¿Por qué crearon una cooperativa y no una asociación gremial, como ha pasado con otros rubros?
Básicamente, los socios fundadores se encontraron en una situación de crisis, donde todos ellos tenían en común que participaban ya, con cierto grado de asociatividad, en un GTT (grupo de transferencia tecnológica) ligado a la producción de manzana orgánica, y decidieron que presentaba mejores oportunidades unirse para implementar un trabajo conjunto en toda la cadena de alimentación, iniciando en el caso de las manzanas orgánicas, tanto a nivel de huerto como en la planificación de la cadena logística y finalmente la comercialización de nuestros productos.
Así como ocurre con otras cooperativas que se han conformado, ¿ustedes buscan reducir costos a través de las economías de escala y mejorar la cadena logística y de comercialización para tener mejores precios, cierto?
Efectivamente, queremos involucrarnos en toda la cadena de alimentación. Queremos ir un paso más de avanzada, que es conformar lo que se llama una cooperativa moderna, donde además de involucrar economías de escala, queremos incorporar marketing y nuevas tecnologías, y para eso también se necesita entender mejor y en mayor profundidad lo que significa ser una cooperativa moderna, que está constituida por una serie de instituciones dentro de esta cooperativa, incluido una gerencia profesional que está dedicada justamente a unir todas estas fuerzas de una forma sincronizada y coordinada, que puedan potenciarse entre ellas.
¿Quiénes son Organicoop y qué área geográfica cubren?
Organicoop está en el corazón de la producción orgánica de Chile, que es básicamente Maule y Ñuble, con presencia en la zona de Curicó, con tres productores: AFE Orgánico; Agrícola y Forestal El Yacal, que tiene además, otras especies de producción orgánica, como peras y arándanos; y Agrícola y Comercial Asturias. Se suman a ellos Agrícola Santa Isabel de Cato (Asicsa), que tiene su campo en Coihueco, en la región de Ñuble; y para integrarnos mejor en la cadena de alimentación está Exportadora Frutifor, ubicada en Teno, al norte de Curicó; y la Exportadora Curicó; y nuestra arma secreta que es el Centro de I+D en Agroecología, unos capos en la producción orgánica, con décadas de experiencia y con grandes potencialidades en investigación y desarrollo.
Sin duda, todo este grupo de fundadores ha significado generar oportunidades muy interesantes para el futuro de Organicoop.
Y veo que se están estructurando pensando precisamente en la cadena de valor.
Efectivamente. Para ser bien específico, la manzana orgánica enfrenta grandes dificultades, porque tradicionalmente un porcentaje importante de la manzana que se produce en el huerto termina en la agroindustria nacional, siendo comercializada a valores muy por debajo del costo de producirla, entonces, por muy buenos que puedan estar los precios en el extranjero, específicamente en el Hemisferio Norte, situación que tampoco se ha dado en los últimos años, no compensan esos precios de exportación, cada vez más similares a los de la manzana convencional incluso, esta venta bajo el costo para lo que queda a nivel nacional, y entonces, ahí tenemos un tremendo desafío, primero, para lograr mayores rendimientos, mejor calidad y condición de la fruta en el huerto, en eso estamos trabajando duro y con un plan trazado a varios años, porque en la agricultura orgánica y agroecológica no puedes ver los resultados de la noche a la mañana, pero ya estamos desarrollando un plan de manejo organizado, reconociendo la particularidad de cada huerto, pero además tenemos que agregar valor y desarrollar nuevos mercados para esta manzana que se queda en gran medida acá, que es de una calidad y una condición preciosa, y que no hemos sabido aprovechar, porque según mi lectura, en Chile estamos acostumbrados a exportar al Hemisferio Norte, y eso significa grandes distancias, tiempo, almacenaje, cuando aquí también podemos hacer mucho para desarrollar nuevas estrategias comerciales, generar mercados, porque la gente tiene que saber y conocer los productos que somos capaces de ofrecer todos los productores de alimentos orgánicos, entonces en eso estamos, estamos potenciando a nivel de huerto, pero también empezando a desarrollar estrategias para comercializar mejor nuestra producción.
Oportunidades
¿Cómo ves la proyección de la región de Ñuble en términos de aumentar la superficie de orgánicos, de enfocarse hacia allá pensando en lo que está pasando en los mercados afuera?
