Siempre se habla de los sellos que imprime cada autoridad a su gestión, pero en lo concreto, para la investigación que se realiza en la región de Ñuble, ¿cómo se va a notar el cambio de mano?


Lo primero es colocar en el centro a las personas, es decir, nos vamos a preocupar mucho de las condiciones laborales de los trabajadores, del respeto a sus derechos y del ambiente laboral, porque creemos que, si el trabajador viene contento a trabajar, va a poder ser más creativo y por lo tanto, tendrá mejores soluciones para los problemas productivos de la región.

Como lineamiento general en materia de investigación, ¿hay una preocupación especial por la adaptación al cambio climático y la escasez hídrica?


Sí, el INIA lleva trabajando bastante tiempo en cambio climático, escasez hídrica, escasez de biodiversidad, esos son temas que el INIA ha trabajado, lo que sucede es que no hemos hecho, hasta ahora, una transferencia oportuna, entonces, lo que vamos a hacer en esta gestión es poder hacer una transferencia más oportuna para enfrentar estos problemas, es decir, nosotros ya tenemos semillas que son resistentes al estrés hídrico, ya tenemos control biológico, tenemos varias herramientas que las vamos a ir transfiriendo en este periodo.

¿En estos últimos años la transferencia tecnológica ha sido una debilidad?


Sí, hemos tenido una debilidad que obedece, lamentablemente, a la fuente de financiamiento. Dado que el financiamiento basal que tiene el INIA no nos permite cubrir todos los gastos operacionales de la vida diaria, nos obliga, muchas veces, a depender de proyectos, y esos proyectos se terminan, y tienes que empezar con otro proyecto. En consecuencia, muchas veces, los resultados o lo que tú querías transferir, queda guardado, porque tienes que cambiarte a otro tema o a otra línea.

Entonces, ¿la solución hoy consiste en postular a proyectos de transferencia para tener el financiamiento?


La lógica de los proyectos sigue siendo más o menos la misma, por lo tanto, tenemos que aprender a vivir con esto, es decir, vamos a tener una unidad que es la Subdirección de Transferencia Tecnológica y Extensión, que se va a dedicar a buscar todas estas soluciones que ya existen y sacarlas, y en paralelo, los investigadores y transferencistas van a seguir haciendo proyectos sobre esos temas o sobre otros.

A usted como investigadora, ¿le pasó eso en INIA Remehue?


Sí, lo que pasa es que cuando se acaba el proyecto en el que estabas, tienes que cambiarte a otro. Entonces, si bien el resultado está, tú hiciste la transferencia, te reuniste con los agricultores, hiciste la cartilla o el informativo, pero la idea es que eso esté más disponible, es decir, que quede por siempre, porque llegaste a un grupo reducido de personas cuando se lo entregaste, habrá un grupo de personas que lo va a requerir en seis u ocho meses más, y ése es el debe que tenemos, porque el material está, ahora lo que hay que hacer es volver a sacarlo para aquellas personas que no lo recibieron en su momento.

¿Y la Subdirección de Transferencia Tecnológica tendrá esa misión?


Sí. Hasta ahora, en el organigrama del INIA teníamos una Subdirección de Investigación, Desarrollo y Transferencia, estaba todo junto, entonces, obviamente, como son tantos temas, la transferencia iba quedando atrás. Ahora, en cambio, va a tener el mismo nivel de importancia la investigación que hace el INIA y, en paralelo, la transferencia.

Recién manifestó, a propósito de las limitaciones de financiamiento, que es la realidad con la que tiene que aprender a convivir. ¿Qué pasa con el aumento del financiamiento basal? ¿No está previsto en esta administración?


Lo que pasa es que está dentro del programa de gobierno. El Gobierno ha dicho que se quiere pasar desde este 0,38% (del PIB) que hay, hasta el 1% para investigación. Cuando digo que es lo que tenemos, me refiero a lo que tenemos hoy. Hoy vengo con un presupuesto que fue aprobado en la administración pasada y es lo que tenemos para vivir hasta diciembre. Obviamente, estamos trabajando y haciendo todas las gestiones para que ese presupuesto pueda aumentar el año que viene, y tener, en el fondo, una holgura que hoy no la tenemos.

Este cambio viene con su gestión. ¿Hay otro cambio en la estructura del INIA que va a implementar?


Sí, también hemos creado, bajo la misma lógica de la importancia de las personas, una Subdirección de Gestión de Personas, que responde también a que el INIA tenía una Subdirección de Finanzas, y dentro de Finanzas estaba Personas o Recursos Humanos, porque eso hace que la importancia se la demos al dinero, que es muy importante, con ese funcionamos, pero hay cosas que no valen dinero, y que puedes mejorar la gestión, entonces lo vamos a colocar a la misma altura, y que esa Unidad de Gestión pueda trabajar en capacitar a los trabajadores, en tener un canal más expedito para escucharlos, para saber cuáles son las necesidades.

