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Cultura&Espectáculos
Cultura del vino y de grandes
borrachos dieciocheros
En 1895 y hacia los albores del siglo XX,
en la pequeña pero importante ciudad de
Chillán existía la asombrosa cantidad de
¡nueve tonelerías! Es decir, nueve fábricas de
contenedores de raulí chileno (lagares, pipas
y barricas) para procesar los mostos y guardar
los vinos. Todavía en 1945, la provincia de
Ñuble contaba con 6.882 viñas, cubriendo
16.770 hectáreas. Qué duda cabe entonces
poder legítimamente afirmar, tal como lo
hicimos en el título de nuestro libro reciente,
“Chile se hace vino en el Itata.
Ñuble fue la gran capital chilena del vino
y lo era particularmente para Fiestas Patrias.
Justo la ocasión para entresacar de la tradición
popular un par de anécdotas ocurridas en
estos días. Manuel Pulido no era tan pulido,
pero era uno de los borrachos más queridos
de Güarilihue. Su apodo era el de “patas con
espinas”, por su particular modo de caminar.
Era allí un muy popular enamorado consumidor
de los mostos del lugar. A él se le atribuye la
copla que renegaba de cualquier otra bebida
no etílica que no fuera los pipeños: “si el agua
destruye los caminos, ¡qué no hará con los
intestinos!”. Su oficio era fabricar carbón en
un horno de barro.
Como se aproximaban las lluvias, un otoño
vio que por quedarse tomando varios días al
pie de un fudre, había descuidado el encargo
de un patrón de fabricarle carbón. Como era
su costumbre, bamboleándose fue a prender el
horno y descubre que toda la leña acumulada
en su interior se había mojado con la última
lluvia. Le apuraba el proceso, por lo que recurrió
a una lata de bencina que por ahí encontró
disponible. Rápido la vació sobre la leña hú-
meda y le acercó el fuego. Sin darse cuenta
cómo, aquello abruptamente se convierte en
una bomba: el horno estalla en mil pedazos
y la leña es lanzada como proyectil a todas
las direcciones. El cuerpo de Manuel Pulido
vuela más de cincuenta metros del lugar. Muy mortal: reseco por la explosión, habían dado a
herido, salva de milagro, con relativo buen
pronóstico para la magnitud del accidente. beber ¡agua! al ardiente Pulido. Allá no sabían
Rápidamente la comunidad se moviliza
para que sea enviado al hospital de Chillán. que las parras del secano costero no se regaban
Los camilleros acompañantes se vuelven a
Guarilihue con un buen pronóstico de los del modo como se hidratan los otros cristianos.
Otto Schäfer Hoffman inaugura la Casa del Arte en Chillán
RetroDiario
22/09/1957
Domingo 19 de septiembre de 2021 27
Ziley Mora Penrose. Escritor, etnógrafo y filósofo
doctores. En el valle todos festejan y hablan
del milagro: “suerte de curao”, repiten todos
jocosos brindando en cada bodega en donde
Manuel Pulido era el principal consumidor.
Pero al cabo de un par de días llega la trágica
noticia. El personal de salud, inconscientes de
la condición especial de su paciente, cometen
un pecado mortal: reseco por la explosión,
habían dado a beber ¡agua! al ardiente Pulido.
Allá no sabían que las parras del secano costero
no se regaban del modo como se hidratan los
otros cristianos.
En las lomas de Portezuelo, todavía fácilmente
se puede apreciar quién fabrica aguardiente
con sólo mirar desde lejos la casa. Porque en
lontananza se pueden apreciar las clásicas
“señales de humo” que hacen los destiladores
artesanales. Pues sí hay humo, esto indica que
allí se está cocinando a fuego lento el orujo y
el residuo de la uva, para después pasar por un
proceso de entubado, enfriamiento o conden-
sación de las gotas, las que destilan al final del
proceso en un recipiente. Al respecto, como
sigue prohibida en la ilegalidad la cosecha y
destilación del aguardiente, hay varias anécdotas
que circulan en dichas lomas. En una de ellas,
un inspector previo al 18 ataja una carreta
con dos grandes pipas de un aguardiente que
viajaba para su comercialización.
Esta es decomisada. Pero como los encar-
gados oficiales de hacerlo no pueden llegar
durante la tarde al lugar de la incautación,
aquel Inspector debe dormirse en la misma
carreta para esperar al día siguiente el arribo
de sus colegas. Cuando éstos llegan al siguiente,
con asombro observan que las dichas pipas
El personal de salud, inconscientes de esa carreta estaban totalmente vacías, ¡a
pesar de haber sido custodiadas in situ! ¿Un
de la condición especial de su caso paranormal de mágico desaparecimiento
del líquido? En verdad, de un modo extre-
paciente, cometen un pecado madamente cauteloso, durante toda la noche
–y a través de una pequeña manguera y por
debajo de la carreta– el hombre se las ingenió
para desalojar el contenido hacia algunas
otras escondidas vasijas a orillas del camino.
Y como el robo no pudo ser advertido ni
quedó evidencia alguna del aguardiente, no
hubo materia alguna a decomisar ni tampoco
sanción alguna.
El 22 de septiembre de 1957 es Los cronistas de la época lo
inaugurada la Casa del Arte de Chi- recuerdan como un enamorado
de la música y generoso. Nacido
llán, proyecto impulsado por Otto
Schäfer Hoffman y la comunidad en Puerto Montt en 1889, hijo
chillaneja. Este fue uno de los tantos de los inmigrantes alemanes Karl
legados que el ciudadano radicado Schäfer Klein y Lidia Hoffman,
en Chillán dejó en la comunidad, a los seis años de edad se radicó
junto con incontables iniciativas
en la capital de Ñuble. Su padre,
donde hoy está emplazado el Centro venta de instrumentos musicales,
Karl, fue profesor de música en la
tendientes a impulsar la cultura y
Escuela Normal “y esa familia fue
las artes de la ciudad.
la primera en instalar un local de
La Casa del Arte se ubicaba en
de Extensión de la Universidad
que quedaba en lo que hoy sería
del Bío-Bío. Antes fue también
un punto medio entre la Catedral
utilizado por la Sociedad Musical
de Chillán y el Centro Español”,
Santa Cecilia y por algunas carreras
recuerda el historiador Alejandro
de la desaparecida Universidad
Witker en una de las innumerables
crónicas que le ha dedicado a la
de Chile.
figura del altruista. En este senti-
Ciudadano modelo Otto Schäfer
Hoffman fue uno de los tantos
chillanejos por adopción que dejó
Cultural Santa Cecilia son uno de
mucho que agradecer tras su partida.
los legados más potentes de Otto
Su muerte ocurrió un 4 de mayo de
Schäfer en la comuna.
1956 en Chillán. Hoy su nombre es do, la Escuela de Arte y el Centro
En 1954 recibió el Premio Mu-
usado en la sala destinada la música, nicipal de Arte. Dos años después
el cine y el teatro en la Universidad murió, a los 67 años de edad,
del Bío-Bío, puntualmente en el dejando la sensación de que pudo
Centro de Extensión. haber legado mucho más.