El mundo está demandando cada vez más productos orgánicos. Si ves las estadísticas, en los últimos años solo ha crecido la demanda de productos orgánicos, ya que se reconoce que es una alimentación saludable, que además es responsable en cuanto a su relación con el medio ambiente y con el planeta, producir orgánico hoy es pensar en el futuro, es cuidar y darle valor a nuestro país para lo que va a quedar para nuestros hijos. Hay grandes oportunidades a nivel de producción orgánica, lo que pasa es que también presenta grandes dificultades, significa desarrollar, investigar, plantear nuevas estrategias de manejo, y para eso lo que yo sugiero y es lo que estamos viviendo en la cooperativa, es mejor que desarrollemos ese conocimiento y ataquemos esos mercados de forma asociativa, aunando fuerzas e incorporando tecnología y estrategias que nos permitan colaborar entre nosotros más que competir entre nosotros, la idea es crecer juntos.
Una de las principales quejas que yo escucho cuando converso con los productores orgánicos tiene que ver con los valores de las certificaciones, porque en Ñuble hay muchos productores pequeños para quienes es muy difícil abordar esos costos. ¿Cómo ves ese problema o ése no es tema para las empresas más grandes?
Por supuesto que es tema, a nosotros nos interesa que el mercado orgánico se potencie y crezca de forma integrada con productores a toda escala, es algo relevante, yo estoy de acuerdo contigo en que un productor pequeño no puede pagar lo mismo que un productor grande, entiendo que también las casas certificadoras tienen sus costos, tienen que solventar su operación, porque tienen que ir a los huertos, pero eso es lo bonito del trabajo asociativo, en que empiezas a ver oportunidades en las que trabajando cada uno por separado no hay opciones, nosotros tenemos el caso de un productor de vino orgánico que va a producir muy poco volumen y que nos ha planteado el mismo problema, así que estamos viendo la forma de integrarlo a este trabajo conjunto con las certificadoras, para que él pueda acceder a otros costos que le permitan certificar sus productos y el día de mañana incorporarse a esta producción agroecológica de alimentos. Estoy de acuerdo contigo y es nuestra intención también colaborar para que esto cambie.
No sé si has podido conocer un proyecto de ley que presentó el diputado Frank Sauerbaum, en el que se plantea fomentar la agricultura orgánica y agroecológica, reduciendo las barreras de entrada para nuevas certificadoras, también fomentando a través de subsidios o bonificaciones para que algunos productores puedan adaptar sus huertos a los manejos orgánicos. ¿Qué te parece esta iniciativa? ¿Es necesaria?
Yo creo que toda iniciativa que venga del mundo público para potenciar la producción orgánica de alimentos es bienvenida. Creo que también es necesaria. Pero también desde nuestra vereda del mundo privado podemos colaborar para producir más, mejor y a menores costos alimentos orgánicos. Nosotros estamos trabajando en hacer una negociación conjunta con casas certificadoras invitando a potenciales nuevos socios a que se certifiquen a un costo mucho menor de lo que podrían lograr ellos negociando por sí solos, de hecho, uno de nuestros valores cooperativos es la cooperación, integrar a los productores orgánicos que comparten valores y principios agroecológicos con nosotros. Bienvenida la propuesta, hay que estudiar en detalle los aspectos técnicos de lo que se está proponiendo, pero felicito cuando se generan estas instancias para potenciar la alimentación orgánica.
Recientemente, la cooperativa firmó un convenio con el Ministerio de Agricultura. ¿En qué consiste ese convenio?
Hoy, nuestros socios fundadores tienen en común que producen pomáceas orgánicas, básicamente manzanas y peras, y ya solo con esta línea de negocio vemos que se han presentado grandes oportunidades, por lo que uno de nuestros desafíos en el futuro es poder incorporar nuevas especies de alimentos frescos, posiblemente agroindustriales también, lo que significa que va a aumentar la diversidad de productores también, tanto de pomáceas como de otros productos, y para eso necesitamos tener lo que se llama una estructura de gobernanza muy bien diseñada y robusta, porque a medida que se integran nuevos productores, se integra obviamente la complejidad en cuanto a ponerse de acuerdo en las estrategias a seguir, a qué proyectos vamos a apuntar, a qué mercados, y atacando eso es que se contrató a una consultora holandesa, que es Rabo Partnerships (del grupo Rabobank), con años de experiencia, que tienen un modelo holandés maravilloso, de cooperativismo, del que queremos aprender, y para poder contratar a esa consultora postulamos a este instrumento de Corfo, que viene financiado por el Ministerio de Agricultura, entonces, es una tremenda oportunidad que queremos aprovechar y sacar el jugo para aprender, para poder ver qué podemos implementar aquí de ese modelo, de forma que esto sea sostenible y sea un caso de éxito de una cooperativa en Chile, donde podamos potenciar la producción orgánica a mucho mayor escala y con mayor diversidad de productos.
