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          2› ESPECIAL › centenario violeta parra  › DOMINGO 05.02.2017                                                    LA DISCUSIÓN


                                                                                                           Violeta Parra nació hace
                                                                                                           casi cien años en San Carlos.
                                                                                                           Su infancia se repartió,
                                                                                                           en gran parte, entre esa
                                                                                                           localidad, San Fabián y

                                                                                                           Chillán, específicamente
                                                                                                           Villa Alegre, barrio
                                                                                                           Ultraestación. En tierras
                                                                                                           ñublensinas la folclorista
                                                                                                           forjó sus raíces, y dio sus
                                                                                                           primeros pasos como
                                                                                                           artista.

















                                                                                                             La familia Parra Sandoval se trasladó lue-
                                                                                                           go hasta Santiago, donde permaneció por
                                                                                                           breve tiempo, para recalar en Lautaro, hacia
                                                                                                           fines de 1921, cuando  su padre, Nicanor, fue
                                                                                                           nombrado profesor primario de la Escuela
                                                                                                           del Regimiento Andino Nº 4.
                                                                                                             La pérdida del empleo paterno debido a
                                                                                                           un decreto del Presidente Carlos Ibáñez del
                                                                                                           Campo, que prohibió que civiles trabajaran
                                                                                                           en las Fuerzas Armadas, obligó a la familia
                                                                                                           a retornar a Chillán, a una de las casas que
                                                                                                           tenía el abuelo en Villa Alegre.
                                                                                                             Clara Sandoval, en los audios registrados
                                                                                                           en 1979, recordó: “Yo le puse Lechuguilla
                                                                                                           (a Violeta), porque era tan diabla. Nicanor
                                                                                                           le puso Violeta. Era intrusa, no dejaba nada
                                                                                                           parado donde se metía”, cuenta, recordan-
                                                                                                           do a su hija.
          Los años en que  la                                                                              lo pasamos bien, en esa cochiná de pueblo,
                                                                                                             Y sobre la vida en Lautaro, reconoce: “No
                                                                                                           qué tenía que irme para allá cuando esta-
                                                                                                           ba tan bien acá en Santiago. Don Arturo
                                                                                                           Alessandri no sé cuántos pasajes le dio a
                                                                                                           Nicanor para que acarreara a la familia. Yo
                                                                                                           no quería y Nicanor que era un loco por el
          “Lechuguilla” jugaba  sur me decía vamos negrita. Nos fuimos
                                                                                                           en el tren y nos bajamos en Chillán porque
                                                                                                           la Violeta en el tren se me enfermó, estaba
          en la calle Li-ber-tá                                                                            con fiebre y arriba se le declaró la viruela.
                                                                                                           Cómo no íbamos a pasar a Chillán, cuando
                                                                                                           le saqué la ropa salió toda con costras. Se
                                                                                                           desfiguró la Violeta con la viruela, ella era
                                                                                                           tan bonita”, relató, recordando el triste
                                                                                                           episodio en la vida de la folclorista, que la
                i bien Violeta Parra nació en San  del clan, Clara Sandoval, los cuales fueron  da. Ahí fue profesor. Luego lo nombraron a  marcó a fuego.
                Carlos, el 4 de octubre de 1917, al  recogidos en un CD contenido en el libro  San Fabián de Alico, nos fue a dejar mi papá,   Según Catalina Rojas, cuñada de Violeta,
                poco tiempo su familia se  trasladó  “Roberto Parra, la vida que yo he pasado”,  estábamos solitos y allá nació el Nicanor”,  “tuvieron que pasar por muchas miserias
                hasta la casa que el abuelo paterno,  “ellos (los Parra) eran de Los Ángeles. Y no  relató la matriarca.  (los Parra Sandoval) porque a él lo trasla-
                José Calixto Parra, tenía detrás de  eran Parra, sino que eran Matus de la Parra,   En tanto, sobre sus padres (abuelos  daban a cada rato para que le enseñara a
          Sla estación de Chillán.        pero el gato se comió el resto del apellido.  maternos de Violeta), Ricardo y Auderia; Clara  leer y escribir a los soldados. Desde que
            De acuerdo a los audios grabados en  Cuando nos casamos con Nicanor hicimos los  narró lo siguiente: “Ellos vivieron siempre  salieron de San Fabián, hasta que llegaron
          1979 por Catalina Rojas, esposa de Rober- trámites y lo nombraron a la Escuela Colorá  en Chillán, aunque tenían una propiedad  a Chillán. Luego a Santiago y de regreso
          to Parra (hermano de Violeta) a la madre  en Chillán, que quedaba por la gran aveni- en Perquilauquén”.  a Chillán. Fueron muchos traslados, y la

          LA DISCUSIÓN              EDICIÓN  ESPECIAL ›            Director: Francisco Martinic · editor: Pedro Vicario · periodistas: Carolina Marcos, Isabel Charlin, Carolina
                                    centenario violeta parra       Gómez, Natalia Rocuant · representante legal: Daniel Sepúlveda · Fotos: Mauricio Ulloa, Archivo La Discusión,
                                    DOMINGO 05·02·2017             Agencia Uno, Casa Museo Violeta Parra San Carlos · Diseño: Jaime Castro · Diagramación: José San Martín
                                                                   · publicidad: Guillermo Troncoso · ilustración portada: Jaime Castro · impresión: Impresora La Discusión


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