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34 Domingo 7 de abril de 2019
Cultura
Cultura&Espectáculos
NUESTRO IDIOMA
La siglación o
la acronimia
POR CARLOS RENÉ
IBACACHE
MIEMBRO
CORRESPONDIENTE POR
CHILLÁN DE LA ACADEMIA
CHILENA DE LA LENGUA
Un autor califi có a este siglo,
el siglo de las siglas. En verdad
que son muchas y si el medio
que las publica no la traduce,
no entendemos nada. Pertenece
al mundo de la acronimia y la
siglación. A diferencia de las
abreviaturas, que se limitan a
la lengua escrita, la acronimia y
las siglas se manifi estan tanto en
la escritura como en la oralidad
y tienen repercusión o efectos
en el nivel de las formas o del
signifi cado en la medida en que
unidades léxicas pertenecientes
a dos o más categorías gramati-
cales confl uyen en una sola. La
acronimia es muy poco usada en
la lengua común y consiste en
la unión del comienzo de una
palabra con el fi nal de otra o
más raramente el fi nal de una y
el comienzo de otra. La siglación
es mucho más usada y consiste
en la yuxtaposición de iniciales
de un enunciado o sintagma y
que es distinta de cada una de
las palabras que la originan y a
Las materias señaladas
en estas últimas notas de
“Nuestro Idioma”, pertenecen
a los colegas Mario Bernales
y Constantino Contreras, ex
compañeros de estudios en la
Universidad Austral de Chile,
con sede en Valdivia y que en
estos últimos años pertenece
a la Sociedad Chilena de
Linguística del Departamen-
to de Lengua y Literatura y
Comunicación que edita la
Universidad de la Frontera.
las cuales sustituye. Tan usadas
es en nuestro mundo contempo-
ráneo que ya hace varias el poeta
Dámaso Alonso llamó a esta
centuria “el siglo de las siglas”.
Poco después el maestro Rafael
Lapesa, haciéndose eco de esa
expresión irónica, califi caba esa
expresión de siglas, como plaga
universal de monstruos que, por
no tener léxica no evocan nada
y cuyo cuerpo sonoro, formado
por azar y no por evolución
orgánica, se eriza de combina-
ciones fonéticas inusitadas para
nuestros oídos.
Muchas de las siglas de cir-
culación internacional han de
ser bien reconocidas en todo
el mundo hispano hablante,
Otras son de carácter nacional
como varias que son conocidas
en Chile de las cuales se puede
confi gurar una copiosa lista.
Basta mencionar aquí una re-
ducida muestra: ENAP, Empresa
Nacional de Petróleo; Codelco,
Corporación del Cobre; Sofofa,
Sociedad de Fomento Fabril;
Inacap, Instituto Nacional de
Capacitación, etc.
En El Carmen se
escribe desde el alma
Ziley Mora Penrose. Escritor, etnógrafo y fi lósofo
Recién fui invitado como escritor destacado
al lanzamiento del sexto libro que produce la
Escuela Virgen del Carmen de la comuna del
mismo nombre. Y se trató de la más devota,
educativa y emocionante fi esta de la lectura y
la creación literaria que he asistido. De inme-
diato saltaron a mi vista dos hechos rotundos
y únicos. Primero, que debe ser una las pocas
escuelas públicas en Chile donde por causa de
un libro hay un día entero de fi esta pedagógica,
de desayunos literarios, de premios, de música,
de discursos poéticos, etc. Porque los autores
de los relatos, de los poemas, de los cuentos es
toda la comunidad escolar: allí crear no es solo
patrimonio de los niños y niñas, sino de los
profesores quienes dan el ejemplo, de los padres
y apoderados que escriben, de la bibliotecaria
del CRA, y de los asistentes o auxiliares de la
educación. Todos, gracias a su director, Héctor
Arriagada y su equipo de profesores de lenguaje
donde destaca el entusiasmo de Damaris Vega
y Joceline Rodríguez, que crean la corriente de
entusiasmo por “Letras y Corazón”, el libro que
ya va en su sexto tomo.
El otro hecho notable es que allí se levantó un
monumento al libro y a la pluma. Fuera del que
existe en Jerusalén, en esa escuela se encuentra
Allí se levantó un monumento al libro
y a la pluma. Fuera del que existe en
Jerusalén, en esa escuela se encuentra
acaso el único Santuario al Libro, al menos quizás en
Sudamérica. Y lo más relevante: ese monumento en
cemento y cal lo hizo un auxiliar, un asistente.
