El lugar donde se realizó este día de campo fue el predio del pequeño agricultor Juan Acuña, en el sector Liucura, de Portezuelo, que corresponde al secano mediterráneo interior (laderas y valles de la Cordillera de la Costa). Aquí, los períodos de sequía son prolongados, duran entre 6 y 7 meses (desde noviembre hasta mayo).
Los estudios de más de 10 años de investigación de INIA demuestran que la alfalfa puede ser utilizada por los ganaderos ovinos y bovinos para complementar su sistema de producción.
Esta es una de las propuestas tecnológicas más importantes que realiza el INIA en el secano mediterráneo, donde lo transcendental es que los productores vean que la alfalfa es un recurso forrajero factible de establecer.
Hay un desconocimiento absoluto de esta situación incluso a nivel de profesionales, destacó el Dr. Luis Inostroza. “En la Universidad nos enseñan que la alfalfa se cultiva solamente en los mejores suelos y con riego y es impensable cultivarla en condiciones de secano”, puntualizó.
Por esto, manifestó, “buscamos impulsar un cambio tecnológico, donde los operadores del Sirsd-S, del Indap, puedan proponer siembras de alfalfa en condiciones de secano como parte de un plan de manejo”. Esta situación, aseguró el experto, “nos plantea el desafío de introducir el concepto de alfalfa de secano hacia quienes llevan a cabo los programas de recuperación de suelos y de praderas”. Para esto, agregó, “disponemos de más de 10 de años de trabajo que nos permiten afirmar y recomendar, que sí se puede establecer alfalfa en condiciones de secano”.
Inostroza explicó que la unidad demostrativa parte con un objetivo de difundir la tecnología de la alfalfa en secano y el día de campo fue justamente organizado para eso: “demostrar a los productores que la alfalfa se puede transformar en una buena base de los sistemas ganaderos ovinos y bovinos en el secano mediterráneo”.
Aquí, a través de diferentes estaciones técnicas, se explicó el rol de la pradera en los sistemas productivos de secano (Ing. Ag. Carlos Ruiz). También se mostró una calicata, donde los asistentes conocieron la naturaleza del perfil de suelo y las consideraciones técnicas necesarias para una adecuada preparación de suelo (Profesor Celerino Quezada). Adicionalmente, se discutieron conceptos de rotación de cultivos, selección de cultivares, fertilización al establecimiento y estrategias de siembra. Los productores revisaron in situ las maquinarias utilizadas para la preparación de suelo y siembra y una pradera de alfalfa de 1 hectárea con 15 días de emergencia. La apuesta es establecer cultivos más rentables y que la alfalfa pueda expresar su potencial en esta siembra de otoño en el secano.
PROPUESTA TECNOLÓGICA
Esta actividad es parte del proyecto ejecutado desde INIA La Cruz y apoyado por FIA titulado "Nueva variedad de alfalfa tolerante al estrés hídrico, para la adaptación de los sistemas ganaderos al cambio climático".
El equipo técnico lo conforman la doctora Soledad Espinoza, directora del proyecto, y lo integran los profesionales Luis Inostroza y Viviana Barahona (INIA), Macarena Gerding (Universidad de Concepción), Alejandro del Pozo (Universidad de Talca), Carlos Ovalle (asesor externo), y los técnicos César Sánchez y Silvia Amigo.
En Portezuelo, además, se están evaluando las ocho líneas genéticas, estudio necesario antes de realizar la liberación de una o más variedades como las más promisorias.
Además de Portezuelo, las ocho líneas genéticas están siendo evaluadas en la Estación Experimental Hidango (O’Higgins), Cauquenes (Maule), Santa Rosa, en Chillán (Ñuble), Portezuelo (Ñuble), Estación Experimental El Carmen (Ñuble) y en INIA Carillanca (La Araucanía).
Esto, aseguró Inostroza, “no es una siembra experimental, es a escala real. Se trata de una unidad demostrativa donde se sembró una hectárea de alfalfa en las condiciones de un agricultor, lo que nos va a permitir hacer la proyección de lo que va a ocurrir cuando el INIA tenga las variedades de alfalfa mejoradas que actualmente se están estudiando”.
