Así lo entendió el productor Raúl Medina, propietario de Rabalme y dueño del primer huerto comercial de almendro en seto en la región de Ñuble, quien, luego de ver los resultados de un ensayo en su campo Santa Elvira, en Bulnes, desarrollado por Agromillora a partir de junio de 2018, decidió plantar diez hectáreas de las variedades europeas Isabelona, Soleta y Avijor, en julio de 2021.

Medina, conocido empresario de Bulnes, quien comenzó con una empresa de instalación de pozos profundos y hoy se ha diversificado a otras áreas, como el transporte y los servicios, ha logrado transformar su campo de secano de 400 hectáreas aproximadamente, cuyo suelo no era de la mejor calidad, en un vergel regado donde no solo ha probado con éxito el cultivo del almendro, sino que anteriormente ha hecho apuestas más arriesgadas, como el cultivo de paltos, y también se ha sumado a la tendencia por plantar cerezos y avellanos europeos. Es así como paulatinamente ha ido reemplazando la superficie destinada a maíz, por cultivos más rentables.

“Esto surgió a partir de la conversación que tuve con la gente de Agromillora, que son quienes trajeron estas variedades para plantar en setos, desde Europa, las que supuestamente, son más resistentes a las heladas. Entonces, pensando en eso y viendo que hoy hay una escasez de mano de obra enorme, me interesé en probar este cultivo, que se maneja de forma mecanizada, y nos ha ido bien, el año pasado fue un éxito”.

Así fue como tomó la decisión de plantar diez hectáreas a mediados de 2021, “y viéndolo ahora estoy mucho más entusiasmado, así es que quizás voy a plantar diez hectáreas más”, añadió.

VENTAJAS DEL CULTIVO


De acuerdo al Catastro Frutícola de Ciren-Odepa de 2019, en la región de Ñuble existían apenas 6,1 hectáreas plantadas con almendros, lo que representaba menos del 0,1% del total nacional, que en ese año alcanzaba las 8.866,3 hectáreas.

Sin embargo, esa realidad debiera comenzar a cambiar pronto, planteó el supervisor zonal sur de Agromillora, Antonio Fuentes Oliva, especializado en el desarrollo y promoción de nuevos sistemas productivos en especies como almendro, ciruelo y olivo.

“El mayor interés por el almendro en seto también es una respuesta a la crisis de mano de obra en la agricultura”, reconoció Fuentes, quien destacó que “este modelo de setos permite manejar las hectáreas que se quiera con el mínimo de gente, por ejemplo, para 60-80 hectáreas basta con dos personas”.

El sistema de setos consiste en un modelo de plantación de murallas de 70 centímetros de espesor y una altura máxima de 2,70 metros, que es la altura de la máquina cosechadora, mucho más bajos que los árboles de variedades californianas que se cultivan en la zona central, que alcanzan hasta 7 metros.

“Al igual que en el olivo en seto, que es el antecesor del almendro en seto, lo que se buscó fue seguir produciendo la misma cantidad y calidad de producto, pero a un menor costo, y el costo se lo llevaba la cosecha manual y todas las labores de poda y manejo, que hacían que el cultivo no fuera rentable cuando se trata de un commodity. Este modelo apunta básicamente a hacer el cultivo mecanizado desde el principio. Tenemos algunos ensayos que incluso se plantaron con máquina, y plantaciones en Europa donde no ha entrado nadie con una tijera en la mano, todo se ha hecho con máquinas al tractor en cuanto a poda, las aplicaciones son igual que un huerto normal y la cosecha con la máquina cabalgante”, explicó.

En el ensayo, los almendros se establecieron a 3 x 1 m (3.333 plantas/ha) en una superficie de 0,5 hectáreas. Se evaluaron 5 variedades: Isabelona (“Belona”), Guara, Vialfás, Soleta y Avijor (Lauranne).

En esta plantación se usaron portainjertos de ciruelos Rootpac 20, de Agromillora, de menor vigor y alta adaptabilidad. Asimismo, se utilizó doble cinta de riego.

RENDIMIENTOS


El representante de Agromillora sostuvo que la cosecha se extiende entre fines de febrero y la primera quincena de marzo.

Al tercer año se realiza la primera cosecha comercial y al quinto año se alcanza la plena producción, con un rendimiento desde 2 mil kg/ha hasta 3 mil kg/ha.

