Page 39 - 2019

www.ladiscusion.cl
Cultura
NUESTRO IDIOMA
En la lengua
común, la
creación léxica
POR CARLOS RENÉ
IBACACHE
MIEMBRO
CORRESPONDIENTE POR
CHILLÁN DE LA ACADEMIA
CHILENA DE LA LENGUA
Esta creación se percibe como
un recurso bastante productivo,
tanto que las formas prefi jadas
sean consideradas como parte
de los procedimientos de com-
posición, cuanto es en forma
independiente. No es para nada
desconocido la creatividad lo-
grada mediante el empleo de
prefi jos. Los prefi jos anti, multi,
súper, mini, son evidentes en
lexías generalizadas, tales como
antinarcóticos, multiempleos,
supermercado, minicomponente,
macroeconómico, microempresas,
neoliberal, autogestión, etc. En
cambio, la jerga juvenil se presenta
particularmente renuente a la
utilización de prefi jos. Solo en el
estamento juvenil universitario,
aparece una débil utilización de los
prefi jos anti y poli, antideportista y
polideportivo y asimismo el prefi jo
“tele” que siempre aparece asociado
al campo televisivo. Así el joven
adicto a la televisión es llamado
propiamente telemaniático, teleki-
nético. De esta clase hay muchos
“La derivación es
uno de los recursos
más productivos de
la lengua común
para la generación
de formas neológicas
y por lo mismo se
revela muy vital en la
estructuración de la
jerga juvenil”.
ejemplos. Los conglomerados
por dos o más unidades léxicas,
son los que, tradicionalmente, la
tradición ha llamado palabras
compuestas.
De esta forma hay muchos
ejemplos de neologismos en la
lengua común, los cuales proce-
den de distintas combinaciones
categoriales, como verbo más
sustantivo “limpiavidrios”, sus-
tantivo más sustantivo, “falda
pantalón”, sustantivo más adjetivo
“cariblanco”, adjetivo más adjetivo
“albiceleste”.
Este procedimiento que es vital
y productivo, en la lengua común,
aparece muy débilmente utilizado
en la creación del léxico jergal, al-
gunos de los ejemplos son deporte
maniático, persona que practica
varios deportes, “saca susto” uno
de los nombres para el detective
y “modeloca”, contracción de las
palabras modelo y loca, expresión
jocosa para referirse a la joven que
tiene el ofi cio de modelo o sea, la
que utiliza su fi gura física para
promover la comercialización
de prendas de vestir o de otros
productos del mercado.
Esa elite que capturó
al Estado…
Ziley Mora Penrose. Escritor, etnógrafo y fi lósofo
En verdad, la patria es la epigenética cultural
que persiste y se cultiva más allá del suelo, ese
que equivale a la eco-biología original de donde
se alimentaron los ancestros. A veces, como es
el caso de las familias migrantes, si no se cultiva
“lo propio” a través de la lengua materna, de
las comidas, de la religión nativa, del folclore,
las personas se asimilan al acervo de las patrias
locales donde permanecen y en donde nacen y
crecen sus hijos. Y esa nueva realidad se trans-
forma en “dulce patria”, cuando el entramado de
vínculos culturales o epigenético es tal, que la
persona hasta hace juramento o votos por ella.
Al fi nal, en ellos hay legítimamente dos patrias,
una física -el origen de los genes- y una espiritual
o cultural, el conjunto de vínculos, relaciones,
símbolos, valores que uno defi ende, adscribe
y hasta muere por ellos. Producto del convivir
y compartir un suelo cobijante, la patria es un
lenguaje y una gramática de la realidad, la que
nos hace ver y sentir el mundo de una deter-
minada manera. Sin ir más lejos, nosotros los
chilenos, en cuanto mestizos tenemos dos patrias
superpuestas: el wallmapu original -el antiguo
Chillimapu mapuche, de donde “migramos”- y
el Chile andino-incaico-republicano-occidental.
Por eso un mapuche, adscribe a dos patrias: la
”Nosotros los chilenos, en cuanto
mestizos tenemos dos patrias
superpuestas: el wallmapu original
-el antiguo Chillimapu mapuche, de donde
“migramos”- y el Chile andino-incaico-
republicano-occidental”.
