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34 Domingo 19 de mayo de 2019
Cultura
Cultura&Espectáculos
NUESTRO IDIOMA
CARLOS RENÉ IBACACHE I.
MIEMBRO DE LA ACADEMIA
CHILENA DE LA LENGUA
Cuando hallazgo
es redundante
“Astrónomos nacionales
descubren hallazgos sobre
estrellas masivas”, titula una
información un diario capita-
lino. Según el diccionario de la
RAE, descubrir signifi ca en su
tercera acepción “hallar lo que
estaba ignorado o escondido.
Esto quiere decir que lo descu-
bierto, siempre es un hallazgo.
Por lo tanto, la combinación
“descubrir hallazgos” resulta
redundante. Podría haberse
escrito, por ejemplo, “astró-
nomos nacionales efectúan
(o realizan) hallazgos sobre
estrellas masivas”.
Algo sobre las locuciones.
Estas son agrupaciones más
o menos fi jas de palabras que
tienen una función gramatical,
sustantivo, adjetivo, verbo,
adverbio, preposición, y un
signifi cado global que no co-
rresponde a la suma de los
signifi cados individuales de cada
uno de sus componentes. En
Se suele imaginar el
cuerpo como si fuera
una máquina, por-
que comparten varias
características (sirven
como herramientas
para lograr un objeti-
vo, funcionan bien o
mal, se estropean, ne-
cesitan energía etc)”.
nuestro lenguaje hay un número
muy importante de locuciones,
muchas de las cuales poseen
un signifi cado metafórico. Una
metáfora conceptual consiste en
la asociación de dos conceptos,
campos conceptuales que son
semejantes, que luego puede dar
origen a expresiones lingüísticas
metáforas, muchas de las cuales
son locuciones. En el español
de Chile se han originado
diversas locuciones basadas
en la metáfora conceptual que
semeja el cuerpo humano a
una máquina. Tal es el origen
de entre otras de las siguientes
locuciones verbales “prendérsele
o encendérsele la ampolleta” a
alguien o venírsele una idea útil
o ingeniosa a la mente: “tener
los cables pelados”, estar loco:
“apretar el acelerador” (extremar
las medidas para conseguir un
objetivo). “Parar las antenas”,
ponerse en estado de alerta o
actitud vigilante. “Ponerse las
pilas”, aumentar el esfuerzo y
el compromiso para enfrentar
un desafío. “Recargar las pilas
o baterías”, recuperar la energía
perdida, producto de un trabajo
largo o extenuante. “Caérsele el
casette a alguien”, cometer una
indiscreción al contar un secreto
que no debía ser revelado.
“¡La cagó la vieja!”
Ziley Mora Penrose. Escritor, etnógrafo y fi lósofo
Esa fue la expresión de unos muchachos que
iban al lado mío del bus cuando me mostraron
el video de su abuela de 90 años en traje de
baño, lanzándose río abajo y haciendo raft ing
por los rápidos del Trancura. Y sí: los viejos la
pueden “cagar” en dos sentidos. Primero, en
el quizás más común: el dedicarse a mal morir
sufriendo y esperando la tumba (peor que los
muertos que no sufren), desaprovechando en
un surtido de amarguras los últimos soles. O
bien la pueden “cagar” en el sentido más excelso
y admirable: hacer algo impensado sin reparar
en el supuesto condicionante de la edad. Res-
pecto a lo primero, en un taller para la tercera
edad, “Escribir Memorias autobiográfi cas”, que
dimos en Concepción (también lo hago con
mi compañera Birgit en el Cecal de Chillán),
nos impactó escuchar lo siguiente: “Desde que
murió mi marido cuando yo tenía setenta años,
sufro tanto la soledad que solo vivo para puro
esperar la muerte. En el día, si no me vienen a
ver, trato de caminar -no sola, por evitar caídas
graves- me queda mucho tiempo libre para
pensar y pensar. Y eso me tortura, sobre todo en
las noches”. Mientras ella hablaba, comparaba
el caso con el del longko mapuche Kallfukura,
quien a los 120 años decidió irse a morir sobre
Un anciano de 106 años con 23
mil suscriptores en su canal de
YouTube. ¿Qué hace para sentirse
intensamente vivo con tantos seguidores?
Simplemente siendo radical con lo que siempre
amó.
