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24 Domingo 29 de diciembre de 2019
“Es un honor haber ayudado a construir
las tumbas del Tío Lalo y Marta Colvin”
Por: FELiPE ahuMaDa jEgó *[email protected] / foTo: CriSTian CáCErES hErMoSiLLa
Sabemos que es un trabajo que
nunca nadie reconoce, pero no
importa. Para nosotros es muy especial, por
ejemplo, yo ayudé a construir las tumbas del Tío
Lalo Parra y la de Marta Colvin, he construido
con mis colegas muchos mausoleos de familias
muy conocidas de Chillán y hemos estado
en miles de funerales, incluyendo los de mis
propios familiares, por lo que sabemos muy
bien qué se siente en ese momento. El ser
sepultador es tener la responsabilidad de ofrecer
el último servicio que hay en la vida, por lo que
tenemos que hacerlo con delicadeza, respeto y
la solemnidad que se merece ese último adiós”.
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Personajes
Se sabe, por ejemplo, quién fue la matrona Llegó en 1976 a trabajar de casualidad al
de Bruce Lee, los nombres de los profesores de cementerio. Tenía 16 años y quería ir a un
John Lennon, el de los guardaespaldas de Ronald
Felicilandia que se instaló en Chillán. Un
Reagan y el de muchísimos circunstantes en las amigo le dijo que sabía que si le ayudaban a
los maestros en el Cementerio Municipal, les
vidas de los personajes célebres. Sin embargo, el
de las personas encargadas de poner el siempre pagaban un poco. “Y después me siguieron
complejo punto final en nuestras historias, casi dando más pega y contratado llevo 22 años.
nunca se registran.
Obviamente, uno de niño nunca se imagina
Y el de Delfín Aedo Muñoz es uno de los que va a trabajar en el cementerio, pero toda
nombres más importantes, ahí en ese parque mi vida he estado acá. Es más, vivo aquí cerca,
eterno donde solo quedan nuestros nombres,
en la Población Zañartu, así que quiero que
como el título en el lomo de un gran libro. me entierren aquí mismo”.
A tres servicios por semana, por 22 años,
No es fácil poner ese “punto final”, hay que
proceder “con mucha delicadeza, incluso cuando da 3.442 “puntos finales” puestos por Delfín
usamos la pala, arrojamos con suavidad la tierra y sus colegas.
“Lo que más conmueve es cuando mueren
sobre las urnas porque para las personas es niños, ahí se nota que la gente está más
un momento muy difícil y la sensibilidad es,
comprensiblemente, muy frágil. Y una vez que impactada. Uno se pone en su lugar y entiende.
terminamos de bajar el féretro o de ponerlo A mi papá, a mi sobrino también los sepulté
en el nicho, nos vamos, para no molestar a las
yo, y claro que es un honor”.
familias”, cuenta.