No podemos desconocer las mejoras que ya se han realizado en torno al agua, como el pago de patentes para quienes son titulares de un derecho pero que no hacen uso del recurso. Sin embargo, todavía existen aspectos que se pueden perfeccionar, como una mayor fiscalización para hacer más expedito su cobro, u otorgar mayores facultades a las OUAs, cuya gestión eficiente se ha podido comprobar desde sus inicios.

Confiamos en que el accionar conjunto entre las OUAs que velan por la correcta distribución y administración y, por otro, las entidades gubernamentales a cargo de la fiscalización, permitirán ampliar el debate en la materia y llegar a acuerdos que vayan en directo beneficio de una correcta gestión del recurso, y así, estar mejor preparados ante el escenario de sequía y cambio climático.

Por último, creemos importante no olvidar lo fundamental que resulta considerar a la alimentación como un bien primario y resguardar la producción de alimentos que nacen desde el corazón de nuestro país, de sus tradiciones y de nuestro campo, para lo cual el agua es imprescindible.