¿Los cambios que apuntan a mejorar la gestión del recurso humano tienen mucho que ver con que usted fue dirigente sindical en el INIA?


Sí, yo estuve tres años en la directiva nacional del sindicato de profesionales. Y al ser dirigente nos reuníamos con los demás sindicatos del INIA, y escuchábamos a todos los trabajadores, de una u otra forma, y sabemos cuáles son sus dolores, dónde están los problemas. No tenemos todas las soluciones, obviamente, hay muchas soluciones que se nos van a escapar, pero vamos a intentar trabajar en todas ellas, sobre todo en aquellas que no tienen un costo monetario, que tienen que ver con actitudes, el trabajo en equipo, el respeto a los equipos.

AGROECOLOGÍA


He escuchado mucho a las autoridades del Ministerio de Agricultura referirse a la agroecología como uno de los ejes de gestión. Yo sé que el INIA ha trabajado el tema, pero ¿de qué manera el INIA lo pone entre sus carros principales?


Va a estar en el carro principal. Nosotros vamos a intentar, de aquí a cuatro años, tener en cada uno de estos CRI (Centro regional de investigación) un faro o núcleo agroecológico, no hemos decidido aún cómo llamarlos, pero la idea es que los agricultores puedan venir a ver cómo se hace agroecología acá. Vamos a trabajar en agroecología y en bioinsumos, y para ello vamos a definir la metodología de cómo el INIA va a enfrentar la agroecología.

¿Y eso cómo le toca a INIA Quilamapu, que es un referente nacional en algunas áreas? Recuerdo actividades de carácter internacional, por ejemplo, sobre controladores biológicos. ¿Cuál es el rol que va a tener este centro?


Lo que queremos hacer es, casi replicar lo que tiene Quilamapu. Vamos a tomar todo lo que Quilamapu ha investigado y ha transferido, y lo vamos a usar como insumo base para poder mejorarlo de aquí a cuatro años en cada una de las regiones.

¿Der qué manera la agroecología se contrapone a la agricultura intensiva, la agricultura de exportación que le reporta divisas al país? ¿Se contraponen efectivamente o pueden ser amigas?


Es un poco difícil decir si pueden o no pueden ser amigas. El problema que tiene la agroecología es el volumen, es decir, es para producciones más pequeñas, es muy difícil que la gran agricultura vaya a poder, en un corto plazo, ser agroecológica. Por ejemplo, es muy difícil conseguir un volumen muy grande de fertilizantes agroecológicos para poder fertilizar muchas hectáreas, pero sí podemos empezar por los pequeños, y con esos pequeños sumar volumen, pero eso es un trabajo que tenemos que hacer, porque ahora, lo que hay en Chile es un poco por acá, un poco por allá, pero no hay nada estructurado, es un cambio cultural, un cambio de estrategia, el Gobierno ahí tiene un rol muy importante respecto a cómo va a potenciar eso, para que sea atractivo.

TRANSGÉNICOS


Hay un debate pendiente sobre el desarrollo de los cultivos transgénicos en Chile, mientras en otros países están avanzando, se están aprobando más especies genéticamente modificadas. ¿Cuál es su postura respecto a esa discusión pendiente? ¿O cree que ya está zanjada?


No está zanjada a nivel de país. A nivel de INIA, nosotros tenemos distintos programas de mejoramiento genético y que van en la línea de lo que no es transgénico, tenemos rescate de variedades, valorización, y poder, en el fondo, desde ahí, utilizar estos elementos para poder mejorarlos. El INIA no hace transgenia.

Pero es un debate que se viene, directora. ¡Cuántos años llevamos haciéndonos los locos con el tema, mientras vemos que otros países sí están avanzando! Incluso pueden ser una respuesta en temas de seguridad alimentaria.


Sí, en el INIA nosotros vamos a tomar la línea de la seguridad alimentaria desde el punto de vista del mejoramiento genético, como lo hemos estado haciendo hasta ahora. Yo creo que, lo que al INIA le falta es poder masificar estos procesos.

¿Y cuál es su opinión sobre los transgénicos? ¿Los ve con reticencia? ¿Le gustaría que se discutiera o que se aprobaran? ¿Cuál es su postura?


Mi postura es que yo los veo todavía con un poco de reticencia, no estoy tan convencida. No lo descarto, pero hoy en día no estoy tan convencida de que sea una solución.

Por lo tanto, en esta gestión, ¿no va a haber un impulso desde el INIA hacia ese tipo de investigación?


No lo cierro tampoco, porque soy súper respetuosa de escuchar a los expertos. Por lo tanto, si ésa es la discusión, y eso se da, y eso es lo que deciden todos los expertos en el tema, yo lo voy a conversar y lo apoyaré en su momento si es que están todos los elementos para poder hacerlo.