¿Por qué decidieron conformar esta asociación gremial?
La idea nace de un grupo de viñateros que ya veníamos realizando algunas reuniones en los últimos tres años y siempre habíamos tenido como objetivo la asociatividad, algo que hoy en el Valle está un poco escaso, generar más confianzas, de hecho, el grupo que tenemos es un grupo bien cohesionado, donde nos conocemos todos.
Dentro de los objetivos del gremio está comenzar a generar una sinergia para una economía de escala y una economía circular. La economía de escala, por una parte, para el tema de la compra de insumos, unificar algunos insumos como botellas, corchos, cápsulas, cajas, separadores, que hoy son escasísimos, hay una alta demanda y poca oferta.
Y por otra parte, esta economía social, de generar en torno al desarrollo local distintas instancias en la que podamos asociarnos a entidades públicas, privadas, de enseñanza, con las cuales podamos desarrollar un trabajo colaborativo, por ejemplo, con la Universidad de Concepción, que está en Chillán, que a nosotros como viñateros nos sirve mucho el tema de los análisis químico de nuestros vinos, análisis de suelo, análisis foliares, y quizás el día de mañana generar un intercambio de conocimientos, a través de los alumnos que vengan a hacer sus prácticas o pasantías a las distintas viñas para que se vayan impregnando de la viticultura que tenemos en el Valle del Itata.
El objetivo que ustedes plantean respecto a generar economías de escala de manera asociativa es precisamente el argumento de Indap para promover cooperativas y empresas asociativas de viñateros en el Valle del Itata. ¿En qué se diferencian ustedes de esas agrupaciones?
Yo creo que la principal diferencia que tenemos con estos usuarios de Indap es que en nuestro grupo no hay usuarios de Indap, no tenemos derecho a ser usuarios de Indap, porque se nos segmentó de acuerdo a la ficha social.
¿Y cuál es el perfil de los 25 miembros fundadores de la asociación gremial?
La gran mayoría está vinificando sobre el 30% de la fruta, actualmente. Cerca de un 90% está embotellando y hay un 10% que está produciendo vino a granel. Y los 25 miembros fueron seleccionados en la convocatoria de ProChile -en total, se seleccionaron 36- para promocionar los vinos a nivel internacional, con miras a la exportación.
¿Eso significa que la aspiración de ustedes es la exportación?
La gran mayoría queremos eso. Primero, queremos focalizarnos en la calidad, en segundo lugar, en generar volumen. Y ya con eso podríamos pensar en exportar a distintos mercados.
En ese contexto, uno de los desafíos que nos hemos puesto es vinificar el 100% de la fruta, no vendérsela a terceros. Y con eso generar nuevos formatos de vinos a granel, manteniendo la calidad, pero en formatos más competitivos. Vamos a buscar nichos tanto en el mercado nacional como internacional.
¿La exportación de vino a granel también es una opción para ustedes?
Así es. Estamos evaluando las estrategias para ver cómo se nos viene el año. Primero hay que ver el tema económico respecto a las exportaciones, hay una alta demanda de contenedores, los tiempos de traslado de un puerto a otro son sobre los 62 días. También tenemos un nuevo escenario político que también está generando movimientos económicos, entonces, esos factores hay que evaluarlos e idear una estrategia para enfrentar de mejor manera este nuevo escenario 2022.
¿Dentro de las misiones que va a tener la asociación gremial también se considera generar acuerdos con importadores? ¿O ese trabajo lo van a desarrollar de manera individual?
Queremos generar mesas de trabajo, tanto con el Gobierno Regional como con los privados, donde podamos tener una buena oferta, buenos acercamientos, negociaciones, buenos precios y que nos veamos beneficiados en todo sentido.
Dentro de eso está cuidar un poco más la denominación de origen (DO). Entre los objetivos principales de nuestra asociación está precisamente rescatar y cuidar la DO.
PATRIMONIO
¿En qué consiste cuidar la DO? ¿Acaso está en peligro?
El Ministerio de Agricultura levantó una encuesta, con apoyo de otras instituciones, que culminó el 16 de diciembre, en la cual se incorporan 40 variedades más al Decreto 464. Dentro de esas están las criollas que tenemos en el Valle del Itata, como la San Francisco, la Cristal -Blanca Ovoide- y la Chasselas, por nombras algunas. Eso fue un trabajo que venían realizando hace mucho tiempo un grupo de viñateros de distintas zonas del Itata, hace más de cuatro años, cuando todavía éramos región del Biobío, y que hoy se ve plasmado en esta modificación del Decreto 464.
Por otra parte, también se está encuestando para que la denominación de origen de secano interior para las variedades País y Cinsault se extienda a todo el país, un privilegio que hoy solo tenemos en el secano interior del Valle del Itata.
¿Y eso de qué manera los puede afectar?
Yo no quiero decir que nos vaya a afectar, tenemos que asumir que estamos en un mercado de libre competencia, pero tenemos que resguardar patrimonios, porque si hacemos un poco de historia, en la década de los noventa penetraron las variedades borgoñesas, se afirmaba que eran lo mejor, actualmente el Cabernet Sauvignon lidera en volumen de exportaciones, también el Carmenere, Syrah, Cabernet Franc, Chardonnay, Pinot Noir, entre otras. Estas variedades borgoñesas desplazaron a las criollas, y en esa época se menospreciaba mucho, yo recuerdo que mis papás se sacrificaron y mantuvieron, a pesar de toda esa denostación hacia las variedades criollas que las catalogaron como las peores, por eso nosotros creemos que se debe proteger ese patrimonio vegetal y cultural, porque nuestra forma de hacer vinos es totalmente distinta a la de otros valles, es único, y en esa línea es que nosotros queremos levantar la propuesta de declarar al Valle del Itata como paisaje vitivinícola de la humanidad, ante la Unesco. El año 2011 el Gobierno presentó una moción ante la Unesco, pero la presentó como país, pero se rechazó, porque esas denominaciones se entregan a territorios, por ejemplo, los cafeteros de Colombia o los productores de tequila en México. Y éste es el valle vitivinícola más antiguo de Chile, y por eso también hay un trabajo que está realizando Corfo, a través del PTI, en el que se está generando oferta en el ámbito del enoturismo, alojamiento, gastronómico; queremos trabajar todos con un mismo objetivo en común, asociándonos con otras entidades con las cuales podamos sacar adelante todo este trabajo.