¿Dentro de los objetivos a corto plazo de la cooperativa también consideran comprar producción a productores no cooperados?
Es una de las posibilidades, sin duda. La verdad es que hoy estamos enfocados en generar una primera experiencia donde saquemos conclusiones respecto a qué hemos hecho bien y también identificar dónde están los peligros y en qué nos hemos equivocado, es recién la primera temporada, ni siquiera tenemos un año, pero se ven grandes oportunidades, y nos están llamando constantemente para ofrecernos oportunidades de negocios que se ven súper interesantes y que me encantaría implementar pronto, pero también debemos tener la capacidad de decir: “primero, diseñémoslo bien y veamos si es que eso lo podemos hacer efectivamente con potenciales cooperados”, de hecho, ya hemos sostenido algunas reuniones con productores y con asociaciones de productores orgánicos justamente de Ñuble, y del Maule también, y me encantaría y está dentro de nuestros objetivos crecer e invitar a nuevos cooperados en el futuro.
¿Tienen ustedes algún referente o alguna inspiración en cuanto alguna cooperativa que les gustaría emular?
Hay distintos casos de éxito. Hemos estudiado, aprovechando esta instancia con el Rabo Partnerships, hay varias cooperativas internacionales, holandesas, hemos estudiado también un par de francesas; y una cooperativa que también sentimos que hace bastante bien las cosas en Chile en cuanto a producción, cadena logística y comercialización a nivel nacional, sin duda que es Colún. Hay casos de estudio a los que siempre estamos atentos, cómo lo hacen, en qué se han equivocado, en qué están basando su éxito.
Mercados
Mencionaste recién que esta fue la primera temporada como cooperativa. ¿Cómo evalúas esta temporada en términos de exportaciones de pomáceas?
Es una temporada de éxito, sin duda, porque hemos logrado exportar un volumen relevante de fruta, pero también porque hemos logrado comenzar a desarrollar mercados a nivel latinoamericano, e incluso nacional, que son auspiciosos, para justamente poder ofrecer a nuestros cooperados un mayor retorno por aquellas manzanas que ellos producen. Yo te comentaba que en el mundo tradicional queda gran parte del volumen que se produce en Chile destinado a agroindustria, que es necesaria, sin duda, pero que tiene un precio de venta muy inferior a los costos de producción, y ahí es donde está el tema, en que ese porcentaje debe tender a disminuir, debemos seguir aportando a la agroindustria porque está agregando valor a una fruta que de otro modo no se podría aprovechar, pero también tenemos que desarrollar más y mejor los mercados a corta distancia, en el Hemisferio Sur, está Brasil y hay otros países latinoamericanos, y sin duda que está Chile también, nosotros ya hemos puesto algunas de nuestras manzanas en algunas cadenas nacionales y esperamos hacer un trabajo conjunto también con pequeños mercados en distintas ciudades, de modo de poder ofrecer una mejor cadena de alimentación a nivel nacional, es un sueño que tenemos.
Qué bueno que mencionas lo del mercado latinoamericano y particularmente el chileno, el haber colocado las manzanas en los supermercados destacando su condición de orgánicas. ¿El chileno está dispuesto a pagar más plata por la manzana orgánica?
Eso tenemos que preguntárselo al consumidor nacional. Lo primero que tenemos que hacer es ofrecerle el producto, con todo el respeto que el consumidor merece, es decir, un producto de calidad y condición superiores a la alternativa de la fruta convencional. Yo creo que pensar en una manzana orgánica, que por el solo hecho de ser orgánica te van a pagar más, es una visión muy antigua, y se ha visto ya que no ocurre. Yo creo que tenemos que ofrecerle un producto que sea atractivo en forma, en color, en sabor, en turgencia, en una serie de atributos que tiene la manzana, y además, en un packaging que a él le acomode, que le sea atractivo y que sepa identificarlo, y en eso hemos estado trabajando, entonces, cuando presentamos eso al cliente, uno esperaría sin duda que tenga un valor superior a la competencia o al producto alternativo.