Page 4 - 19/02/2024
P. 4
Lunes 19 de febrero de 2024 www.ladiscusion.cl
Ciudad. 20.000 se estima los chilenos que fueron arrebatados de sus
madres al nacer y que fueron adoptados posteriormente
en el exterior. Muchos de ellos, lograron contactar
a sus familias biológicas para conocerlos y conocer
también una parte desconocida de sus vidas.
emocionante encuentro de ben fruchter con sus hermanos
Luego de 35 años chillanejo
arrebatado al nacer se
reencontró con su familia
Ben Fruchter arribó ayer al país junto a otros siete estadounidenses que lograron ubicar en Chile a sus familiares
biológicos. Son víctimas de una oscura trama tejida durante la dictadura, que los alejó de sus madres al ver la luz.
SuSana núñez/marcelo herrera
[email protected]
fotos: Diario times Union
or más de tres décadas,
la familia Figueroa Vera
vivió con el peso de un
misterio sin resolver. Una
Pdolorosa historia marcó
su pasado tras la desaparición del
menor de sus integrantes, quien
fue arrebatado cuando tenía no más
de cinco meses de vida. Su madre
María, sumida en la tristeza, murió
con la incertidumbre de su paradero
y esperando el reencuentro con su
hijo a quien llamó Gustavo. Sin
embargo, él y el resto de los hijos no
claudicaron en esa misión y lograron
cerrar esa herida que por 35 años su
mamá llevó sin cicatrizar.
Gustavo en rigor nació en Chillán
como Gustavo Figueroa Vera, solo
que ahora su nombre es Benjamín
Fruchter y está radicado en EE.UU.
Desde allá, él no estaba ajeno a sus
raíces chilenas. Inició en paralelo su
propia búsqueda y con sus antece-
dentes de adopción se abrió camino
con la organización Connecting
Root, que le permitió conocer a sus
seres queridos biológicos y oriundos
de Chillán.
Fue a través de una videollama-
da, en septiembre último, cuando
se conocieron por primera vez. El
momento fue registrado por LA
DISCUSIÓN en su edición del 24
de septiembre, al dar cuenta de la
emocionante videollamda entre Ben
y su familia chillaneja, en el hogar del
padre, en la población Wicker.
Sus hermanos, Margarita y Vla-
dimir, reconstruyeron la historia y
las circunstancias en que al menor
de la familia se le pierde el rastro
en 1987, en los últimos años de la
dictadura militar.
“Mi hermano mayor lo llevó al hos-
pital, porque le había dado fiebre en
la noche. Mi mamá tenía un problema
a las caderas y no podía caminar
bien al igual que mi padre. Después
ella llegó y lo trasladaron a Coanil,
porque estaba un poco desnutrido,
se supone que para ayudarlo, y ella lo
alcanzó a ver dos veces y después se
lo negaron. Dijeron que se lo llevaron
a Concepción, que luego lo iban a
devolver a Chillán, pero nunca fue
así. Después ella no supo nada de él,