En general, para las zonas ganaderas de las regiones de Biobío y Ñuble, la producción de forraje de la pradera permanente cae durante el invierno y verano. En el invierno, por causa de las bajas temperaturas y baja radiación solar. En el verano, por causa de temperaturas altas que superan el umbral óptimo para el crecimiento de las especies antes mencionadas. Por el contrario, en primavera se dan las condiciones ambientales óptimas para el crecimiento de las praderas de pastoreo.
Para un ciclo productivo anual, la masa ganadera de un sistema de producción tiene una demanda de forraje conocida. La relación entre la demanda (requerimiento de los animales) y oferta (producción de la pradera) de forraje se conoce como el “balance forrajero”. Por lo comentado en el párrafo anterior, es normal que la pradera permanente no alcance los requerimientos de los animales durante el invierno y verano. Es decir, ocurre un balance forrajero negativo, donde la demanda de forraje es mayor a la oferta de la pradera. Para estas situaciones se emplean diversas estrategias de conservación de forraje y/o uso de forrajes suplementarios para épocas de escasez.
Este artículo tiene por objetivo presentar alternativas de forrajes suplementarios para el invierno. La información se basa en resultados de experimentos desarrollados por INIA en las regiones de Biobío y Ñuble durante los años 2008-2012. Para complementar la información contenida en este documento se invita al lector a visitar la biblioteca digital INIA (https://biblioteca.inia.cl).
Especies
Las especies más usadas son la avena y ballicas anuales y/o bianuales. La avena es la especie más utilizada, mientras que las ballicas se recomiendan para sistemas más intensivos, como lecherías de alta producción.
Dentro de las avenas hay dos alternativas o tipos según el propósito. La avena Strigosa se recomienda únicamente para pastoreo, mientras que la avena doble propósito para pastoreo y producción de grano simultáneamente.
Fecha de siembra
Para cumplir con el propósito de suplementar la producción de forraje durante el inverno, estas praderas deben sembrarse entre fines de febrero y la primera quincena de marzo.
Una fecha de siembra adecuada permitirá utilizar la pradera entre 50- 60 días después de la siembra para el caso de avena Strigosa y ballicas; y 60-70 días en avena doble propósito.
Producción de invierno y criterio de utilización
Las ballicas anuales y bianuales pueden lograr 30% a 50% mayor producción de materia seca que las avenas durante el primer año de establecimiento.
La mayor productividad se asocia a mayores requerimientos de suelo y fertilización nitrogenada. Ambos grupos de especies se caracterizan por presentar un bajo porcentaje de materia seca (10-15%) durante el invierno; por lo que las 2-4 toneladas de materia seca de producción invernal pueden representar 2 a 3 pastoreos.
Para su utilización se recomienda pastoreo rotativo. Se debe pastorear cuando la planta alcanza 25-30 cm de altura, dejando un residuo de 7 a 10 cm de altura. Para el primer pastoreo se recomienda el uso de animales livianos (terneros).