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34 Domingo 21 de julio de 2019
Cultura
Cultura&Espectáculos
NUESTRO IDIOMA
CARLOS RENÉ IBACACHE I.
MIEMBRO DE LA ACADEMIA
CHILENA DE LA LENGUA
Errores comunes
“Frente frío está afectando a
la doceava región”, primer error.
El sufijo castellano avo-ava
signifi ca parte y es ajeno abso-
lutamente al sentido de número
ordinal que se le pretende dar.
Hay muchos elementos que
podrán dividirse en partes, pero
jamás podrá decirse la “doceava
región”. “Hasta hace un siglo
atrás”, otro error. Piensen, el
verbo hacer. Obviamente se trata
de un siglo atrás. Una variante
puede ser “hasta un siglo atrás”,
pues el verbo hacer indica la idea
de tiempo pasado. “Realizó más
de mil dibujos pinturas, relativo
a la historia del país”. En este
caso hay una equivalencia de
género. En efecto, debe decirse,
relativas, no relativos, pues la
concordancia con pinturas
no condice dibujos, según lo
determina la presencia de la
conjunción.
Expertos locutores
deportivos, tal
vez traicionados
por el fragor de la
lucha incurren en
verdaderos atentados,
contra la lengua”
Gran confusión suele presen-
tarse con los términos vistoso y
visible. Dice el locutor deportivo
“Cometió un vistoso foul. Se
equivoca doblemente dado
que se usa un anglicismo como
foul, pudiendo emplear “falta”.
En cuanto a vistoso, debe decir
visible. El primero significa
que llama mucho la atención.
Así un color puede ser vistoso,
una mujer también. Y tantas
otras cosas. Pero una falta o
infracción es visible, esto es,
que se puede ver fácilmente,
que es tan cierta o evidente
que no admite discusión. “So-
lear y asolear”. Ambos verbos
son legítimos y se refi eren a lo
mismo, exponer algo al sol. De
modo, entonces, que un bañista
emplea en la playa se asolea
o sea solea, aunque en Chile,
para ser mucho más frecuente
la forma asolear.
“Jolgorio de alegría”. En oca-
siones hemos apreciado cómo
algunos expertos locutores
deportivos, tal vez traicionados
por el fragor de la lucha incu-
rren en verdaderos atentados,
contra la lengua. Ocurre que en
medio del jolgorio se deslizan
algunas palabras que tienen
otros signifi cados. Las que po-
dríamos llamar sinónimas son
las siguientes, con sus matices,
naturalmente; parranda, fran-
cachela, juerga, fi esta, regocijo,
jolgorio, etc.
¿Cómo uno se vuelve
adulto y maduro?
Ziley Mora Penrose. Escritor, etnógrafo y fi lósofo
La frustración, la desdicha, la depresión,
la infelicidad tanto en la pareja, en el trabajo,
o en las relaciones humanas, se deben a que
nuestra cultura perdió sus ritos de paso. Es
decir, aquellos trabajos -simbólicos y reales- que
nos hacen pasar de la infancia al autodominio
de la adultez. Esta misma palabra ya la defi ne:
valiente autodominio de sí mismo. Por ejemplo,
en la cultura mapuche, para hacerse hombre
(equivalente a weichafe “guerrero”) había que
emprender un solitario y largo viaje. El joven
debía cruzar la montaña a caballo, exponerse
a múltiples peligros en el desierto argentino,
conseguir mujer y volver con ella(s), con
platería en los arreos y llangkas en las alforjas
para pagarle a la jueza divina el balseo de su
alma el día de su muerte. Pero hoy, ¿cuándo se
madura en Chile No basta responder “cuando
se va a estudiar fuera”, “cuando uno alcanza la
independencia económica”, o “cuando alguien
forma pareja”. Eso solo sería autonomía de gas-
tos y ejercitar determinadas decisiones según
la pauta cultural. Pero desde la perspectiva
psicológica y humana integral, esos no son
indicadores, porque en nada aseguran que el
hijo/a haya realmente madurado y crecido. He
aquí algunos criterios más certeros.
Uno madura cuando hay aceptación
del propio destino. Se trata de ser
fi el a la voz interior, reconocer el
daimon singular, teniendo el valor de ser y ejercer
quien uno es: fi delidad a sí mismo, aunque eso a
veces implique quedarse sin familia”.
RetroDiario
Arrau recibe el Premio
a la Música de la ONU
21/07/1983 mí la consagración defi nitiva.
www.ladiscusion.cl
propia realidad o infelicidad, cuando se asumen
1- Cuando se deja de culpar a los padres por la
los errores y frustraciones como propias o como
pasos en falso de responsabilidad personal.
