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30 Domingo 21 de julio de 2024 www.ladiscusion.cl
Cultura
La enfermedad despierta al alma para una vida nueva
as más de las veces el cuerpo al volante de nuestra vida.
da señales previas. Este sa- Las enfermedades siempre son lo mis-
bio maestro avisa y previene mo: mensajes de humildad del universo
que algo más importante es para cambiar, todos y cada uno de los
Lpreciso atender. Porque, en perniciosos hábitos y costumbres que nos
definitiva, la enfermedad a su tiempo Las enfermedades son aulas para un aprendizaje ace- provocaron la enfermedad. Es una dura
aparece para recordarnos el viejo dilema lerado. Por eso la enfermedad llega como el mensajero queja que se rebela ante la mudez que ha
de la Naturaleza: reconvertirse o morir, ignorado los reiterados desequilibrios del
renovarse o desaparecer. En otras aparece divino de lo que más necesitamos ver, asumir, respetar, cuerpo o por insistir demasiado en los
para obligarnos a que uno regrese a sí abrazar, agradecer o practicar. De lo contrario, nos hun- apetitos bajos del alma. No son “guerras
mismo, a causa de habernos apartado diríamos en el pantano de la vil ignorancia de los altos “ contra las hay que pelear, lo que no jus-
del ritmo de nuestro corazón. Ocurre tifica que decaiga el ánimo y la voluntad
cuando se engrosó demasiado una costra apetititos del Ser de trabajar para permanecer más allá de sanar, mentalizados en una vigorosa
sobre la sensibilidad. Es decir, aparece del cuerpo”. imagen de salud. Sanarnos requiere
cuando arrogantes o soberbios, se nos salir de la trinchera, abandonar el viejo
ha puesto “el cuero duro” y ya es hora de abrigo-coraza que supuestamente nos
experimentar la dependencia, tragarse el protegía de las balas. Porque si vamos a
orgullo, aprender a recibir, de modo que la guerra contra un enemigo que invadió
podamos recobrarnos a nosotros mismos. nuestras células y tejidos, seguro vamos
Es decir, sentir la radical fragilidad de todo, a perder. Al territorio de la enfermedad
Ziley Mora Penrose la pequeñez, la insignificancia de nuestras se va entonces de incógnito observador,
Escritor, etnógrafo y filósofo ambiciones de poder o de prestigio social. de humilde aprendiz que anota, vincula
Por tanto, la enfermedad de tu cuerpo causas-efectos, asume y aprehende el
te obliga a ir a las profundidades de tu más mínimo detalle, pues todo es aquí
alma, alma que por menos de lo eterno un discurso de alta enseñanza. De allí lo
no se conforma. Esa enfermedad, esa altamente sabio que sería llevar un diario
hepatitis, esa úlcera rebelde, ese tumor de la propia enfermedad. Y en sus páginas
cancerígeno en tu colon es muchas veces responder la gran pregunta: ¿Qué quieres
el último recurso de la esencia oculta para que yo aprenda de ti, enfermedad mía?
que, a través de los ladridos o gemidos del Se trata de aceptar sentir cada célula
dolor de tu cuerpo, hacerse escuchar. Y dentro de nosotros. (Ponte en contacto
así poder gritar el olvido, el abandono y con tu dolor, acaricia lo que te gustaría
hasta la tortura de sentir negadas sus alejar de ti). Cuanto más rechacemos el
metafísicas demandas de infinito. Las dolor, más lo sentiremos porque es un
enfermedades son aulas para un apren- reclamo impostergable del alma. Ella
dizaje acelerado. Por eso la enfermedad quiere guiarnos hacia una nueva vida, y
llega como el mensajero divino de lo que no porque necesariamente nos hayamos
más necesitamos ver, asumir, respetar, equivocado, sino porque ha llegado el
abrazar, agradecer o practicar. De lo momento de dar un paso adelante en
contrario, nos hundiríamos en el pantano nuestro camino. Es decir, la enfermedad
de la vil ignorancia de los altos apetitos aparece para obligarnos a evolucionar
del Ser de trabajar para permanecer más soltando determinadas identificaciones.
allá del cuerpo. Por lo que no debe vivirse como una carga
La enfermedad -fue mi caso hace sino como una puerta que abrir, para
poco- aparece como oficial de tránsito de acceder al mundo de los símbolos, de los
carreteras: te obliga a detenerte en seco. significados ocultos, de la verdad. Nuestro
¿Razón? Excesos de velocidad en la ruta, cuerpo nos está llevándonos al pozo de
porque el piloto, intoxicado de cortisol, una profundidad salvadora. Allí abajo,
no repara ni procesa suficientemente lo donde se esconden nuestras perlas más
que vive. Y la cabina se transforma en preciosas, se requiere abrir bien los oídos
cama para meditar y reflexionar en los del alma y escuchar el diálogo sagrado que
puntos del itinerario. También aparece se desarrolla en tu interior. Y esto es lo que
como sepulturero: para enterrar una vida debemos registrar en nuestro cuaderno-
que dejó de ser auténtica y real, junto a diario. Entonces, si permitimos que el
su autor o artífice que ya se pudre como dolor actúe en nosotros, estampará su
un cadáver; es decir, el viejo y ya gastado mensaje y desaparecerá: habrá cumplido
“yo” que no puede ya más manejar o estar su misión de divino mensajero.