RetroDiario
Nace en Chillán Arturo Merino Benítez
17/05/1888
www.ladiscusion.cl
japonés que también alcanzó los 120, comenzó
su caballo a una montaña. Joshu, un maestro
a estudiar el Zen a los 60 años, se iluminó a
los 80, y antes de morir fundó un centenar de
monasterios. El famoso libro “Autobiografía de
un Yogui”, Yogananda muestra a un maestro
hindú que llegó a los 150 años venerado por
múltiples discípulos.
Para ser infeliz, nos sobrarían motivos. In-
cluso tendríamos algunos muy poderosos. No
hace mucho he visto en Facebook el potente
testimonio de Jodorowsky: “Cuando se me
murió mi hijo, al que yo adoraba, a los 24 años
de una sobredosis, sufrí 10 años, incapacitado
de gozar de la vida… Pero le dí a mi hijo Teo
un sitio sagrado en mi corazón. Y no dejé que
su recuerdo me invadiera, me castrara, me
imposibilitara para ayudar a la humanidad,
a todos los seres humanos, los pasados, los
presentes y los futuros. El amor por Teo se
derramó como un torrente de mi corazón ha-
cia el mundo, amor que compartí entre todos
los seres, convertidos en mis hijos”. He visto
también varios youtuber, como Melquiades,
un abuelo de 90 años que nos explica en un
curioso tutorial lo fácil que es hacer un rap.
Y muy lejos de echarse a morir negando sus
logros, riéndose de sus limitaciones, titula su
canción más popular “Asúmelo”. Y justo cuando
creíamos que en la era tecnológica los jóvenes
eran los expertos, me entero que en algún lugar
de Italia vive Giorgio Michetti, un anciano de
106 años con 23 mil suscriptores en su canal
de YouTube. ¿Qué hace para sentirse intensa-
mente vivo con tantos seguidores? Simplemente
siendo radical con lo que siempre amó. Luego
de haber pintado más de 2 mil cuadros, tomó
las plataformas como un reto y ahora es receta
para su longevidad. El pintor llegó a ellas gra-
cias a que uno de sus alumnos de su clase de
pintura le enseñó a usar las redes sociales. De
a poco perfeccionó su técnica en los videos en
los que enseña a pintar y explica, gozando, la
historia del arte.
¿Achaques y penas? No es problema, los vas
arreglando. Se puede estar en perfectas condi-
ciones, a pesar de ese implante metálico en las
caderas, si la manera de verte a ti misma/a se
enfoca en la emoción del logro o en la pasión
que te consume. Se trata de morir de eso, de una
sola vez, en vez de andar muriendo por ahí un
poco cada día dando lástima. Deja de quejarte,
nada de autocompasión, la vida entera es una
guerra positiva o bien un baile, y el dolor existe
para que tu alma se desarrolle. ¡Que nos mate
la vida, no la muerte!
Hijo de Pedro Merino Feliú y levantamiento de una carta de
Clorinda Benítez Labbé, el co- aeronáutica nacional, creación
modoro Arturo Merino Benítez de un servicio meteorológico y
nació en Chillán el 17 de mayo generación de una legislación
de 1888. A los 15 años ingresó a de la actividad.
la Escuela Militar del Libertador Fue director de la Escuela
Bernardo O’Higgins, desde de Aeronáutica Militar y en
donde egresó como teniente 2º 1927 asumió la comandancia
del Arma de Artillería. del Servicio Aéreo del Ejército,
Posteriormente egresó de período en el cual materializó
la Academia de Guerra del la unión del territorio nacional
Ejército en 1917 como ofi cial de a través de las rutas aérea de
Estado Mayor, dictando al año las ciudades de Parral, Talca,
siguiente una clase magistral en Linares, Concepción, Naci-
la que destacó la importancia miento, Osorno y Puerto Montt.
de la aviación en el desarrollo También fundó la Dirección
de las naciones y de la Defensa General de Aeronáutica, y
Nacional, denominada “sobre unió vía aérea las ciudades de
futura proporcionalidad de las Puerto Montt, Coyhaique y
distintas armas”. Punta Arenas.
En 1925 elaboró la primera En 1932 fue designado Co-
política pública para la avia- mandante en Jefe de la Fuerza
ción nacional con el propósito Aérea de Chile.
de organizar y desarrollar Merino falleció a los 82
la aviación civil, instalación años, tras una vida orientada
de servicios aerocomerciales al porvenir de Chile y la avia-
nacionales e internacionales, ción nacional, méritos que le
apertura de la ruta aérea a valieron ser propuesto para
Magallanes, construcción de llevar el nombre del Aeropuerto
infraestructura aeroportuaria, Internacional de Santiago.