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34 Domingo 23 de junio de 2019
Cultura
Cultura&Espectáculos
NUESTRO IDIOMA
CARLOS RENÉ IBACACHE I.
MIEMBRO DE LA ACADEMIA
CHILENA DE LA LENGUA
Las metáforas de
la era digital
Las locuciones son agrupa-
ciones de palabras, cada una
de las cuales tienen un nombre,
que puede ser un sustantivo, un
adjetivo, o sea los nombres con
que distinguimos a las llamadas,
tradicionalmente, partes de la
oración. En esta línea se forman
las palabras, las que toman
distintos nombres, entre los
cuales sobresalen con caracteres
propios, las denominadas metá-
foras. Pueden ser miles, que se
pueden ubicar en las diversas
áreas. Una de ellas es el cuerpo
humano, que hasta algunos
lingüístas se han percatado de
la presencia de metáforas de
diaria ocurrencia, que aluden
al cuerpo humano, hasta decir,
que el cuerpo humano es una
máquina. Lo podemos compro-
bar con los siguientes ejemplo
de metáforas alusivas. “tener
los cables pelados”, estar locos;
“apretar el acelerador”, extremar
Podemos pensar que
a medida que estos
artefactos se vean
incrementados por
muchos otros que ya
vendrán en seguida,
sobre todo con el
mundo de la robótica,
que estará pronto en
pleno desarrollo.
las medidas para conseguir un
objetivo; “parar las antenas”,
ponerse en estado de alerta o
actitud vigilante; “ponerse las
pilas” o baterías, recuperar la
energía perdida, producto de un
trabajo largo o extenuante; “apa-
gársele la tele a alguien” o perder
temporalmente el conocimiento;
“caérsele el cassete” a alguien,
cometer una indiscreción al
contar un secreto que no debía
ser revelado. Una explicación
muy posible para la propiedad
de esta metáfora en creación de
locuciones se halla en nuestro
cuerpo es el instrumento esencial
con el cual experimentamos
la realidad. Por esta razón se
suele imaginar al cuerpo, como
si fuera una máquina, porque
comparten varias características.
Sirven como herramienta para
lograr un objetivo, donde bien o
mal, etc. Se estropean, necesitan
energía. De esta manera se ha
observado que las referencias
a las máquinas presentes en
algunas locuciones han variado
de acuerdo con los avances tec-
nológicos, desde locuciones que
hacen referencia a maquinaria
análogas o mecánicas. “Soltársele
un tornillo” a alguien; hasta
artefactos electrónicos o “tener
los cables cruzados”. etc.
¿We Tripantü o Noche
de San Juan?
Ziley Mora Penrose. Escritor, etnógrafo y fi lósofo
No nos enredemos: en su fondo es lo mismo,
y lo importante es celebrarlo. Lo único que
cambia es el contexto interpretativo dependien-
do la cultura del celebrante. Lo que importa
es abrirse y bendecir la energía -la luz solar-
que se renueva en cada solsticio de invierno.
Claro, uno es la celebración mapuche del Año
Nuevo y la otra una estrategia criolla-católica
para seguir siendo los chilenos “hombres y
mujeres de la tierra”. A inicios de la Colonia,
la noche del 21 astutamente se hizo coincidir
con la noche del 23 para que la fi esta del we
tripantu pasara “piola”.
El sol comienza a nacer tímidamente y em-
piezan a alargarse los días: las sombras avanzan
“una pata de gallo” cada día, decían los antiguos
kimche, a partir de esa noche del 21. En este
nuevo período, la Tierra comenzará a limpiarse
con el agua que envía la Füta Newen (“La gran
Energía”) a través del Ngenko (‘el espíritu del
agua’), humedad que junto al leve calorcito del
sol, provocará el nuevo ciclo de preparación
del suelo, preparándose la Naturaleza para otro
ciclo. Esta noche se dejaba una rama de canelo
dentro del muday (en el Ñuble de los campos,
una ramita de ajenjo y romero dentro del vino)
todos se bañaban muy al alba, justo cuando las
Se tiraba la ropa vieja para que se la
llevara el agua y se lucía una prenda
recién tejida. Para llamar lluvia y no
sea un año seco, se danzaba a pie descalzo, para así,
además, tomar el rocío poderoso por la planta de los
pies y hacer comunicación entre el cielo y la tierra.
