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34 Domingo 3 de marzo de 2019
Cultura
Cultura&Espectáculos
NUESTRO IDIOMA
“Apoyo a la
oralidad”
POR CARLOS RENÉ
IBACACHE
MIEMBRO
CORRESPONDIENTE POR
CHILLÁN DE LA ACADEMIA
CHILENA DE LA LENGUA
Todo lo que se haga en benefi -
cio de nuestro idioma hablado y
escrito, será siempre bienvenido.
Fue lo que ocurrió el 14 de febrero
del 2019, cuando se hizo presente
en la Biblioteca Municipal de Chi-
llán un grupo de cinco personas,
integrantes de una delegación,
que con el nombre de “Círculo de
Narradores de Chile” se presenta-
ron para ofrecernos un acto de la
entidad que integran. Ellos son:
Belisario Piña, Roberto Kennedy,
Gabriel Huentemil, Loreto Russy,
Hernán Villarroel.
Dada la naturaleza del Círculo
que nos visitaba, el acto tenía un
rol lingüístico, cuya novedad
advertimos de inmediato. Cada
uno de ellos nos narraría episodios
de sus vidas, entregándonos de esa
manera el compromiso narrativo,
que se proponían mostrarnos como
ejemplo. Como buenos narradores,
se trataba precisamente de eso, nos
Minera Escondida, Metro de
Santiago y Fundación Plagio,
grupo que se ha atrevido
a generar a través de estas
experiencias los atributos
mayores del lenguaje oral, está
colaborando estrechamente
con los compromisos que
todos tenemos con nuestro
idioma en sus diversas formas,
donde la oralidad necesita un
fuerte refuerzo”
hablaron de manera ágil, con una
buena dosis de humor, de modo
tal que la amenidad fuera uno de
sus atributos más importantes.
Nosotros escuchamos, no solo
con mucha atención, sino también
valorando el sentido de su discurso,
que ellos se esmeraban que su
contenido fuera valioso aporte
para la refl exión, que como oyente
pudiéramos captar y aprender.
Posteriormente, la conversación
fue clave para entender en su inte-
gridad, que su esfuerzo verbal había
sido auspicioso, de acuerdo a los
objetivos que ellos se propusieron.
Se implementó esta manifestación
oral, con un agregado musical,
primero de ellos y luego de un
cantante y compositor chillanense
Osvaldo Alvear, colaborador e
invitado especial de la Biblioteca.
Todo concluyó con la entrega de
un libro, de pequeño formato, de
114 páginas, titulado “Santiago
en 100 palabras”, los mejores
minicuentos de la séptima versión
del concurso “Santiago en 100
palabras”, convocado por Minera
Escondida, Metro de Santiago y
Fundación Plagio.
La manipulación
productiva del tiempo
Ziley Mora Penrose. Escritor, etnógrafo y fi lósofo
Antiguamente trabajar era una experiencia
de duración, de meditación y de narración.
Porque no se hacía para completar un horario,
ni como exigencia para el salario mensual, ni
persiguiendo fi nes y objetivos productivos y
así imponerse a la competencia. En el campo
de Ñuble y del Chile central, se trabajaba en
la tierra y en la cocina para vivir. Por supuesto
que para comer, pero ese acto era un compartir,
para celebrar con otros los dones de la natu-
raleza. Podríamos decir, que –dependiendo la
conciencia del campesina/a- el lento tiempo
laboral era un tipo de tiempo humano, donde
las horas se saboreaban, tiempo festivo, sa-
cramental o ceremonial. Pues se trabajaba al
ritmo de la luz, al ritmo de las estaciones, al
compás de las fuerzas del cuerpo de hombres
y animales. Nadie era esclavo de las máquinas.
Ni nadie, en sus horas de descanso, era esclavo
de las pantallas, esa otras maquinitas-sangui-
juelas que hoy dejan deprimidas, solitarias y
agotadas a las personas. El tiempo festivo, el
del campo chileno de antaño, era un tiempo
de libre actividad, no había compulsión por
terminar según la tiranía del reloj, donde la
campana de la hacienda o de la iglesia era una
mera referencia para iniciar el descanso o para
No tenemos paz interna mientras
se trabaja y menos mientras se
descansa. Debemos liberar la vida
de la presión del trabajo y de la necesidad de
rendimiento. De lo contrario la vida no merece
la pena vivirla.