2- “El varón debe serle infi el a la madre”, afi rma
Jung. Es decir, superar el complejo de Edipo y
con ello crecer autónomamente, pero a la vez
tenerla como aliada protectora; alejarse de ella,
pero que nos bendiga tras cerrar la puerta que
nos llevará en pos de nuestro incierto camino.
Los grandes mitos antiguos enseñaban que
cuando un hijo se queda con la madre, muere;
a causa de la pasión devoradora de esta que lo
manipulará a su antojo. Un hijo/a debe evitar
a toda costa ser mera prolongación de ella, es
decir ser castrado. Porque la madre manipula
para anularlo sin querer, aunque en el fondo
desearía haber engendrado algo muy diferente
a ella: a todo un dios.
3- Es preciso emprender una travesía, salir,
buscar e imitar al padre… hasta llegar al propio.
Implica superar el complejo de Electra, en el caso
de la hija. Vale decir, la madurez llega cuando
se realiza una hazaña que nos auto-otorgue la
identidad y la autoridad, para llegar a ser uno/a
mismo/a su propio padre. A veces, como Guilga-
mesh, implica escuchar la instigación o el llamado
del cielo (Shamash), implica arriesgarse en lo
desconocido y volverse instrumento del cielo
penetrando hasta en el misterio de la muerte.
Así, los tesoros más preciosos no se dan en un
“jardín natural”, en un cómodo Edén donde no
se corre ningún riesgo. De ahí que todo adulto,
según James Hillmann, en su oración debiera
declarar “Padre nuestro, que estás en el Cielo
y en el mar de mi odisea”.
Es decir, uno madura cuando hay aceptación
del propio destino. Se trata de ser fi el a la voz
interior, reconocer el daimon singular, teniendo
el valor de ser y ejercer quien uno es: fi delidad a
sí mismo, aunque eso a veces implique quedarse
sin familia. Estamos hablando de tener el valor
de ser atrapado por algo más grande y fuerte
-una misión personal- con lo cual conformar
nuestra vida.
Tal como lo hace una amiga de la Patagonia
chaitenina, que desde los 25 años anda sola por
el mundo, y cuando llega a su autoconstruido
hogar de madera, en las noches de intenso
temporal siente miedo. Y se tranquiliza diciendo
“pero yo elegí estar así, a solas conmigo misma”.
Es decir, se refugia en su fortaleza meditativa,
en el núcleo más hondo de sí misma donde se
conecta y disuelve con el uno y el todo. Al cabo
de una hora recogida, esboza una sonrisa de
madura serenidad.
El 21 de julio de 1983 los numerosos países, como la
chilenos y, en particular, los Legión de Honor de Francia,
chillanejos, recibían una el Premio de la Música de la
buena noticia proveniente Unesco, la Medalla Beethoven
del extranjero. Claudio Arrau de Nueva York y el grado de
León era distinguido por la Doctor Honoris Causa de la
Organización de las Naciones Universidad de Oxford.
Unidas con el Premio de la Claudio Arrau nació en
Música. Pero no solo fue eso. Chillán el 6 de febrero de
También se declaró a 1983 1903 y su primera presenta-
como el Año de Arrau y el ción la hizo a los cinco años
maestro recibió el Premio en el Teatro de la ciudad.
Municipal de Arte de San- Es uno de los músicos más
tiago en la visita que hizo ese trascendentales de la histo-
mismo al país. En este paso ria en Chile y solo pueden
por Chile declararía que “ser equiparar o aproximarse a su
reconocido por la gente y la universalidad fi guras como la
tierra donde uno nació es para artista múltiple Violeta Parra,
el cantautor Víctor Jara o el
A uno lo pueden distinguir bolerista Lucho Gatica. Su
los amigos, los admiradores pasión por la música la de-
y los críticos, pero si falta el mostró desde muy pequeño.
reconocimiento de la propia Su vida artística la desarrolló
familia, el honor y la fama son principalmente en al ámbito
incompletos. Ahora la familia internacional, donde fue
chilena ha decidido concedér- reconocido innumerables
melo y mis sentimientos son veces en distintos países y
una mezcla de gran humildad eventos.
y emocionada satisfacción”. El interés por las partituras
Desde ahí vendría una seguidi- fue heredado de su madre, la
lla de premios y reconocimien- profesora de piano Lucrecia
tos a través del mundo como León, quien debió ejercer su
la medalla Hans Von Buelow profesión al enviudar del mé-
que le otorgó la Orquesta Fi- dico y oculista Carlos Arrau
larmónica de Berlín y recibió Ojeda, cuando Arrau apenas
las máximas distinciones de tenía un año y un mes.