RetroDiario
Nace en Chillán Eduardo
“Lalo” Parra Sandoval
29/06/1918
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máxima a las cascadas y esteros. Fiesta para
Pléyades o “las Cabrillas” impregnaban de salud
todos, puesto que toda la Tierra se benefi cia del
Sol, que es el padre que aporta, a través de su
energía masculina (opuesta y complementaria
a la Tierra femenina), para que se produzcan
a los humanos.
alimentos para todos los seres vivos, no solo
Por tanto, el We tripantu, el Año Nuevo
mapuche, es una fi esta de agradecimiento por
la vida que se renueva. Se dialoga con el Sol,
y se está contento de que vuelva, y con él los
humanos -y todo lo que tenga vida- sienten
que vuelven a crecer. Durante este día -y hoy
Ud. y todos podemos volver a hacerlo- de
preferencia se comían huevos, y se renovaba
el ajuar: se tiraba la ropa vieja para que se la
llevara el agua y se lucía una prenda recién
tejida. Para llamar lluvia y no sea un año seco,
se danzaba a pie descalzo, para así, además,
tomar el rocío poderoso por la planta de los
pies y hacer comunicación entre el cielo y la
tierra. Porque somos conectores, con ayuda
del kultrun que sigue el ritmo del corazón en
dos tonos, uno más lento y constante y otro
más rápido, lo humano se sintoniza de nuevo
con el pulso del Universo.
Nuestro We-tripantu mapuche, de a poco fue
siendo complementado por otras costumbres,
entre esas, la de azotar los árboles infértiles y
que la mujer los defi enda. Resultado, tal como
yo lo viví en mi infancia, el naranjo o el peral
que nunca daba ese verano se llenaba de frutos.
O el verse la suerte la noche del 23 de junio,
el oráculo de colocar tintas en un papel, pelar
papas de tres maneras, poner los pies en un
recipiente con agua y mirarse al espejo y allí ver
cómo viene el año. ¿Muy “volado” o demasiado
supersticiosas estas campesinas prácticas? Muy
relativo, dado que este moderno mundito del
auto o del celular que creemos estar viviendo,
la circunstancia visible, es apenas una peque-
ñísima rebanada de la realidad. Solo percibimos
un porcentaje de 1 en 10 billones del espectro
electromagnético, por citar solo un ejemplo.
Nuestro sensorium es sufi ciente para movernos
en nuestro ecosistema, pero no más, dado que
el 99.9% de los átomos están constituidos por
espacio vacío. Y el 96% del universo es invisible,
está compuesto de materia y energía oscura,
mayormente desconocida para la ciencia.
Por eso quizás, antes, con la mente limpia del
basural tecnológico, podíamos ver la Flor de
la higuera blanca que esa noche recorre toda
la mata, y que como Santo Grial hace digno
del Cielo al que la ve.
Esta semana se cumplirán para llegar posteriormente
101 años del nacimiento de a Bolivia, Perú, Argentina y
Eduardo Emeterio Parra Ecuador, transformándose
Sandoval, hecho ocurrido en embajadores de la música
un 29 de junio de 1918, un tradicional chilena, según la
año después que naciera su biografía preparada para la
hermana Violeta y cuatro ocasión por la SCD.
años después que lo hiciera En 1957, y tras la muerte
el primogénito de la familia, de su primera esposa Clara,
Nicanor. viaja junto a sus dos hijos a
Eduardo “Lalo” Parra na- Argentina para establecerse
ció en Chillán, en el Barrio por un tiempo que no dura-
Ultraestación, y desde muy ría demasiado, puesto que la
joven demostró aptitudes para nostalgia lo trajo de regreso
la música, al igual que el resto a Chile para formar el grupo
de sus ilustres hermanos. A “Los viejos Parra”, junto a su
los siete años y junto a Hilda, hermano Lautaro, y trabajar
Violeta y Roberto, ya recorría codo a codo con su otra pa-
las calles del centro de la ciu- sión, el circo.
dad, la Estación de Trenes y Años más tarde, su trabajo
el Mercado, cantando tonadas comienza a marcar hitos
campesinas para ganar unos dentro de la música chilena.
pesos que ayudaran a la ali- Uno de ellos es la grabación,
caída economía familiar. en 1995, de un disco compacto
A los quince años y ya en junto a la exitosa banda Los
Santiago, canta en restaurantes Tres, un trabajo que acercó al
y quintas de recreo. A los 20, público más joven a su pro-
forma el dúo “Hermanos Pa- puesta de cuecas choras.
rra” junto al padre de la “Negra Eduardo Parra Sandoval fa-
Ester”, Roberto, dando inicio lleció en Santiago un 4 de abril
a sus primeras grabaciones de 2009. Tras su fallecimiento,
para el sello RCA Víctor, en- sus restos fueron trasladados
tre las que se destacan: “Los hasta Chillán para descansar
Marcianos” y “Como te poní”. en el Parque de los Artistas
Desde ese momento el dúo del Cementerio Municipal de
realiza giras por todo Chile la ciudad.