Page 27 - Diario 13/02/2022

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Cultura&Espectáculos
La belleza y el
valor infinito de
un cuaderno
Ziley Mora Penrose.
Escritor, etnógrafo y filósofo
¿Recuerdas tus cuadernos de infancia, esos
de antaño con media pagina para dibujar y
la otra mitad para escribir? ¿Te acuerdas de
esas páginas verdosas de tan mal gramaje
que se rompían al querer borrar algo con
miga de pan, la “goma” artesanal de aquellos
tiempos? ¿O aquel otro de caligrafía, para
practicar la redondez, el estilo cursivo y
la precisión de los trazos, para aprender a
que la escritura era como la vida: qué tiene
sus leyes, su elegancia su paciencia y sus
márgenes a respetar?
Los cuadernos eran un producto escaso,
tan escaso como los lápices, lapiceras y es-
tilográficas recargables, esas con “guatero”
de tinta (las “Parker 51”) y que solo ciertas
personas podían acceder. Recién, de 1965
en adelante, el bolígrafo aparece por las
frágiles hojas de los cuadernos escolares.
Se trataba del famoso lápiz Bic amarillo,
que luego fue también transparente. Antes
sólo teníamos rústicos lápices a grafito que
casi no teñían sobre esas magras páginas
obscuras. Nuestro sufrimiento escolar era
infinito cuando, luego de borrar tener que
cargar más la punta dura sobre la hoja
blanda, y ésta se rompía por dicha presión,
dañando irreversiblemente la tarea. Pero los
buenos cuadernos eran más escasos aún.
Imposible olvidar que habían tres categorías
bien marcadas. Los más rústicos, frágiles y
delgados (solo a renglones o a cuadritos (los
“Colón”), aquel par de cuadernos verdosos
de 40 páginas que entregaba el Estado a al- los dolores inexplicables, las soledades,
gunos niños de las escuelas públicas porque
no alcanzaba para todos. Por esto, menos los fracasos. Pero también, las luces más
aún disponíamos de textos escolares. Luego
estaban los medianos, más caros, de sesenta inspiradoras, las certezas, la fe, las visitas de la
páginas, con hojas un poco mas blancas y
con alternativas para el dibujo, la escritura alegría.”
RetroDiario
Construyen Capilla San Juan de Dios
22/02/1791
Domingo 13 de febrero de 2022 27
o las matemáticas. Y estaban los inalcanza-
bles para un niño de pueblo como yo: los
empastados de cien hojas, con tapa dura de
cartón y de albísimas páginas, tan pulcras
como todos lo de ahora. Estos sólo podían
tenerlo las familias más pudientes pero sólo
para “pasar en limpio la materia” de un año.
La variedad infinita de tipos de cuadernos
como los que hoy encontramos en cualquier
inimaginable. Pero ¡oh cruel paradoja!:
supermercado chino, era sencillamente
cualquiera puede acceder a un cuaderno de
apariencia sublime e inmortal…pero ¿quién
hoy los ocupa para registrar lo sublime y lo
inmortal de sí mismo? Lo trágico es que,
con esos preciosos cuadernos o libretas del
retail, vivimos lo que Violeta Parra registró
en sus canciones: “Yo no sé por qué mi Dios
le regala con largueza/sombrero con tanta
cinta a quien no tiene cabeza…”.
Los neurocientíficos están descubriendo
que el aprendizaje de la letra cursiva o ma-
nuscrita es una herramienta crucial para el
desarrollo cognitivo del cerebro. Se entrena
la “especialización por áreas del cerebro”,
es decir, el rendimiento óptimo. Mediante
el aprendizaje de la escritura en cursiva, el
cerebro desarrolla una especialización por
áreas que integra la sensación, el control del
movimiento y el razonamiento. A diferencia
de la escritura en el teclado y la práctica
visual, según tomografías, diversas áreas del
cerebro se coactivan durante el aprendizaje
de la escritura en cursiva. Se ven allí una
enorme masa de conexiones. Para escribir
con una letra manuscrita legible se necesita
de control de motricidad fina sobre los
dedos. Los niños y deben prestar atención
y pensar qué están haciendo y cómo lo
están haciendo. Tienen que practicar. Esas
tomografías revelan que la cursiva activa
áreas de la comprensión inteligente que no
están involucradas cuando se escribe en el
teclado. Este abandono explica entonces toda
la decadencia intelectual que vivimos.
Pero ¿qué es un cuaderno hoy? En ver-
dad, siempre ha sido el amado morral de
los más bellos trozos de la vida, esos que
uno no quiere dejar escapar. Siempre -aún
“Un cuaderno es un confidente: antes cuando sólo era papiro o un cuero de
becerro- un cuaderno ha sido un aliado del
allí podemos vaciar las penas alma, una compañía íntima, la más fiel e
insuperable “ayudamemoria”. Un cuaderno
hondas, las preguntas quemantes, es un confidente: allí podemos vaciar las
penas hondas, las preguntas quemantes,
los dolores inexplicables, las soledades,
los fracasos. Pero también, las luces más
inspiradoras, las certezas, la fe, las visitas
de la alegría. Porque un cuaderno también
puede atrapar los susurros de Dios ¿Y tu?
¿ya te hiciste de tu personal Cuaderno de
Maravillas?
Hospital San Juan de Dios, don- año 1867 y el recinto pasó a
La primera construcción del
ser atendido por las religiosas
de se emplaza la capilla ubicada francesas Hermanas de la Ca-
en la Avenida O’Higgins de ridad y la capilla por los Padres
Lazaristas, venidos también de
Chillán, data del decreto oficial
del 22 de febrero de 1791, en Francia.
“los aledaños de Chillan Viejo”, La construcción actual data
el que dio término a una larga de 1874 y es de adobe. La
capilla se levantó para acoger
tramitación e interminables ges-
por el gobernador general de por el terremoto de 1939. Sin
tiones de vecinos y autoridades
los servicios religiosos dentro
por contar con un recinto de
del antiguo Hospital San Juan
salud. El documento fue firmado
de Dios, que resultó destruido
Chile, Ambrosio O’Higgins, y
embargo, permaneció en pie la
fue el cuarto hospital en su tipo
nave central y algunas depen-
creado en Chile.
dencias anexas a la capilla, que
Un vecino de la ciudad, José
funcionan hasta hoy.
Gambino, impulsó en 1786 la
Por Decreto Ley 17.813,
aparecido en el Diario Oficial
obra de fundar en Chillán este
hospital de caridad. Más tarde
el 17 de noviembre de 1972,
logró el apoyo de la comunidad
y de las autoridades para hacer
Allende, se declaró Monu-
realidad este anhelo.
mento Nacional la parte que
queda en pie, de lo que fuera el
El hospital fue construido y
entregado a la administración bajo el gobierno de Salvador
Hospital San Juan de Dios de
de los hermanos de la Orden Chillán. Esto, con el objeto de
Hospitalaria de San Juan de Dios resguardar una infraestructura
y su fundador fue el chillanejo que ha soportado terremotos,
fray José Rosauro Acuña. Los intemperie y el implacable paso
hermanos se retiraron en el del tiempo.