“Para que nos hagamos una idea, esto es casi del orden de lo que cuesta el puente del Chacao”. Con esas palabras, el subsecretario de Obras Públicas, Cristóbal Leturia, calificó en su última visita a Ñuble la magnitud del embalse La Punilla, comprometiendo la relicitación del proyecto.
Se trata de un embalse que almacenará hasta 540 millones de metros cúbicos de agua, los que van a permitir dar seguridad de riego del 85% para más de 60 mil hectáreas en una zona que abarca las comunas de San Carlos, Chillán, Ñiquén, San Nicolás, Coihueco y, potencialmente, San Fabián.
Lo impactante de las cifras, que sitúan a La Punilla como de una de las inversiones estratégicas del MOP a nivel nacional, impone un desafío mayor: preparar al río Ñuble para que los beneficios de la obra satisfagan las expectativas cifradas en ella. ¿Qué han hecho los regantes durante todo este tiempo? A continuación, tres claves para entender el actual proceso.
Mesas de trabajo con el MOP
A fines de julio se informó en diversos medios de prensa que el MOP y Astaldi, el ex concesionario de la obra de riego, acordaron extrajudicialmente el fin de la relación contractual. La demanda por extinción de contrato que había interpuesto el MOP ante el Comité Arbitral no había avanzado como se esperaba, luego de que en marzo de 2020 el Gobierno decretara el Estado de Excepción Constitucional. El único camino era un acuerdo entre las partes para comenzar a visualizar una nueva licitación.
Pese a todas las trabas administrativas y jurídicas, los equipos de la Junta de Vigilancia del río Ñuble y del MOP avanzaban en la formulación de los convenios que debían firmar los regantes y en los aspectos técnicos que servirían como base para el contenido de la nueva licitación que beneficiar. Así lo recordó Salvador Salgado, gerente de la organización. “Ha sido un trabajo estrecho con el Ministerio de Obras Públicas, que ha permitido mejorar el modelo anterior, definiendo nuevas reglas en la administración del embalse”, precisó.
En tanto, el presidente de la Junta de Vigilancia del río Ñuble, Fernando Rueda, valoró la experiencia ganada con la primera licitación, indicando que “esto es el comienzo de un nuevo camino, aunque esperamos que no sea tan largo, en que todos ya tenemos más experiencia. Los regantes del río Ñuble aportaremos con todo nuestro compromiso para que el nuevo proceso de licitación del embalse La Punilla avance lo más pronto posible”.
Inversiones en infraestructura y tecnología
Pero el trabajo de la Junta de Vigilancia del Río Ñuble no ha sido solo administrativo. En los últimos años, inició un ambicioso plan inversiones en infraestructura y tecnología para el río. Según consignan las memorias de la organización, en 2012 ya se habían concretado obras en telemetría en los canales del río Ñuble, mientras que el proceso de automatización de canales, con el apoyo de la multinacional Rubicon Water y de la Comisión Nacional de Riego, comenzó a implementarse en 2017, alcanzando un 60% de los canales que integran la Junta de Vigilancia.
La alianza entre Rubicon Water y la Junta de Vigilancia del río Ñuble nació con el objetivo de incorporar tecnología de vanguardia en la cuenca del río Ñuble y mejorar los tiempos y cantidad de distribución del agua.
“La Junta de Vigilancia del Río Ñuble es una gran organización, con un equipo de profesionales y una visión de manejo del recurso hídrico a nivel de cuenca, esto resulta muy motivador para Rubicon, ya que la Junta ha entendido que la modernización de los sistemas de distribución del recurso y la medición precisa y constante les permite trabajar en forma eficiente en el actual escenario de escasez hídrica”, sostuvo el gerente comercial de la empresa australiana, Gastón Sagredo.
Pero, ¿en qué beneficia la incorporación de esta tecnología en una cuenca con embalse? Según explicó el académico del Departamento de Recursos Hídricos de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción e investigador principal del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y Minería (Crhriam), Dr. José Luis Arumi, “la Universidad de Concepción mantiene un convenio de cooperación con la Junta de Vigilancia del río Ñuble desde hace varios años, lo que ha permitido vincular la actividad académica del departamento de Recursos Hídricos, del Crhiam y recientemente, del Consorcio Tecnológico del Agua. El Crhiam se dedica a realizar investigación científica sobre los recursos hídricos y el Consorcio a desarrollar soluciones aplicadas, lo que requiere del trabajo conjunto con las organizaciones de usuarios de aguas, donde radica la relevancia de nuestro convenio”.
“En estos años hemos trabajado con los profesionales de la Junta de Vigilancia, encabezados por su gerente, Salvador Salgado, generándose resultados muy importantes, como el estudio de Bratian Busolic, que demostró cual sería el valor económico de reemplazar el sistema obsoleto de marcos partidores por un sistema de distribución moderno. Continuamos trabajando en esa línea fuertemente, porque hacia allá va el futuro de la gestión del agua, considerando las presiones de clima, sociales y ambientales”, destacó el académico.
Integración organizacional
La tercera clave de todo este proceso ha sido la comunicación interna en un universo de 5 mil regantes que serán beneficiados con la obra. Para ello, la Junta de Vigilancia del río Ñuble viene realizando un proceso de diagnóstico hace varios años, con reuniones segmentadas en los grupos que conforman los canales de la organización. Adicionalmente, avanzan las reuniones extraordinarias ampliadas, para aprobar aspectos relacionados con el embalse, así como también para aclarar dudas.
En la última reunión, realizada el 24 de agosto, los regantes del río Ñuble aprobaron de forma unánime los convenios exigidos por el MOP para relicitar el proyecto.
“Las juntas de vigilancia tienen un rol importante en el desarrollo de las cuencas y así lo hemos asumido en el río Ñuble. Cerca de cien años hemos trabajado en avanzar en una gestión integrada a través del desarrollo en infraestructura, análisis de la calidad de agua y su distribución, entre otros aspectos que apuntan a la modernización, desafío que exige el mundo actual”, explicó el presidente de la Junta de Vigilancia del río Ñuble, Fernando Rueda.