El gerente de Producción Agrícola de Empresas Iansa detalló que el contrato, además, incluye financiamiento de insumos, servicios de maquinaria agrícola; anticipo para arriendo de suelo y labores de cultivo; el “Anticipo fidelidad”, que se paga en diciembre; y un mínimo garantizado bajo condiciones indicadas en el contrato.

Consultado por el incremento de 19,5% en el precio a pagar, el ejecutivo expuso que “queremos que el cultivo de la remolacha siga siendo uno de los cultivos anuales más rentables de la zona centro sur y asociado, además, a las alzas de los precios de los cereales y aumento de costos de los fertilizantes”.

Según el profesional, “el nuevo contrato va en línea con los mayores costos de producción de esta temporada, principalmente con las alzas de los fletes y fertilizantes. Por lo mismo, el precio a pagar por tonelada esta nueva temporada apunta a aumentar la rentabilidad del cultivo comparado con la anterior temporada, incluso con estas alzas de costos de producción”.

“Estamos seguros y tranquilos que estamos entregando un muy buen contrato 2022-23 y optimistas de motivar a los agricultores a poder cerrar su contrato con Iansa lo más temprano posible para poder iniciar las labores agrícolas a tiempo, lo cual es clave en el éxito”, añadió.

Cardemil subrayó “la importancia que Iansa presente las nuevas condiciones de contrato muy temprano en la temporada, el primero de todos los cultivos de contrato que existen en la zona. Esto es fundamental para la toma de decisiones de los agricultores y que puedan organizar su rotación y manejos tempranos. En ese sentido, Iansa siempre ha estado junto a los agricultores y entendiendo la operación y tiempos de la agricultura”.

De hecho, las expectativas de contratación son altas, pues si bien en los últimos años la superficie ha ido bajando, hasta llegar a 7.022 hectáreas en la campaña 2021-2022, ahora quieren llegar a 8 mil.

“Al centralizar toda la operación azucarera en la planta de Chillán, nuestro objetivo es contratar 8.000 hectáreas de remolacha y así operar la planta en su máxima capacidad de proceso. Estamos muy optimistas de alcanzar esta superficie, dada la excelente condición de contrato que estamos ofreciendo, asociado a un precio fijo en dólares, asistencia técnica de primer nivel, un área de I+D+i al servicio del cultivo y los agricultores, financiamiento y un cultivo 100% tecnificado, entre otras grandes ventajas”, argumentó.

Cosecha


Por otro lado, la planta Cocharcas se prepara para comenzar a recibir la remolacha de este año, cuya cosecha comienza a mediados de abril.

Se trata de 7.022 hectáreas de un total de 224 agricultores distribuidos entre el Maule y la Araucanía.

En cuanto a rendimientos, la proyección de Empresas Iansa es alcanzar un promedio de 105 toneladas (trl base 16% polarización) por hectárea.

“Dado el contexto de encontrarnos en una de las peores sequías de la historia, esta proyección nos tiene tremendamente tranquilos de estar recibiendo las ventajas de todo el desarrollo de riego tecnificado que iniciamos con Iansa en conjunto con los agricultores hace más de 20 años. Actualmente estamos con un 83% de la superficie cultivada de remolacha bajo riego tecnificado y esto ha dado una estabilidad en las producciones, bajando notoriamente el efecto de las sequías en el cultivo. Antes del impulso de Iansa en la tecnificación del riego, las caídas de producción eran fuertes, afectando la rentabilidad para el agricultor y el abastecimiento de materia prima a nuestras plantas”, resumió Cardemil.

Recepción en la planta


El ejecutivo destacó que “esta campaña se continúan las inversiones en mejoras en el área de recepción y descarga de la planta de Cocharcas. La experiencia y los resultados de las mejoras en la campaña pasada fueron notables, con un impacto positivo en los servicios hacia transportistas y agricultores, lo que nos llena de satisfacción, ya que ellos son los principales actores en toda la cadena de producción y suministro de materia prima a la planta”.

Y detalló que “la eficiencia en toda la operación aumentó en forma significativa, bajando los tiempos de recepción y descarga de los camiones (tiempo de espera en planta) y por ende, la frecuencia de vueltas por camión, y por otra parte, los servicios de lugares de alimentación, baños de primer nivel y cómodas zonas de estacionamiento de camiones y vehículos menores”.