Page 34 - 2019

34 Domingo 12 de mayo de 2019
Cultura
Cultura&Espectáculos
NUESTRO IDIOMA
CARLOS RENÉ IBACACHE I.
MIEMBRO DE LA ACADEMIA
CHILENA DE LA LENGUA
“Doblegar y
redoblar”
Durante un comentario de
televisión relacionado con un
acto deportivo, el comentarista
señaló: “tuvo que doblegar es-
fuerzos para vencer a su rival”.
Así lo dijo. Hay una confusión
entre doblegar y redoblar.
El verbo doblegar se emplea
regularmente referido a una
persona y signifi ca vencerla,
hacer que ella desista de su
propósito. Se puede decir, por
tanto, “doblegar a su rival o
doblegar la voluntad de su rival,
pero no doblegar esfuerzos, ya
que no tiene mucho sentido
afi rmar que los esfuerzos son
doblegados, esto es, que son
vencidos. Lo que sí puede
decirse, en cambio, es redoblar
esfuerzos, o sea, multiplicar los
esfuerzos. En el caso de nuestra
cita, en consecuencia, pudo
decirse algo como “tuvo que
redoblar esfuerzos para doblegar
a su rival”.
Se puede decir, do-
blegar a su rival’ o
‘doblegar la voluntad
de su rival’, pero no
doblegar esfuerzos, ya
que no tiene mucho
sentido afi rmar que los
esfuerzos son doble-
gados, esto es, que son
vencidos”.
Otro texto, publicado en un
diario de Santiago: “ellos buscan
a los niños que desean abusar
en sectores sociales, medios y
bajos”. En esta oración, en rigor,
se está afi rmando que son los
niños los que desean abusar;
sin embargo, ella aparece en el
contexto de un artículo acerca
de los pederastas y, por lo tanto,
es claro que lo que se quiere
decir, es que son los pederastas
quienes desean abusar de los
niños. El problema es que
abusar es un verbo intransitivo
que rige la preposición “de” y
no un verbo transitivo que se
construye con complemento
directo. Por lo tanto, se debió
escribir: Ellos buscan a los niños
de los que desean abusar o “ellos
buscan niños de los que desean
abusar”, o “ellos buscan niños
de quienes abusar”. Este mismo
error hace que con frecuencia
aparezca la expresión los “los
niños abusados”, en vez de
niños víctimas de abusos o
violentados, como si se ori-
ginara en una imaginaria voz
pasiva, los niños son abusados
por ellos. Eso no es posible
con verbos intransitivos que
rigen preposición, como hablar
con, pelear contra, etc., que no
admiten voz pasiva.
Un evangelio de
coihues y alerces
Ziley Mora Penrose. Escritor, etnógrafo y fi lósofo
Ahora que la Fundación Tompkins ha entre-
gado al Estado de Chile los parques australes
que su fundador conservara como legado para
la humanidad futura, me acordé de la visión
que me sobrevino meses atrás, cuando visitaba
Pumalín y el lago Yelcho. Vi una columna de
escolares chilenos, latinoamericanos y europeos
haciendo fi la para tener una “experiencia reli-
giosa”, una ocasión para reverenciar el templo
natural más puro del mundo. Las delegaciones
de adolescentes eran recibidos con una charla
preparatoria respecto a qué tan vital asunto de
su salud y de su felicidad estaban en juego en
esa visita tan única para sus almas. Luego, un
par de guías los adentraban en los senderos
secretos, entre coihues cruzados por zorros
mientras en los alerces los pájaros carpinteros
ejecutaban su albañilería. Respirar entre esas
selvas silenciosas, les equivalía a un tomar el
aire del mundo verdadero por segunda vez
en sus vidas. Y vi que hacia el atardecer, esos
mismos guías conducían a los escolares a una
meditación de la tarde, antes de la cena, para
que todos, y en el más hondo de los silencios,
esos jóvenes se volvieran uno con el alma del
bosque. Venía una sobria, pero nutritiva cena
de piñones cocidos con miel y harina tostada
Al partir, el Parque Nacional les
regalaba un hermético recipiente
con “aire austral de los primeros
cielos”, como una reliquia de ese santo cuerpo
patagónico de Chile y como señal sagrada del
bautismo recién recibido.
