“Desde que llegamos a Chile como filial agrícola del grupo italiano Ferrero, nuestro objetivo ha sido impulsar y desarrollar el cultivo del avellano europeo en el país. En base a esto, definitivamente podemos decir con satisfacción que hemos logrado generar un positivo impacto en esta industria, de la mano con los productores y comunidades locales. A su vez, esto ha propiciado un aumento significativo en la fuerza de trabajo, garantizando así la sostenibilidad del sector agrícola en las futuras generaciones”, expresó el ejecutivo.
Según declaró Scocco, “la producción de avellanas europeas ha venido mostrando un notable crecimiento en Chile en la última década y pronosticamos que en los próximos años el país estará entre los cuatro que garantizarán casi el 90% de la disponibilidad mundial de este fruto”.
Consultado sobre los resultados de la temporada 2020-2021, el profesional manifestó que “a nivel país, nuestra producción en 2021 alcanzó las 45 mil toneladas de fruta, lo que implica un aumento de más de un 12% en comparación con el periodo anterior. En cuanto a la región de Ñuble, durante el año 2021 la producción de avellano alcanzó cerca las 3 mil toneladas totales, equivalente a un aumento mayor del 30% respecto al año anterior, de la mano de un mayor desarrollo de la industria en el país”, al tiempo que proyectó “que en los próximos cinco años la producción seguirá creciendo a un ritmo muy sostenido, debido a la entrada en producción de muchas plantaciones nuevas”.
En esa línea, el gerente de Agrichile explicó que el aumento de la producción “se debió principalmente a la entrada en producción de nuevas plantaciones y a muchas que ya alcanzaron la madurez productiva. En cualquier caso, considerando la contingencia que enfrentamos en periodo de cosecha, cabe destacar que se mantuvo la operatividad manteniendo los protocolos para proteger a nuestros trabajadores y a nuevas inversiones que se han realizado en nuestras instalaciones”.
Planta transformadora
Hace algunas semanas, la firma anunció que invertirá US$40 millones en la construcción de su segunda planta transformadora de avellana en el país, que se suma a la ubicada en Camarico, región del Maule.
Agrichile, fundada en 1991, forma parte de Ferrero Hazelnut Company, que reúne todas las actividades de avellana de Ferrero. Cuenta con plantaciones propias y con centros de recepción y limpieza de la fruta entre el Maule y La Araucanía, una de las cuales se encuentra en San Gregorio, región de Ñuble.
Según expuso Scocco, la futura planta “permitirá duplicar la capacidad de transformación de avellanas, posicionando a Chile como uno de los principales productores a nivel mundial, lo que refleja la madurez alcanzada en el desarrollo del cultivo de este fruto en Chile, la confianza en el país, y nuestro interés por promover la industria en la zona centro-sur”.
Detalló que “la construcción de la planta comenzará a finales de 2021 y se espera que esté plenamente operativa en febrero de 2023. Una vez en funcionamiento, la nueva planta generará 40 nuevos empleos locales de forma permanente en temporada baja y 100 en temporada alta, lo que representa un aumento del 10% de la fuerza laboral de AgriChile. Además, el proceso para el desarrollo de la planta contará con el apoyo y asesoramiento de InvestChile”.
Consultado por el emplazamiento específico de la futura planta, afirmó que “estamos evaluando ubicaciones adecuadas en la región de Ñuble y se espera que la decisión se tome a finales del 2021”.
“Chile cuenta con grandes condiciones para el desarrollo de las avellanas europeas. Vemos a la Región de Ñuble como un eje central para seguir desarrollando la producción de avellana en el país, sirviendo como un punto esencial para conectar a productores de diferentes regiones del sur de Chile, como Maule y La Araucanía, donde tenemos una presencia activa. Esta inversión en una nueva planta es un reflejo de la madurez del mercado de avellanas en Chile y nuestro interés por potenciar la capacidad de producción en la Región de Ñuble”.
Optimismo de productores
Este año, Agrichile trabajó con más de 90 productores en la región, entre ellos, el dirigente agrícola Carlos González, quien es, además, director tesorero del Comité del Avellano, organismo del que también es uno de sus fundadores.
González subrayó que la inversión anunciada por Agrichile “demuestra la confianza que tiene la industria en este cultivo; ellos llegaron para quedarse. Para la empresa es clave diversificar sus fuentes de abastecimiento, donde Turquía es la más importante. Además, en el caso de Chile tenemos la ventaja que producimos en contraestación, lo que nos permite cubrir la demanda de avellana cuando en el Hemisferio Norte no se produce”.
“Esta planta, además, será de gran ayuda para un número importante de productores, que no tendrán que ir hasta San Gregorio para entregar la fruta, lo que mejorará los tiempos y bajará los costos”, acotó.
El productor destacó, además, que “este frutal se está posicionando a nivel nacional con un crecimiento explosivo, de casi tres mil hectáreas por año. Y a este ritmo, al 2030 Chile se va a convertir en el tercer productor mundial de avellanos”.
Respecto al perfil de los agricultores de Ñuble que han invertido en avellanos, el dirigente sostuvo que hay pequeño, medianos y grandes. “Hay muchos que tienen tres, cinco, diez hectáreas; y yo estimo que la mayor cantidad se concentra en el mediano productor, que tienen de 15 hectáreas hacia arriba, con un promedio de 40-50 hectáreas”, describió.
“Es un fruto que se va a estabilizar, no sé si en mucho mejores precios, pero yo creo que será un precio bastante atractivo, pensando que, en comparación con otras especies de la zona, necesita menos mano de obra; tú lo puedes cosechar y guardar un tiempo razonable, a diferencia de otras frutas que debes entregar inmediatamente o someterlas a frío”, añadió González.
En cuanto a los precios que se pagaron este año, González valoró la transparencia en la fijación de los precios por parte de Agrichile, y que son un reflejo del valor de mercado internacional. “Este año se pagaron US$3,75 por kilo, y el año pasado fueron cerca de US$3,20, un alza que se atribuye a la caída en la producción en Turquía; yo creo que el próximo año pueda subir un poco más, pero también hay años en que el precio baja”.
Aun así, el dirigente gremial sostuvo que sigue siendo un cultivo muy rentable, en la medida que exista un manejo adecuado, con riego tecnificado. Y destacó los altos rendimientos que se observan en Ñuble. “En (Tonda di) Giffoni, por ejemplo, hemos visto rendimientos de 5 mil kilos por hectárea; nosotros en el huerto estamos en torno a los 4 mil, porque los árboles son nuevos”, comentó.