Si se considera un precio de 4,5 a 5 dólares por kilo, lo que significa que se podrían tener resultados de 9-10 mil dólares por hectárea, con un margen de 5-6 mil dólares por hectárea. “Es un negocio de volúmenes”, sentenció Fuentes.

Consultado por los costos de instalación de un sistema de almendros en seto con doble cinta de riego, utilizando portainjertos de ciruelos Rootpac 20, de Agromillora, el profesional estimó la inversión inicial en aproximadamente 14 mil dólares por hectárea, a los que se deben sumar unos US$6 mil/ha correspondientes a manejo, llegando al quinto año a una inversión de US$20 mil. Por ello, se estima que al quinto año (o tercera cosecha) se recupera la inversión.

POTENCIAL EN ÑUBLE


Fuentes pronosticó que “se podría venir un boom” del almendro en la región: “en los próximos dos a tres años se sumarán grandes proyectos”.

Consultado por las ventajas de Ñuble, el profesional destacó que “hay una particularidad, sobre todo, desde la Ruta 5 hacia la costa, porque se dan varios factores, como un suelo de menor valor pero con alguna posibilidad de regar, es un cultivo bajo un modelo eficiente en el aprovechamiento de los recursos que no es tan demandante de agua como otros cultivos tradicionales, estamos relativamente cerca de los poderes de compra, que están principalmente en las regiones Metropolitana y de O’Higgins, y además, son zonas con alta radiación solar, lo que hace que un sistema que básicamente son paneles solares (sistema de setos) funcione mucho mejor, y se pierdan menos yemas por falta de luz”.

Argumentó que mientras en la Región Metropolitana el valor de suelo puede llegar a los $50 millones por hectárea, en Ñuble los valores parten muchísimo más abajo, y aún existe la posibilidad de complementar la dotación de agua a través de pozos profundos.

En cuanto al factor sequía en la decisión de inversión, Fuentes reconoció que en un principio no fue un elemento determinante, pero planteó que “va a terminar siéndolo; ya pasó la época en que podíamos regar a destajo, sin hacer ninguna medición, además que no tiene sentido, considerando que hoy se puede medir todo. Va a llegar el momento en que no vamos a tener esa libre disposición y te vas a encontrar con cultivos que sí van a rendir con ese poquito: por ejemplo, el almendro, el ciruelo y el olivo; y eso lo queremos demostrar con estudios”, sentenció.

También acotó que la acumulación de horas frío es otro elemento relevante. “Las variedades de floración tardía, a diferencia de las variedades de California, son de floración tardía por dos razones: una, porque necesitan juntar más horas frío, y eso toma más tiempo; y otra, porque necesitan juntar más grados día después de esas horas frío, para salir del receso, y eso hace que florezcan 15, 20 y hasta 30 días más tarde que las variedades que se plantan en la Región Metropolitana”.

El experto explicó que plantar las variedades californianas en Ñuble sería inicialmente inviable, porque su floración más temprana la haría vulnerable a las heladas, y además, porque en esa época no habría polinizadores, ya que a diferencia de las variedades autofértiles que se ensayaron en Bulnes, las variedades de la zona central requieren polinización.

Las tres variedades plantadas -Isabelona, Soleta y Avijor- en julio del año pasado son autofértiles y de floración más tardía. Fuentes detalló que “Soleta e Isabelona tienen la gracia que florecen entre 15 y 20 días después que las variedades de California; y Avijor es una suerte de seguro de vida, porque florece 5-10 días después que Soleta e Isabelona, por lo tanto, si cae una helada que afecta a estas dos, siempre vas a tener la Avijor”.

MERCADO


Según manifestó Antonio Fuentes, en Ñuble, el almendro es una alternativa más a otros frutos de nuez, como los avellanos europeos y los nogales.

Entre las ventajas de este cultivo, el profesional agregó que “hay tremendos poderes de compra, hay variedad, competencia y transparencia” y acotó que el manejo, como las podas, y la cosecha, se pueden tercerizar, ya que existen empresas que ofrecen estos servicios.

Se paga por volumen. Luego, la industria hace una selección según calibre y si está partida o no. El destino puede ser el snack, la leche, queso y yogur de almendras, chocolatería, helados y repostería, la industria cosmética, entre otros.

“El consumo de almendras está creciendo rápidamente a nivel mundial, porque está asociado a la alimentación saludable. La “leche” de almendra es solo un ejemplo de las múltiples alternativas de consumo que tiene este fruto”, concluyó.