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La Semana
Entrevista.
María Cristina Palma
Por primera vez en la historia del Hospital Herminda Martín de
Chillán, una neurocirujana mujer integrará el equipo de la especia-
lidad del recinto médico. María Cristina Palma lleva 8 años viviendo
en Chile, tras salir de Ecuador en busca de nuevas oportunidades
laborales. Trabajó 4 años en la Atención Primaria de Rancagua,
donde pudo acceder a una beca ministerial y especializarse
en el área de la neurocirugía, en la Universidad de Santiago de
Chile. Algunas de las patologías o problemas de salud que trata
la especialidad son tumores cerebrales, malformaciones congé-
nitas, vasculares, aneurismas cerebrales, alteraciones de nervios
periféricos, cuadros de dolor crónico, problemas de la médula
espinal y columna vertebral, entre muchas otras. La profesional
indica que ha sido recibida de una manera excepcional por el
equipo de neurocirugía.
Hubo algún momento en su vida en donde se dio cuenta de
que quería dedicarse a la labor de neurocirujana?
Remonta cuando tenía 9 años, mi mamá tenía el hábito de revisar las
materias después de que me las daban en el colegio. En un libro de ciencias
naturales, estaban los 12 pares craneales y mi mamá llegó del trabajo muy
cansada a darme una lección oral de la materia. Ese día se lo dije con mucha
facilidad, me interesó muchísimo el tema y recuerdo que me sabía eso
cuando tenía 9 años. Después vi una película que se llama Manos Milagrosas
y ahí le dije a mi mamá que quería ser neurocirujana, antes de ser médico.
Mi mamá, muy motivada, me apoyó y dijo que podía hacerlo.
Qué cirugías realiza una especialista como usted y cual es
su área de desarrollo médico?
La carrera nos prepara para poder realizar todo el abanico de pato-
logías del sistema nervioso. Eso incluye las neuroncologías, patologías
vasculares, neurocirugía pediátrica, patologías de columna. Uno
tiene que hacerle más frente, un dominio mayor de las patologías de
urgencias, porque son estas que va a tener que enfrentar de manera
inminente. Y por el escaso personal que hay en esta materia, te toca
enfrentar los turnos sola.
Cómo ha sido la recepción de sus compañeros médicos
dentro del equipo?
La recepción de ellos ha sido grata, abierta conmigo. Han sido muy
buenos compañeros y creo que es eso lo que te hace sentir cómoda, sobre
todo cuando tu empiezas en una especialidad tan compleja, sentirte res-
paldad y apoyada. Y aunque no lo crean, ha sido un equipo muy jocoso,
con el que disfrutas del tiempo en el que trabajas aquí. Y muchos dirán,
bueno pajarito nuevo la lleva, tiene más trabajo y esas cosas. Pero aquí hay
otra historia para contar.
Le gustaría ser un ejemplo de motivación para otras
mujeres que se quieren dedicar a esta área?
Creo que lo he compartido con algunas personas que me han hecho esa
pregunta, pero más que ser una motivación, quiero que esto sea como una
imagen clara de que indistintamente del género, cuando tu te apasionas
por algo, tu puedes llegar a cumplir eso. Puedes hacerlo de la manera en
que más te gusta, disfrutarlo y desarrollar toda esa creatividad. Desarrollar
ese ímpetu y hacer cosas buenas, novedosas y que aporten. Pero esto no
tiene que ver con el género, tiene que ver con lo que te gusta.
Cuál es el momento más satisfactorio dentro de la labor
que realiza como neurocirujana?
Hay dos momentos que para mi son cruciales. El primero es todo lo que
entregas en el acto quirúrgico, el pabellón es el lugar más especial. Porque
Quiero que lo que narre la historia, es la trascendencia en el bienestar tú, en ese momento, llegas a perder el hambre, el sueño o el cansancio,
de las personas. El pabellón es un lugar mágico y es un gran momento todo eso pasa a segundo plano. Por eso es tan mágico ese lugar. Y el otro
tremendo gran momento, es cuando tu recibes en el post operatorio al-
cuando algún paciente te agradece de manera sincera o lo ves recupe- gún paciente que te agradece de manera sincera, cuando tu ves que pudo
rado y estable“. tener algún cuadro irreversible o no haber sobrevivido al evento. Y tu lo
ves recuperado y estable.