De manera preliminar, pues aún no concluye la cosecha, Cardemil expresó que “ha sido una buena temporada en términos generales. El cultivo se ha manejado muy bien por parte de los agricultores y asesorado muy de cerca por nuestro equipo técnico. Los cultivos han estado bastante sanos y bien regados, gracias al manejo oportuno de los agricultores como también al plan de manejo desarrollado por nuestra área de Investigación y Desarrollo (I+D) y con la difusión y asesoría de nuestros profesionales”.

En ese sentido, afirmó que la proyección de rendimiento para la presente temporada “es muy cercana a lo proyectado de 110 toneladas por hectárea base 16% de polarización”.

El ejecutivo destacó, además, las mejoras implementadas en la planta Cocharcas. “Debido a la decisión de la compañía de concentrar todo el proceso azucarero en la planta de Chillán, se hicieron fuertes inversiones en la mejora de la planta y, además, en la operación de recepción y descarga de camiones. Esto, con el fin de mejorar la eficiencia en todo el proceso y principalmente mejorar el servicio a nuestros agricultores, con un fuerte foco en las comodidades a nuestros transportistas, reflejado en menores tiempos de espera, mayores y mejores espacios de estacionamiento de camiones, servicios de baños y lugares de comida de primer nivel”.

“Por otro lado -continuó-, ha sido relevante la adecuación de dos líneas de pesaje, control de calidad y líneas independientes de descargas de camiones normales y bateas, lo cual ha llevado a menores tiempos de espera y mayor número de vueltas por camión, siendo un círculo virtuoso para todo el proceso, lo que nos ha permitido contar con indicadores mejores de los que teníamos antes, con dos plantas”.

Campaña 2021-2022


En cuanto a la próxima temporada, sostuvo que tiene “las mejores expectativas, a pesar de que estamos en un proceso de contratación más complejo que en años anteriores, debido a la competencia con otros cultivos y la menor disponibilidad de superficie por efectos de la sequía. Tenemos una mirada de largo plazo, por lo que, aun así, esperamos alcanzar una superficie de contratación razonable para nuestra operación de producción de azúcar de remolacha, el cual es nuestro foco principal, por la importancia tanto en nuestro negocio, como también en potenciar este rentable cultivo disponible para los agricultores, el cual tanto ha ayudado al desarrollo tecnológico de la agricultura tradicional del país”.

No obstante lo anterior, no se prevé revertir la caída en la superficie que se observó en la presente temporada. De hecho, Cardemil postuló que “las proyecciones para la zona de Ñuble son similares a la actual temporada de cosecha 2020-21, tanto en superficie como en agricultores, representando algo más del 40% de la producción nacional”.

Si bien se ha planteado que el cierre de las plantas de Los Ángeles y Linares ha sido un factor clave para explicar el descenso en la superficie de remolacha, el gerente de Producción Agrícola de Empresas Iansa manifestó que “la respuesta de nuestros agricultores ha sido muy positiva, comprendiendo los motivos y principalmente el objetivo que la compañía busca, el cual sustenta una proyección del cultivo de remolacha en el tiempo”.

Respecto a la competencia que representaron los granos a la hora de tomar la decisión de sembrar, el profesional indicó que “esta temporada de contratación ha estado marcada por el alza de precios que particularmente este año tienen los granos, en especial el maíz grano. Esta situación particular, efectivamente ha puesto un mayor desafío a todos los cultivos. Ahora bien, en el caso de la remolacha, el contrato también tuvo un alza, pero consideramos que más conveniente y seguro, porque el precio a pagar es en dólares y fijo”.

“En nuestra opinión, el precio a pagar es importante, pero no sólo esto. La remolacha es un cultivo con un precio asegurado en dólares en que el área agrícola de Empresas Iansa ha sido muy exitosa durante varios años, en desarrollar un cultivo cada vez más amigable en su manejo, sustentable y sumando alta tecnología en su producción. Estamos convencidos que, en esta línea de buscar eficiencias, incorporar tecnología y sumar una asistencia técnica de primer nivel, el cultivo de la remolacha tiene una proyección exitosa. Así es como hemos podido posicionar a la remolacha como el cultivo ancla en el todo el desarrollo de la agricultura tradicional en Chile. Y lo mejor, es que aún tenemos buenas oportunidades para seguir mejorando”, sentenció Ramón Cardemil.

Según informó el ejecutivo, “el precio base a pagar esta nueva temporada 2021-22, es de US$ 48,5 por tonelada base 16% polarización, con un bono por distancia entre US$ 1 y US$8 /Tonelada limpia, dependiendo del rango de distancia a la planta que se ubique la siembra y seguro de tipo de cambio opcional y sin costo para el agricultor entre $770 y 790 por dólar. Además, tenemos un bono de US$ 1/ Ton limpia, para aquellos agricultores que contraten al menos un 80% de la superficie de esta temporada 2020-21 y el cual será cancelado este año 2021. También tenemos muy buenas condiciones comerciales y de financiamiento en los insumos, incluyendo semilla gratis para las superficies de aumento con respecto a la temporada 2020-21”.

Se trata, según argumentó Cardemil, de una reacción a los mejores precios de otros cultivos anuales, y al igual que Orafti hizo con la achicoria, Empresas Iansa debió mejorar su oferta.

“Independiente de todas las ventajas agronómicas, de asistencia técnica y de tecnificación del cultivo, es importante reaccionar a la competitividad que hoy proyectan otros cultivos y así sustentar una buena rentabilidad y un cultivo altamente competitivo”, explicó el profesional.