Tagle comentó que conforme el volumen fue aumentando a más de 1.500 contenedores semanales en varias naves, una fracción no menor de carga fue atrasando su entrada a los mercados. “Con la irrupción de la variante Ómicron, la situación empeoró aún más, repercutiendo en el deterioro de la condición, la mayoría de la fruta se logró vender entre 40 a 60 días desde que fue cosechada. Como era esperable, este retraso en la liberación nos dejó con aproximadamente un 40% del volumen (ya arribado y por arribar) para venderse después del feriado de Año Nuevo Chino, algo inédito para la industria de la cereza hasta ese momento. Pese a los intentos del Comité, que invirtió US$ 1 millón adicional post Año Nuevo Chino para reactivar la demanda, la condición de la fruta hizo casi imposible que se pudiera vender a buenos precios, lo que impactó, de manera importante, los resultados generales de la temporada”.
Pese al negativo cierre, el Comité destacó que, si se analiza la temporada como un todo, hubo un buen resultado general, pero con grandes divergencias en los resultados, que dependieron de las variedades (siendo la más castigada la Regina) y de la calidad de llegada de la fruta, que tuvo una alta correlación con los tiempos que tardaron las cerezas chilenas en llegar a la mesa de los consumidores.
DIVERSIFICACIÓN DE MERCADOS
Tras tres temporadas, el Comité relevó que se logró diversificar aún más los destinos. China decreció su volumen un 3%, perdiendo participación, pasando de 91% a 88%.
Por su lado, Estados Unidos tuvo un interesante crecimiento de 100%, mientras que los otros mercados de Asia -no China- crecieron un 21%, destacado Corea del Sur, con 25%, y Taiwán, con un alza de 30%.
En total, los demás destinos incorporaron 2,4 millones de cajas adicionales, aumentando su participación en un 3%. “Sin duda que se requerirá un aumento en la inversión en nuevos mercados, tanto en campañas como en temas logísticos”, puntualizó el presidente del Comité.
Tagle agregó que “si bien es cierto que debemos moderar las expectativas que teníamos hace tres o cuatro años en relación a los retornos, no podemos dudar que China puede pagar precios atractivos por una buena cereza después del Año Nuevo Lunar y que existen mercados alternativos que pueden consumir una importante cantidad de nuestras cerezas a un precio muy competitivo, pero entendiendo que los otros mercados deben recibir fruta de buena calidad y con exigencias de precios altos, pero menor a las que se pueden obtener en China en algunas semanas. Si logramos tomar decisiones pensando en el mediano plazo, para desarrollar los nuevos mercados, esto nos permitirá capturar el potencial que los países fuera de China representan. Seguir pensando en el corto plazo hará más difícil alcanzar una diversificación exitosa”
Asimismo, Tagle comentó la importancia de seguir brindado a China un mejor producto y de avanzar en la diversificación. “No podemos perder de vista el objetivo. Seguir diversificando mercados, sin duda, es una ruta necesaria, pero no es el único camino. Satisfacer al principal mercado es y seguirá siendo el mayor desafío. Aumentar los puertos de entrada en el centro y norte de China asoma como tarea pendiente que como Comité debemos estimular, ya que se trata de una evolución sensata y natural para los volúmenes que vienen”.
Finalmente, el presidente del Comité puntualizó la importancia del trabajo en unidad para el futuro de la industria. “La industria ha llegado hasta aquí con unión y resiliencia, atributos que serán esenciales para el desafío que se nos viene, que no me cabe dudas, vamos a superar”.
CIFRAS
De acuerdo a estadísticas de Asoex, la temporada de exportaciones de cerezas chilenas 2021-2022 cifró un nuevo récord de envíos de 356.385 toneladas, cifra levemente superior a la campaña anterior (+1,11%).
Asia fue el principal destino de las cerezas chilenas, recepcionando 325.477 toneladas, presentando una leve baja de 1,52% respecto al ejercicio anterior, lo que se explicaría por los menores envíos a China.
En segundo lugar, se ubicó el mercado norteamericano (Estados Unidos y Canadá), con 13.876 toneladas (aumento de 177%); le siguió Latinoamérica, con 6.504 toneladas (+21%); Europa, con 6.254 toneladas (+29%); y Medio Oriente, con 274 toneladas (-18%).