Carlos Parra, presidente de la cooperativa de segundo nivel, destacó la rápida comercialización y la ganancia obtenida con la venta de toda la producción, a dos viñas nacionales. “No se nos hizo difícil, no tuvimos que salir a buscar compradores, porque se vendió acá. Y ése es el encanto de Cucha Cucha, porque le da un plus diferente a la vinificación, y eso ayuda mucho a vender. En septiembre ya estaba todo vendido”, subrayó.

El dirigente detalló que se pagaron 312,50 pesos por litro de vino País. “Quedamos conformes con los precios, porque nos dejó un buen margen de utilidad, considerando el precio muy bajo que se pagó por la uva el año pasado también. Que se marginen 100 pesos es bueno, hay que pensar que la uva se vendió a 100 pesos, pero hay que descontarle los costos. Sin duda, es mucho mejor vender vino, porque la uva se vende cuando se puede, y el vino se vende cuando se quiere”, aseveró.

“Todos quedaron conformes, de hecho, este año volvieron a vinificar”, comentó Parra, en alusión a la producción de la presente temporada. “Este año se recibieron más de 400 mil kilos y hubo una producción de 274 mil litros de vino”, una cifra que pudo haber sido mayor, de no ser por algunos contratiempos técnicos que enfrentaron al inicio de la vinificación.

“Esperamos venderlo a corto plazo, ya tenemos interesados. El precio se ve un poco mejor que el año pasado, probablemente 20-30 pesos adicionales”, planteó.

Consultado sobre el futuro, Parra aseguró que “hay optimismo, queremos continuar con esta alianza, tenemos expectativas de seguir creciendo. Esto nos permite visibilizarnos y nos presenta un escenario abierto, donde aparte del enoturismo, hay mucha gente que viene a visitar la viña. Es una venta que se nos abre, hay que saberla valorar”.

El dirigente agradeció también la ayuda de Indap, que ha entregado asesoría técnica, apoyo en la gestión y en la difusión de la cooperativa, y fue el puente que permitió la alianza con Cucha Cucha.

Argumentó que “para el productor chico es más conveniente juntarse, hacer alianzas, sumar más cantidad y poder exportar a granel, que exportar botellas”. Por ello descartó, en el corto plazo, entrar al segmento del vino embotellado, “porque está muy competitivo, además, el negocio del vino embotellado no permitiría descargar el Valle del Itata, a diferencia del granel, y es mucho más complejo, pues requiere más insumos y una logística distinta”, explicó, sin mencionar que los canales de comercialización son diferentes.

En ese sentido, planteó que “lo que vemos más cercano es la exportación a granel”.

ARAUCO


Beatriz Iturra, jefa de Asuntos Públicos de Arauco, afirmó que la motivación, tras esta alianza, es “disponibilizar la bodega a los productores más pequeños, darle valor a la bodega para que sea utilizada por nuestros vecinos y sea un aporte al desarrollo vitivinícola del Valle del Itata, y que también ellos puedan tener un lugar donde vinificar en forma colaborativa, que no la tenía ninguna de las cooperativas que forman esta megacooperativa. Entonces, hoy ellos tienen un lugar neutral, que lo han hecho propio”.

El objetivo de Arauco no es solo facilitar la infraestructura de la viña Cucha Cucha para la vinificación colaborativa, sino para generar, además, instancias de transferencia tecnológica y un punto de encuentro público-privado para posicionar las cepas patrimoniales del Valle del Itata.

“Pudimos ser una ayuda también en la venta: nosotros siempre estamos recibiendo solicitudes de vino a granel, porque antes producíamos, nosotros le explicamos a los compradores sobre esta producción hecha por la cooperativa y fue así como los enlazamos”, relató Iturra.

Explicó que “cuando un comprador saca un vino de una bodega certificada por el SAG, como es el caso de Cucha Cucha, no tiene ningún problema para embotellar ese vino, es el equivalente a la resolución sanitaria”.

La profesional describió el primer año como de “evaluación” y enfatizó que “lo que se logró no fue fácil, porque teníamos que unificar muchos criterios”.

“Para nosotros fue todo un éxito, porque lograron vinificar y lograron vender el vino, lo que pensamos que sería más difícil, pero la verdad es que lo vendieron antes del año, entonces, también para ellos fue un plus”.

La representante de Arauco relevó la “carga patrimonial” de Cucha Cucha. “Fue muy atractivo y una buena plataforma para comercializar vinos, para ellos fue fácil que llegaran compradores de vino a Cucha Cucha y pudieran lograr la venta de su primera añada, y este año aumentaron la producción. Esas son las cosas que dan ganas de seguir apoyando, que dan una luz de que, en realidad, se están haciendo bien las cosas”.

Acotó, no obstante, que el uso de las instalaciones no es gratuito: “Esto no es una donación, no es un regalo. Nosotros solo les hemos facilitado el camino”.

“Estamos muy contentos. Estamos generando las confianzas y un trabajo coordinado, para más adelante pensar en proyectos mayores, no descartamos que ellos vinifiquen nuestra uva o que, a través de un comodato, por ejemplo, ellos puedan gestionar financiamiento para ampliar la bodega”, concluyó Iturra.