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www.ladiscusion.cl Domingo 31 de julio de 2022 19
La Semana
Entrevista.
Manuel Dinamarca
Hace nueve años, el actual gerente general de Nevados de Chillán
cambió las oficinas de finanzas en el norte del país para dedicarse
a fomentar el turismo en la cordillera de Ñuble. De profesión in-
geniero industrial y oriundo de la región, describe esta experiencia
laboral como “una aventura”.
Nació el 18 de febrero de 1978 en Chillán, aunque vivió su infancia
en San Gregorio de Ñiquén, donde cursó sus primeros años de
enseñanza básica para luego viajar todos los días hasta el Instituto
Santa María de San Carlos y culminar su educación. Destaca que,
gracias a su familia, desde pequeño estuvo ligado a la naturaleza,
al campo, la montaña y los animales.
Desarrolló parte de su carrera profesional fuera de la región, pero
decidió volver y en 2013 postuló a la gerencia del complejo turístico.
Durante su administración, comenta que ha vivido años con y sin
nieve, avalanchas, pulsos volcánicos, una pandemia y un estallido
¿Recuerda la primera vez que vio nevar?
Sí, fue justamente en una visita a las Termas de Chillan. Tenía como 14
años y andaba de paseo con un tío. Lo recuerdo siempre porque pudimos
subir en el andarivel, pero andaba sin lentes entonces me lloraron los ojos
todo el viaje. Fue un poco sufrido.
¿Cómo nació su interés por los deportes de invierno? ¿Ha
tenido algún accidente?
Sinceramente, no tenía interés de chico y tampoco tenía los recursos
para hacerlo, pero hoy disfruto, respeto y admiro la montaña en general.
Creo que es más un gusto adquirido que amor a primera vista. He tenido
varios accidentes, unos más importantes que otros, pero es parte de la
actividad. Por ejemplo, algunas caídas, resbalones y por ahí he sufrido un
par de accidentes automovilísticos por el hielo en la ruta o por derrumbes,
por eso lo ideal es estar siempre atento a las condiciones climáticas. Siem-
pre digo que hay que andar con cuidado y respeto a la naturaleza porque
¿Por qué decidió transformar la nieve en su trabajo de
vida?
Mis deseos de volver a Ñuble me hicieron postular a este trabajo. De a
poco fuimos creciendo, desarrollando ideas y proyecciones que nos fueron
incentivando y enamorando no solo de la nieve, sino que de la montaña en
general. No ha sido fácil, como todo en la vida, pero es una alegría participar
y coexistir en este trabajo con la naturaleza. Cuando todos disfrutan, los
demás trabajamos, así es el rubro del turismo.
¿Qué sintió al cambiar las oficinas por las vistas y paisajes
de la montaña?
Cada lugar es especial y cada uno tiene su encanto. Me tocó estar en
varias ciudades y en todos lados encuentras atractivos, ahora, sin duda
que este lugar es único y especial. No solo por los paisajes y colores en
distintas estaciones del año, sino también por las personas. El grupo
que formamos junto con los colaboradores es de un ambiente de respeto,
cercano y familiar, por lo menos, a mí me gusta mucho.
¿Qué es lo más complicado de trabajar en un clima
cordillerano?
La inestabilidad. Debes reaccionar siempre de acuerdo con las condi-
Estos años no han sido fáciles, como todo en la vida, pero ciones porque nunca un día o semana es igual a otro. Las proyecciones
es una alegría participar y coexistir en este trabajo con la son difíciles, hay muchas variables y continuos cambios, entonces, debes
estar preparado y atento para enmendar o cambiar el rumbo y creo que
naturaleza. Cuando todos disfrutan, los demás trabajamos, para nuestro negocio es más aún. Siempre digo que somos como los
agricultores con una cosecha al año, la cual te puede permitir vivir a veces
así es el rubro del turismo” bien y otras, muy apretado.