RetroDiario
Muere en Santiago Eduardo “Lalo” Parra
04/04/2009
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quizás en Sudamérica. Y lo más relevante: ese
acaso el único Santuario al Libro, al menos
monumento en cemento y cal lo hizo un auxiliar,
un asistente. Me inclino ante las manos de Fredy
ante Apolinario, profesor normalista iniciador
Vega, ese tan sensible y consciente artesano. Y
de estas semillas escriturales.
En la ceremonia que encabezaba su alcalde
José San Martín, con él me sentía el Bernardo
O’Higgins de las letras, en el abrazo de Maipú
repartiendo esas espadas libertarias que son
los libros cortando la tiranía de la ignorancia.
Su apoyo libertador al libro es notorio. En mi
discurso recordé el papel fundamental que
jugaron mi familia y mis padres para hacerme
escritor. Comencé contándoles que si yo he
podido escribir tantos libros diversos, se lo debo
a mi padre que era carabinero, y a su devoción
que tenía por un libro y por su máquina de
escribir. En mi hogar en verdad habían solo dos
libros. El de mi madre, una biblia ilustrada, la
que nos hacía leer en ronda familiar, antes de
cenar o antes de acostarnos. Y el otro era un
Diccionario, un Larousse ilustrado, herramienta
fundamental para el trabajo de mi padre. Por eso,
desde que aprendí a leer yo lo empecé a imitar.
El subrayaba en rojo cada palabra desconocida
para no equivocarse en su ortografía, o si no
debía rehacer todo el parte policial. Época en
que la ausencia de computadores y celulares
impedía el pecado nefasto de un escolar: copiar.
A los ocho años yo empecé a hacer lo mismo:
subrayaba ahora en verde bajo mis propias
palabras desconocidas del idioma. Gracias a él,
después en el liceo yo perfeccioné su método:
en un cuaderno especial escribía toda palabra
nueva que me llegaba desde mis lecturas y
reproducía de puño y letra su signifi cado. Así,
más ver la pasión por las letras de profesores
como Balderes Tiznado, hicieron el resto.
No quisiera pensar que la Escuela Virgen del
Carmen es una isla. Pero allí, en esa comuna
ocurren estas cosas sistémicas que explican el
milagro: son acciones bien precisas, hechas por
personas claves puestas a causa de la lucidez
de ciertas decisiones comunales. Aparte de las
nombradas, una de ellas es Fidel Torres y su
equipo, un gestor cultural de la comuna que
notoriamente está cambiando el rostro de ella.
Porque allí hace rato ya llegaron un Baradit, un
Cayuqueo, por ejemplo, y lo que es mejor aún
está amalgamando una tradición cultural, que
tanto él como su alcalde, como los profesores
de sus escuelas, esperan que no sea solo barniz.
En El Carmen las letras están empezando a
llegar al corazón.
Varias veces Eduardo “Lalo” siempre en compañía de sus
Parra visitó Chillán para en- hermanos más próximos en
trevistarse con las autoridades edad, tal como lo expresa
de la zona. Su preocupación Memoria Chilena.
máxima era saber si su cuerpo A los siete años “Lalo” Parra
podría descansar en el Parque ya era precoz cantor callejero
de los Artistas en el Cemen- junto a sus hermanos. Trenes,
terio Municipal. Finalmente, bares, circos y mercados fueron
el 4 de abril de 2009 se tuvo sus primeros escenarios, y en
aquella certeza, tras conocerse particular los circos de pueblo
la noticia de la muerte de uno les permitieron recorrer ciuda-
de los más insignes hermanos des y localidades como Maule,
Parra Sandoval. Santa Clara, Inihue, Longaví
El “Tío” Lalo fallecía pro- o Chillán Viejo. Quedaba una
ducto de un paro y compli- parada más lejana: Santiago,
caciones en su ya deteriorada donde ya estaba el mayor de
salud. Tras algunas horas de los hermanos, Nicanor. Sería
velatorio en Santiago, sus el próximo destino.
restos fueron trasladados a Con el tiempo se dedicó a
Chillán, en donde se le rindió su gran pasión, las cuecas, y
un homenaje callejero pocas les imprimió ese cariz que con
veces visto antes. los años le valió grabar junto
Hijo de Clarisa Sandoval y a otros músicos nacionales,
Nicanor Parra, Eduardo Parra como Los Tres.
nació en Chillán el 29 de junio Los últimos años de su vida
de 1918. Entre sus primeros los dedicó a la música, siem-
recuerdos fi guran la casa fa- pre pensando en su Chillán
miliar y el lustrín con que a querido y la posibilidad de
corta edad empezó a trabajar trascender a la muerte a través
en la Plaza San Francisco, de su trabajo.