RetroDiario
Nace el poeta “maldito” Sergio Hernández
17/03/1931
Domingo 24 de marzo de 2019 39
Los países-estado en cambio, son aglomera-
propia y la chilena o argentina.
ciones espaciales circunstanciales de personas
cuya identidad “es una conveniente construc-
ciertos políticos, militares o poetas o elaborada
ción cultural, una ensoñación fraguada por
convenientemente por la elite que captura el
Estado, cuya arqueología puede rastrearse y
someterse a crítica”(Gandolfo). Aceptemos pues,
que nuestros países existen, pero no consisten,
porque sus convenidos límites espaciales son
un fl uido histórico, una secuencia precaria
de avatares político-sociales. Circunstancial-
mente Chile es lo que vemos en el mapa, pero
hacia mediados del siglo XIX era mucho más
ancho, pues poseímos la Patagonia argentina.
Y antes, en la colonia hispana, en sus inicios
incluía Tucumán y Mendoza y se le denominó
Nueva Toledo. Y antes de España, la mitad de
Chile (todo el norte y el centro), era parte de
la provincia del Collasuyu incaico cuyo límite
sur fue el río Maule. Tal como buena parte del
siglo XIX, Bolivia poseía Tarapacá y la gran
Colombia de Bolívar llegó a cobijar a cinco
países, incluyendo la misma Bolivia.
Al constituirnos como Estado -inicios del
siglo XIX- regía la ideología nacionalista
según la cual a cada Estado le correspondía
una nación, entendida ésta como una entidad
espiritual, dotada de una identidad o alma
colectiva única, prolongándose en el tiempo,
supuestamente compartido por generaciones
pasadas, presentes y futuras. Esta conjetura es
de dudosa racionalidad, pues en Chile siempre
han coexistido muchos Chiles, varias naciones
o pueblos originarios, más allá de que hoy toda
la población devenga en mestiza y bastante
homogénea, aunque no quiera reconocerlo. Al
punto que dentro de ella hay ciertas elites que se
creen “naciones apartes”, castas europeizantes no
procedentes del barro originario. Al momento
de conformarse nuestro país como república,
la patria era diversa en naciones, por lo que
O´Higgins y Carrera pugnaban por un Estado
“plurinacional” y no “mononacional” como
al fi nal se impuso. El Libertador anhelaba no
solo una patria de criollos y leales españoles,
sino que coexistieran sus naciones originarias
diversas aunque emparentadas, bajo un mis-
mo Estado: araucanos, cuncos, pewenches,
moluches, puelches, etc. O´Higgins modelo de
patriota, aparte de reconocer la autonomía de
esas naciones, fue el primero y el último Jefe de
Estado, el único en toda nuestra historia, que
fue hablante de chezungun, esa otra patria que
es la lengua materna.
Conocido en el círculo Además escribió una auto-
literario como un verdadero biografía en la serie publicada
exponente de la poesía maldita, por Editorial Nascimento,
Sergio Hernández Romero ”¿Quién es quién en las letras
dejó una huella imborrable en chilenas?”.
las letras nacionales. Nació en Sergio Hernández, el poeta
Chillán el 17 de marzo de 1931, de las palabras malditas, aban-
y cursó parte de su enseñanza donó la vida el 2 de octubre del
en el antiguo Liceo de Hombres 2010 tras una descompensa-
de Chillán. Más tarde, recibiría ción que lo mantuvo internado
el título de Profesor de Estado por varios días en el Hospital
en Castellano en el Instituto de Chillán. Poco antes, había
Pedagógico de la Universidad dejado de recorrer el barrio
de Chile. Con el tiempo, el bohemio de la estación de
poeta, ensayista y escritor trenes donde se inspiró para
completaría estudios de Postí- escribir sus obras. También
tulo en el Instituto de Cultura había dejado las aulas de
Hispánica y en la Universidad la UBB donde los alumnos
Central de Madrid. Además, conocieron de su talento.
fue miembro correspondiente Asimismo, había abandonado
de la Academia Chilena de la sus libros de Baudelaire, Rim-
Lengua, de la Sociedad Chilena baud, Verlaine y Mallarmé,
de Estudios Literarios y socio los poetas malditos a los que
activo de la Sociedad de Escri- tanto quiso emular cuando
tores de Chile (SECH). recién se iniciaba en el mundo
Su producción literaria se de las letras. De hecho, tenía
resume en textos como “Can- un cuadro con la imagen de
tos de pan” (1959), “Registro” Baudelaire en el living de su
(1965), “Últimas señales” departamento en el Edifi cio
(1979) y “Adivinanzas” (1998). Claudio Arrau.