La siembra de la unidad demostrativa de alfalfa se realizó en mayo y durante los próximos meses vienen las labores de manejo recomendadas para este tipo de suelo: fertilización adecuada, entre otras.
La siembra fue realizada con una variedad Baldrich, empresa que ha estado apoyando los estudios que viene realizando INIA en relación a este cultivo. Es una variedad de alto rendimiento hecha para condiciones de riego. Pero, al tratarse de una alfalfa, igualmente mantiene un grado de tolerancia a la sequía. “Obviamente, no va a tener el mismo comportamiento”, precisó el experto. “Hay que dejar en claro que no es lo mismo una alfalfa cultivada en condiciones de secano que una alfalfa cultivada en condiciones de riego”, subrayó.
Una alfalfa en secano, destacó el experto, no va a producir 20 toneladas de materia seca. “Aquí, estamos en presencia de un suelo granítico típico de textura franco areno arcillosa, ligeramente ácido, susceptible a la erosión y con deficiencias de materia orgánica, macroelementos y algunos microelementos”.
El valor pastoril de la alfalfa -sostuvo la ingeniera agrónomo Viviana Barahona, del INIA, encargada de Extensión del programa Alfalfas de Secano- es una de las principales demandas de los agricultores ganaderos de este territorio, quienes con el establecimiento de alfalfa podrían disponer de un forraje de alta calidad para alimentar su ganado. “Como INIA, creemos que el mejoramiento de los sistemas debe incluir estrategias, como el establecimiento de forrajeras permanentes”, expuso la profesional.
MECANIZACIÓN DE SIEMBRA
En el día de campo se mostró una máquina sembradora porque una de las grandes dificultades que tienen los pequeños productores del secano es que no tienen acceso a maquinaria. “Son zonas marginales donde todavía se ara el suelo con caballos y creemos que este proyecto tiene que estar vinculado con la mecanización en la pequeña agricultura”, acotó Inostroza.
El alcalde de Portezuelo, René Schuffeneger Salas, fue uno de los asistentes a este día de campo, donde pudo observar y escuchar a los expertos, que la alfalfa es una opción real para estas condiciones. “Esta propuesta tecnológica se le presentó al alcalde a través de imágenes aéreas colectadas durante la época estival, cuando en la zona únicamente es posible observar el color verde de las viñas y bosques. En el nuevo escenario para el secano se adiciona el verde vigoroso del cultivo de la alfalfa, lo que llamó la atención del jefe comunal”, comentó el investigador del INIA.
Recientemente se firmó un acuerdo de colaboración con la Municipalidad de Portezuelo para implementar a escala real, las labores de manejo de una siembra de alfalfa. Además, en el marco de esta misma alianza se busca mecanizar las siembras de praderas, para esto INIA ha puesto a disposición de la comunidad una sembradora.
PRADERAS EN ÑUBLE
En la región del Ñuble se distinguen tres grandes territorios de desarrollo con actividad agropecuaria importante: el secano mediterráneo (formado por los secanos costero e interior); el valle central de riego o depresión intermedia; y la precordillera andina.
El secano mediterráneo, formado por los secanos costero e interior, lo conforman, además de Portezuelo, las comunas de Cobquecura, Quirihue, Ninhue, Trehuaco, Coelemu y Ránquil y se caracteriza por presentar un bajo potencial productivo por parte de los agricultores, dadas las condiciones edafoclimáticas imperantes.
La mayor parte de la superficie agrícola de la región de Ñuble está ocupada por pradera natural (45 mil hectáreas), superando a las plantaciones forestales (37 mil ha) y a los cultivos anuales y permanentes (13.573 ha).
Portezuelo es una de las comunas más pobres de la región, la agricultura sobrevive de una forma marginal, con un componente importante de viñas ancestrales, explotación forestal y la ganadería que ha estado siempre presente de manera muy marginal, con praderas de baja calidad.