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           › ESPECIAL › GLORIAS DEL EJÉRCITO 2019  › JUEVES 19·09·2019                                                    LA DISCUSIÓN


          TRADICIÓN: HEREDANDO




          LA PASIÓN MILITAR





                 Mi bisabuelo participó en la toma del
                 Morro de Arica”, comienza diciendo con   EL vEr a sus padrEs o abuELos portando EL uniformE, con
                 indisimulado orgullo el sargento segundo   La ELEgancia, La autoridad y EL rEspEto quE caractEriza
                 Marcos Villagra Chávez, hijo, nieto y bis-  a Los EfEctivos dEL Ejército, siEndo pErsonas dE honor
                 nieto de militares. Su historia es digna de
          “contar. Sus bisabuelos fueron el sargento   y vaLEntía quE son capacEs dE arriEsgar sus vidas para
          primero Abdón Villagra Prieto y Filomena Pinto Rive-  dEfEndEr a su nación; dEsdE niños Escuchando Las
          ra, enfermera de la Unidad de Apoyo de Sanidad.
          A temprana edad, ambos estuvieron presentes en   historias dE guErras y momEntos dE tEnsión quE viviEron
          la Guerra del Pacifico y en especial en la gesta de   sus antEpasados. todos Estos factorEs hacEn quE Esa
          Arica, el 7 de junio de 1880.
            Doña Filomena y don Abdón también partici-  pasión por La vida miLitar sEa transfErida dE gEnEración
          paron en la Ocupación de Lima, acción que llevó   En gEnEración.
          a la derrota peruana en las batallas de Chorrillos y
          Miraflores en 1881. Él, falleció siendo parte de los
          Batallones Olvidados. Su esposa, tras enviudar, se
          radicó en Linares, alejada de del clima bélico que
          le tocó vivir gran parte de su existencia.
            Allí creció su hijo, Héctor Raúl del Carmen Villagra
          Pinto, abuelo de nuestro entrevistado, quien también
          ingresó al Ejército, convirtiéndose en suboficial de
          Artillería del Regimiento de Linares. En esa ciudad
          transcurrieron sus años como militar, heredando la
          pasión por la vida castrense a su hijo, el suboficial
          de Infantería del Regimiento Chillán, Wilson Abdón
          Villagra Alfaro, quien hizo lo propio con su hijo, el
          ahora sargento segundo Marcos Villagra, quien se
          desempeña como auxiliar S3 de operaciones del
          Batallón de Infantería del Regimiento de nuestra
          ciudad.
            Más de 200 años de historia militar descansan
          sobre los hombros del sargento segundo Villagra.
          Historia militar que se combina con la vida familiar,
          y es que unirse al Ejército es una decisión personal
          que cambia la vida, no solo la del soldado sino la de
          toda su familia. Los hijos pasan sus días rodeados de
          uniformes, tácticas y términos castrenses, creando un
          mundo de imaginación en torno al Ejército, sin contar
          con la admiración que sienten hacia sus padres por
          vestir un uniforme para defender a su nación.
          PASIÓN QUE SE LLEVA EN LA SANGRE
            La historia del suboficial Efraín Montecinos Qui-
          jada, jefe de Plana Mayor del Batallón de Infantería
          Motorizada, es un tanto diferente. Sus padres no
          fueron militares, sino agricultores inmersos en la
          vida del campo y prácticamente desconocedo-
          res de todo lo referente al mundo castrense. Muy
          joven don Efraín abrazó la carrera militar y fue el


          “Creo que se vio
          reflejado en mí;

          además mi hijo
          estuvo viviendo aquí

          en la Villa Militar y                      Marcos Villagra lleva consigo la herencia de cuatro generaciones de soldados que lo han dado todo por su país.
          jugaba con otros                           primer miembro de la familia en hacerlo. Y es muy   padre. Sin duda es comprensible, pues Javier creció
                                                     posible que sea el iniciador de la tradición familiar   viendo el uniforme de su padre y sus distinciones,
          niños a la guerra”.                        de heredar la pasión por Ejército. Al menos su hijo   las cuales entendió luego de que ingresó a las filas
                                                     ya la adoptó.                               del Ejército.
                                                       A los 21 años, su primogénito Javier Montecinos   Con 30 años de carrera y sin proponérselo, el
                                                     Sandoval, ya es alumno de la Escuela de Suboficia-  suboficial Montecinos traspasó a su hijo su ejem-
                                                     les, a pesar de que su padre nunca lo instó a seguir   plo de servicio y entrega, el mismo sentimiento
           EFRAÍN MONTECINOS QUIJADA                 sus pasos. “Creo que se vio reflejado en mí; ade-  que seguramente ha conducido que otros miles de
          JEFE DE LA PLAnA MAYOR DE InFAntERíA MOtORIzADA  más mi hijo estuvo viviendo aquí en la Villa Militar   jóvenes hayan tomado la decisión de formar parte
                                                     y jugaba con otros niños a la guerra”, recuerda su   del Glorioso Ejército de Chile.

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