                                             dio González le hace un penalcito. Sarkadi cobra
                                                                                             penal. Fuenzalida le va a pegar y el “Come Uñas”
                                                                                             Mejías le tira un pedacito de manzana a la pelota y
                                                                                             el ejecutante se pifia, le pega mal y yo atajo. Pero
                                                                                             el árbitro hace repetir el penal y me lo hacen. La
                                                                                             gente se enerva y salta una piedra de la tribuna
                                                                                             y le parte la cabeza al “Chita” Cruz que terminó
                                                                                             con traumatismo en el hospital y con puntos. La
                                                                                             gente del Mercado, estaba furiosa. Se armó el
                                                                                             escándalo, le querían pegar al árbitro y entrar a
                                                                                             la cancha. Empezamos los jugadores a rodear al
                                                                                             árbitro para que no le pegaran, pero empezaron
                                                                                             a tirarnos piedras, se empieza a oscurecer y los
                                                                                             vehículos de los hinchas comienzan a apuntar a la
                                                                                             cancha y el estadio esperando al juez. Hasta que
                                                                                             Mario Avendaño, que era el presidente, protege
                                                                                             la cabeza del árbitro y lo mete arriba de una citro-
                                                                                             neta. Nos castigaron la cancha por diez fechas que
                                                                                             se rebajaron a cinco”, detalla Venzano.
                                                                                               Mario Avendaño aporta sabrosos detalles del
                                                                                             primer gran incidente en la era profesional del club.
                                                                                             “Quedó la cagada y el capitán Aravena, que era
                                                                                             presidente de la Rama de Fútbol y ayudante del
                                                                                             prefecto, había movido a las masas, reclamando
                                                                                             hasta que el público explotó. Entonces me dijo,
                                                                                             vamos a buscar un uniforme y lo vestimos de paco,
                                                                                             y lo saqué en mi camioneta a San Carlos. Zarkadi
                                                                                             iba con el poto a dos manos con sus ayudantes.
                                                                                             Nunca más nos arbitró”, rememora el longevo
                                                                                             ex presidente rojo.
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