El académico precisó que los avances en la investigación son prometedores: “ya hemos extraído la proteína de la quinoa y conseguimos incorporarla en los jugos de frutas y hortalizas, dando origen a la bebida proteica deseada. Ahora trabajamos en establecer las condiciones óptimas para conseguir un producto microbiológicamente estable. Dada la cantidad de proteína presente en las bebidas, el producto es considerado buena fuente de proteínas y estará disponible para la población en general tales como niños, deportistas y personas de la tercera edad. Además, podrá ser consumida por vegetarianos y veganos, quienes generalmente ven reducido el aporte de proteína en su dieta”, enfatizó.
El Dr. Pérez Won comentó que el proyecto también pretende contribuir a modernizar el sistema tecnológico nacional, empleando tecnologías emergentes como los procesos de alta presión hidrostática (APH), ya incorporadas en algunos sistemas productivos nacionales, y otras nuevas tales como campos eléctricos pulsados, que permitirán mejorar los alimentos chilenos desde el punto de vista nutricional y funcional. “Esto permitirá el ingreso de nuevos productos naturales al mercado nacional y a su vez, otorgará mayor competitividad a los productos chilenos en el mercado internacional”.
Proteína de quínoa
Por otro lado, explicó, el proyecto arroja otro resultado auspicioso que tiene relación con la obtención de la proteína aislada de quínoa, ingrediente que podría ser incorporado en otros productos alimentarios en el futuro.
“Las proteínas de la quínoa poseen todos los aminoácidos esenciales para la nutrición humana, y su calidad es superior en comparación con las proteínas del trigo, la cebada y la soya, y es comparable con las de la leche de vaca. Aunque el consumo de quínoa en Chile es reducido, este escenario podría cambiar dado el incipiente desarrollo de productos para consumidores con intolerancia al gluten y veganos”, ilustró.
En la última década, complementó el investigador, el consumo de frutas y hortalizas ha sido promovido intensamente por los organismos de salud de diversos países, incluido Chile. Esta recomendación se basa en numerosos estudios epidemiológicos y clínicos, que confirman que una dieta rica en frutas y hortalizas está fuertemente asociada a una significativa reducción del riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, incluyendo algunos tipos de cáncer y otras patologías de carácter cardiovascular, neuro-degenerativas e inflamatorias.
“En este sentido, nuestro grupo de investigación valora enormemente el financiamiento gubernamental, a través de ANID, a proyectos que se centren en el desarrollo de productos naturales, nutritivos y saludables, con los cuales podemos contribuir a disminuir los altos índices de sobrepeso y malnutrición presentes en nuestro país”, reflexionó.