Mediante el primer concurso FIC-R de la Región, se financiarán iniciativas que abordan la industria agroalimentaria. Estas consisten, entre otras, en Transferencia en gestión de calidad de agua para riego en el río Ñuble, postulado por la UCSC; Biocontrol en avellano europeo con endófitos, presentado por el INIA; y packaging compostable y antifúngico para arándanos, a cargo de la Universidad de Concepción. Esta última entidad ejecutará, además, el proyecto denominado “Biocarbón, el diamante de Ñuble para la avicultura”.
Como Gobierno Regional estableceremos un cambio de enfoque que apunte a observar a los organismos del Estado como redes o plataformas colaborativas que incentiven la colaboración entre las empresas (pequeñas, grandes y medianas) y los productores de la agricultura familiar, agroindustrias y las organizaciones ciudadanas de las ciudades y del mundo rural, buscando desencadenar dinámicas organizativas centradas en la cooperación, el apoyo mutuo y la reciprocidad, en donde el mercado crea valor económico, pero también valor social. Debemos impulsar la asociatividad y la articulación de los productores para la posterior vinculación con los agentes regionales y/o globales.
Con la creación de la División de Fomento e Industria, que dentro de sus lineamientos de trabajo está la ciencia, tecnología e innovación, promoveremos la inversión en relación a estos temas, de manera que estimule la incorporación de tecnologías en el sistema productivo, se genere mayor valor agregado innovando en los sectores críticos de la cadena productiva del sector agropecuario y, por cierto, se genere mayor conocimiento en cuanto al comportamiento de los suelos, la crisis hídrica, el manejo de ciertas especies y el mejoramiento genético, entre otras, a través de la implementación de sistemas de información accesible para todos los productores del sector, de manera que aporte en las decisiones de inversión regional.
La Estrategia Regional de Desarrollo contiene ciertas acciones estratégicas orientadas a la diversificación de la matriz productiva general. Dentro de estas acciones estratégicas está la agricultura y el desarrollo de la ciencia, la tecnología, la innovación y el conocimiento, con el fin de potenciar la economía y el bienestar social.