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Cultura&Espectáculos
¿Qué escondía
esa tan extraña
riña escolar?
Ziley Mora Penrose.
Escritor, etnógrafo y filósofo
Qué duda cabe que nuestra decadencia
también se observa en las peleas es-
colares! Pero estas no siempre fueron
como las de hoy. Y tampoco eran la
¡expresión de la furia bruta reprimida,
sino el ejercicio de una energía muy diferente.
Me refiero a una pelea, acaso la más miste-
riosa de las peleas de la educación chilena.
Y me la contó hace casi 40 años un docente
del sur. Esa tarde yo debía ir a la comuna de
Padre Las Casas. Fui a buscar mi sueldo a las
oficinas de la Fundación del Magisterio de La
Araucanía. Era la época en que a los cerca
de mil profesores se nos entregaba el dinero
en efectivo, al interior de un delgado sobre
celeste. La fila de espera era larga y había que
armarse de mucha paciencia para esperar
nuestro turno. A excepción de los días muy
fríos y de lluvia, en mi caso aquella molestia
del trámite jamás la percibí como tal, por la
oportunidad que tenía de leer y de subrayar
algún libro en relativa calma. Pero ese día
se le sumó un hecho fortuito que para mí se
trocó en profundo agrado. De compañero en
la espera me había tocado un bien maduro
profesor mapuche, Juan Kurifüta, ya muy
cercano a su jubilación, a quien más de alguien
ya me había recomendado que hablara con
él. Incluso me había traducido -a través de
la petición de un intermediario- un par de
epigramas, cánticos mapuche que se había
perdido la versión en mapuzungun.
El dialogo con él se dio espontáneo, fluido
y fácil. Me dijo que venía a retirar su último estas no siempre fueron como las de hoy.
sueldo de maestro activo, porque ya después
de esas vacaciones de verano no volvería su Y tampoco eran la expresión de la furia
escuela rural. Y empezó a repasar anécdotas
docentes, sobre todo de sus lejanos comienzos, bruta reprimida, sino el ejercicio de una
en la zona cordillerana de Liquiñe, donde
la totalidad de los niños eran indígenas. Yo energía muy diferente.
RetroDiario
Nace en Minas del Prado Alfonso
Lagos, ex propietario de La Discusión
16/04/1900
Domingo 10 de abril de 2022 27
lo llené de preguntas y preguntas, al punto
que las tres o cuatro horas de espera en la
fila se nos hicieron nada. De repente, frente
a la consulta por el tipo de deportes y juegos
autóctonos de los niños de esa época, el activa
su memoria, y como de pasada le emerge
una anécdota. “Confieso que esto lo tenía
en total olvido, recién ahora, después de 40
años me vuelve a la memoria”, me dijo luego
cuenta esta sensacional historia.
de narrármela con detalles. Y en síntesis me
Nunca antes ni nunca después vio este
“juego” en los niños mapuche de Liquiñe ni
en ninguna parte de la Araucanía. El profesor
Juan recalcaba que lo vio jugar solo en un
par de veces a muchachos que venían de bien
arriba de los montes, de la mawida (“mon-
taña”) más lejana a la escuela. Y consistía en
una lucha de intentar voltearse a tierra, sin
tocarse, con la fuerza de la mente. El juego
era un aprendizaje para después, cuando
adulto, poder hacer lo que se quería con el
puro newen del rakizuam, la pura “energía
del pensamiento”. Se desafiaban a esta tan
rara “lucha” un par de niños y se ponían
frente a frente a una distancia de unos
siete metros. Debían estarse mirando “con
total inarrumen y concentración”, me decía
Kurifüta. Luego debían avanzar muy lenta-
mente, dando cortísimos pasos, consistentes
en apenas adelantar el pie tocando el talón
con la punta de los dedos del pie de apoyo.
Ambos contrincantes jamás debían desviar la
mirada, totalmente enfocada en el entrecejo
de quien tenían enfrente. Y entonces, a poco
de avanzar o acercarse, de pronto ocurría
algo inexplicable para todos pero no para el
kimche y maestro de los niños: asombrosa y
abruptamente uno de ellos caía fulminado
a tierra, sin poder zafarse del ineluctable y
formidable porrazo. Y ocurrió que las pocas
veces que lo vio practicar en los recreos, era
siempre el niño más pequeño que obligaba a
morder el polvo a otro mucho más grande.
Entonces, esa vez, en la fila del sueldo, el
profesor -acaso llevado por la nostalgia de esa
despedida de su carrera- me insinuó que eso
lo traían los niños de sus remotos abuelos, de
unos expertos en desarrollar el poder del “ojo
¡Qué duda cabe que nuestra azul que uno debía formar por dentro, a punta
de ejercicio, un punto que está en la frente,
decadencia también se observa entre las cejas”. Y desarrollar ese ojo interior
hacía invencibles a ciertos y muy escasos
en las peleas escolares! Pero “maestros”, una especie como de “guerreros
de la mente” que antiguamente se habrían
dado en las comunidades o lof. A juicio de
él, a eso se debía que la bandera mapuche de
los grandes ritos fuera azul con una estrella
blanca al centro: “esa estrella, esa luz, es el
ojo de la luz y de la fuerza del centro de la
mente”, cavilaba ese profesor con la tristeza
de lo irremisiblemente perdido.
dismo en Redacción en 1961, de progreso y bienestar colectivo
Premio Nacional de Perio-
realizadas en Chillán tuvieron el
Alfonso Lagos Villar dejó una sello personal de Alfonso Lagos.
huella que perdura hasta hoy. Entre otras, fue el iniciador de la
Fundación de Conmemoración
Nació el 16 de abril de 1900 en
el campo, a inicios del siglo XX, Histórica Bernardo O’Higgins,
en Minas del Prado, Coihueco,
que se tradujo en el Grupo Ar-
comuna que lo honra con su
quitectónico levantado sobre los
nombre en el Centro Cultural. mismos terrenos en que naciera
el héroe en Chillán Viejo.
En Chillán, estudió en el Liceo
sus estudios, recibió aportes guido, en 1958, con el Premio
En 1970 la Municipalidad de
de Hombres, establecimiento
en el cual destacó por sus ha-
Chillán lo declaró Hijo Ilustre.
bilidades humanistas. Durante
Previamente lo había distin-
becarios de la Liga Protectora de
de Extensión Cultural mención
Estudiantes Pobres. Con apenas
Periodismo.
36 años, se convirtió en propie-
En octubre de 1961 falleció
tario del diario La Discusión, al
su única hija, Laura (22) y
cinco años después perdió a su
frente del cual desarrolló durante
esposa Adriana Pagueguy. El
40 años una labor que lo hizo
28 de agosto de 1976, donó sus
merecedor del Premio Nacional.
Su vida siempre estuvo dedicada
bienes a la UdeC, entre ellos el
al servicio de la comunidad,
De acuerdo a su voluntad, se
ayudando a organizaciones
culturales, sociales, gremiales
creó la Fundación Laura Lagos
y deportivas. Gran parte de su
Pagueguy, que otorga becas a
trabajo solidario lo realizó en el diario, talleres gráficos y radio.
jóvenes de enseñanza media que
Rotary Club. ingresan a la UdeC. A exactos
Durante más de cuatro déca- tres meses de aquello, fallece en
das, prácticamente todas las obras Chillán a los 76 años.