Según Empresas Iansa, único comprador de este producto, para esta temporada 2020-21 la superficie a cosechar es de 8.282 hectáreas, la mayoría de las cuales se concentra en la Región de Ñuble. La cifra representa una disminución de 26,3% en comparación con la campaña 2019-2020, en que se contrataron 11.241 hectáreas.

Este año también disminuyó el número de productores que suscribieron contratos con la azucarera, que pasó de 473 a 355 agricultores, distribuidos entre el Maule y La Araucanía.

El cierre de la planta Iansa de Los Ángeles, en 2020 -dos años después del cierre de la planta de Linares-, así como los precios menos atractivos en comparación con otros cultivos anuales y la crisis hídrica, han mermado el interés de un buen número de agricultores, principalmente los más alejados de la única planta que sigue recibiendo remolacha (Cocharcas), así como también los menos competitivos y los más pequeños, muchos de los cuales han migrado a los semilleros.

Paradójicamente, los remolacheros chilenos han logrado récords mundiales en rendimientos, debido a varios factores, como el manejo agronómico y el paquete tecnológico, la genética, las tecnologías de riego y un proceso de selección natural, en que aquellos productores que lograban menores márgenes, con rendimientos inferiores al promedio, han ido abandonando este cultivo de rotación.