RetroDiario
Enrique Molina G. funda la U. de Concepción
14/05/1919
www.ladiscusion.cl
con sopaipillas integrales. Y antes de dormir
de avellana, café de higo y trigo acompañado
a cielo abierto, una fragante fogata hecha con
las raíces recogidas por ellos mismos al borde
de los ríos y aromatizadas con el incienso de
unas ramas secas de laurel. Todos allí en rue-
do, entonando abrazados canciones como la
del “Hombre de la Mancha” o “Imagine”, de
John Lennon. Luego, el sueño más mágico, el
dormir bajo un hotel de cinco mil estrellas. Al
día siguiente, luego de otra charla con técnicas
para reforestar el desierto y cómo crear tierra
de hojas en la ciudad, toda la mañana, aislados
y sobre un tronco añoso lleno de líquenes y
hongos, cada escolar escribía una “Carta desde
el bosque austral”, con una refl exión cuya copia
el Parque registraba en sus propias Memorias
y que publicaba una vez al año para el mundo.
Por la tarde, recibían instrucciones in situ para
ir a observar la fl oresta a ras de suelo, pero
ahora realizando un dibujo botánico. Al partir,
el Parque Nacional les regalaba un hermético
recipiente con “aire austral de los primeros
cielos”, como una reliquia de ese santo cuerpo
patagónico de Chile y como señal sagrada del
bautismo recién recibido, en cuanto apóstoles
de la próxima religión de los humanos.
Allí, a orillas del río Yelcho y bajo el azul más
radiante del cosmos, esa vez pensé que todas
las catedrales o templos religiosos, tienen en su
interior un altar. Y en ese altar fi nalmente el objeto
de la devoción, una fi gura humana, un Cristo
o un Buda. A veces tan solemnes de venerar
como el Buda Esmeralda, de 45 centímetros de
alto, conservado hoy en la capital de Tailandia.
Esos Budas y Cristos nuestros son los árboles-
catedrales, de 45 metros, los abuelos lenga, las
madres cipreses, las abuelas araucarias de dos
mil años, los alerces de tres mil, etc.
En esos bosques catedrales al sur de Chaitén
experimenté que susurrantes entonaban una
oda a la divina matriz de la tierra. Evitando
deslumbrarme, con los ojos entreabiertos,
miré hacia el oriente y en un ambiente de
lluvia fi na y de cielo gris, rayos de Sol brota-
ban tras esponjosas nubes. Todo el oeste era
una espuma de nubes y Sol mortecino. Y allí
estaba yo, inmerso en el místico culto en su
estado más esencial, empapado de esos nati-
vos sacramentos. Y me pregunté ¿cuál será la
nueva religión? Y me respondí con certeza
absoluta: aquella que ayude al ser humano a
descubrir su espíritu inmortal, latiendo con
el pulso de todas las cosas permaneciendo
mudo bajo el árbol madre de la adoración:
La Virgen Naturaleza.
En 1917, un grupo de pro- de estudios. El proyecto de
fesionales de Concepción Brunner contempló trabajos
se propuso fundar una uni- que deberían extenderse hasta
versidad que satisfi ciera las al menos 1956.
necesidades de la región. El En 1944 se inauguraron la
grupo estaba liderado por Casa del Deporte y el Campanil,
el médico Virginio Gómez y construido por el arquitecto
el abogado Enrique Molina Enrique San Martín Sepúlveda.
Garmendia, quienes se die- El campus Chillán fue fundado
ron a la tarea de levantar un en noviembre de 1954 junto
comité pro universidad. La con la carrera de Agronomía,
Universidad de Concepción se a partir del programa inter-
fundó el 14 de mayo de 1919 nacional Plan Chillán, con
con 123 alumnos, distribuidos el apoyo del Ministerio de
en las escuelas de Dentística, Agricultura y el Instituto de
Farmacia, Química Industrial Asuntos Interamericanos de
y Pedagogía en Inglés, la que Estados Unidos.
más tarde se transformó en la Este programa tenía la mi-
Facultad de Educación. sión de desarrollar las Ciencias
En esta primera etapa se Agropecuarias con un grupo
crearon la Escuela de Medicina de profesionales del agro con
(1924), el Instituto de Biología entrenamiento de postgrado
(1924), el Instituto de Fisiología en universidades de Estados
(1926) y la Escuela de Derecho Unidos y Europa.
(1929). La Universidad de Concep-
En 1931, la Universidad de ción celebra esta semana 100
Concepción pidió al urbanista años de vida al servicio de
austríaco Karl Brunner una una educación superior laica y
planifi cación para el desarrollo comprometida con el desarrollo
del campus central de la casa regional y nacional.