RetroDiario
Fundan el Liceo de Hombres de Chillán
El Liceo de Hombres marzo de 1853, siendo latín, geografía, aritmética
de Chillán fue fundado su primer rector Pedro y religión.
mediante Decreto Su- Matus. Tuvo una matrí- En mayo de 1866 llega
premo del Presidente cula de 20 alumnos y se a la rectoría el profesor
Manuel Montt, el 7 de impartían las clases de
07/03/1853
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festivo, porque arar la tierra con un caballo,
la reunión de la oración de la tarde. Y decimos
o desgranar arvejas y habas en una fuente, o
desmalezar con azada una melga de papas,
con el sudor se exorcizaban los demonios y
quedaba pura la energía del agradecimiento:
el alma bien dispuesta al descanso narrativo
junto al fogón.
El tiempo festivo es un tiempo en que la
vida se refi ere a sí misma en lugar de some-
terse a un objetivo externo. Y esta es la gran
diferencia de esta época con otras: se perdió
el sentido del trabajo humano. Así, el tiempo
productivo de hoy es un tiempo para el egoís-
mo, no pensado para el bienestar concreto de
la comunidad, no vinculado a esos seres que
nos esperan en casa.
Está diseñado para que esta impersonal tarea
laboral que me ocupa, genere unas ganancias
de una entidad llamada “empresa”. Tan distinto
a una madre que amasaba su tortilla para la
comida de la noche. Abriendo ella el nicho en
la ceniza del mismo fuego que ella encendiera
en la mañana, se le revelaba -junto al cirio de la
mesa que ella misma hiciera con cera de abejas-
todo el sentido de su esfuerzo: en los rostros
amados ya veía dibujada toda la satisfacción
del mundo, allí en el rescoldo, todo el júbilo
del festejo. Lo mismo cuando la mujer y sus
hijas hilaban en la rueca que el marido había
labrado con sus manos. Urdiendo la trama de
la lana, ellas aprendían, además de ponchos y
calcetines, a tejer la hebra poderosa de la vida,
a tejer relaciones con el otro, con lo otro; con
lo salvaje, con lo silvestre, con el mercado, con
el mundo circundante y dominante.
Hay algo profundamente perverso en nues-
tro tiempo moderno: no tenemos paz interna
mientras se trabaja y menos mientras se des-
cansa. Debemos liberar la vida de la presión del
trabajo y de la necesidad de rendimiento. De
lo contrario la vida no merece la pena vivirla.
Antes sí que se disfrutaba el tiempo como
duración. En cambio, hoy, como tan certero
lo dice Chul-Han, “el tiempo se desintegra en
una mera sucesión de presentes puntuales; ya
no es narrativo, sino meramente aditivo”. Na-
die puede leer una saga con altos signifi cados
entre el ruido brutal de las máquinas o entre
los bits de un excell contable. Y lo que es peor:
al llegar a casa, hoy ya nadie tiene tiempo para
sentarse con alguien en un banquito bajo un
árbol, para simplemente ver pasar la tarde;
así, en silencio, sin objetivos, apenas con un
cigarro en la boca, por el puro gusto de sentir
el anochecer en compañía.
se destacó por obras en liceo cierra por un tiem-
beneficio de la comunidad po porque fue ocupado
liceana, como la creación como cuartel militar a
de una escuela anexa para causa de la guerra civil
Justiniano Adrover, quien los cursos de preparato- de 1891.
ria; la primera biblioteca El 25 de septiembre de
con 557 volúmenes y los 1897 llega Narciso Ton-
recursos financieros para dreau. Bajo su mandato el
la construcción de un establecimiento adquirió
edificio definitivo que se prestigio no solo en el
ubicó en la manzana com- plano educacional, sino
prendida entre las calles que también en el ámbi-
Libertad, Rosas, Avda. to artístico. A esta obra
O’Higgins y Bulnes. contribuyeron destacados
Rector de importancia profesores que ejercieron
en la historia liceana fue en esos años, como por
Liberio Manterola, quien ejemplo Enrique Molina
ejerció el cargo por 15 Garmendia y Nicanor
años consecutivos a partir Parra, entre otros. Las
del 1 de marzo de 1873. obras más signifi cativas de
En su administración se Tondreau fueron la cons-
terminó el edificio del trucción de un edifi cio para
liceo, se implementó un el internado; incremento
internado y también los del gabinete de ciencias
gabinetes de física, quími- naturales; construcción de
ca y ciencias naturales. un salón de actos y la par-
A partir de 1890 se ticipación en la exposición
implementa el “sistema de educación de 1902, entre
concéntrico” en la ense- otros (Fotografía Chillán
ñanza. Por esos años, el Antiguo).